En la historia de Dogde se conocen bastantes modelos icónicos y hasta legendarios, sin embargo, no siempre fue así. En el departamento de los vehículos conceptos, una vez un diseñador perdió la cabeza con un prototipo tan feo que nunca salió a la línea de producción.
Se trata del Dodge Super8 Hemi Concept del 2001, era un híbrido entre un Charger y un Durango. El encargado de este proyecto fue Freeman Thomas, diseñador de Chrysler en aquella época y quien se inspiró bajo la “fusión de iguales” de DaimlerChrysler. La idea principal de este modelo era hacer un tributo a los grandes autos americanos de la década de los 50, tal vez en idea sonaba interesante, ya llevado a la realidad, lucía algo diferente.
Al frente destacaba una gran parrilla que utilizaban en modelos como Dodge Ram 1500 y hasta en un Viper aunque con un estilo propio y más robusto. Al costado incorporaba puertas de tipo suicida, rines de 22", el resto de la carrocería lucía trazos modernos -de aquella época de los 2000-, el parabrisas era en una sola pieza, remplazaba al poste A y se conectaba con una caída tipo coupé en la parte trasera. El estilo retro también fue llevado a la cabina, contaba con un display LCD con reproductor de CD, en la parte superior estaban los indicadores de velocidad, tacómetro y medidores de niveles.
A pesar de ser feo, montaba un motor 5.7 litros HEMI V8 de 395 hp y estaba montado sobre la plataforma de un Jeep Grand Cherokee, aunque el diferencial trasero fue traído del Mercedes-Benz Clase S W220. Este modelo estaba pensado para el segmento de lujo, pues su venta oscilaría entre 35,000 y 40,000 dólares.
En papel prometía ser un éxito en ventas, aunque su diseño y sus altos costos no terminaron de convencer a los directivos de Daimler Chrysler para su producción. Sin embargo, este modelo abrió la pauta para el diseño que más tarde llegaría al Dodge Charger y el Dodge Magnum.
