Una de las grandes estrellas de la historia de la Fórmula Uno se ha apagado. Este lunes falleció Jack Brabham, quien fuera 3 veces campeón mundial de Fórmula Uno y Caballero del Imperio Británico, nombrado así por Isabel II.
Sir Jack Brabham, como todo mundo conocía a John Arthur Brabham, murió tranquilamente a los 88 años de edad, a decir de su familia, en su casa de la Costa Dorada en Australia.
Nacido en 1926, en Hurstville, Australia, Brabham hizo se hizo de un nombre en el automovilismo en una época tan llena de estrellas como peligrosa. Haber compartido pista con pilotos de la talla de Stirling Moss o Jackie Stewart fue algo muy especial y que le da más valor a lo hecho por Brabham.
Como muchos pilotos de la época, dio sus primeros pasos en el automovilismo como mecánico. Comenzó a correr en Australia en 1948, y también compitió en Nueva Zelanda, antes de llegar al Reino Unido. Ya en el viejo continente empezó su carrera ascendente al asociarse con Cooper y ganó su primer gran premio ni más ni menos que en Mónaco en 1959, al mando de un Cooper Covenrty clímax.
Su último triunfo en la Fórmula uno fue en 1970, en Sudáfrica. Pero por lo que marcó su carrera en la Fórmula Uno, fue el hecho de que su tercer título lo logró en un auto de su propio equipo, el BT19, logro que permanece inigualado desde aquél histórico 1966 hasta la fecha.
Una anécdota célebre de Sir Jack Brabham fue cuando aseguró su primer campeonato mundial, en 1959, empujando su auto hasta la meta tras quedarse sin combustible, pero ese cuarto lugar ganado a base de esfuerzo le valió un título mundial, así que valió la pena cada gota de sudor que pudo haber derramado.
Jack Brahbam fue campeón de Fórmula Uno los años de 1959, 1960 y 1966. Le sobreviven sus hijos Geoff, Gary y David, este último también un piloto profesional exitoso, que incluso ha ganado las 24 Horas de Le Mans.
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