La Hyundai Santa Fe nació hace exactamente 25 años y, como los buenos vinos, ha mejorado con los años, adaptándose a las nuevas tendencias e incorporando todas las tecnologías que la firma surcoreana ha desarrollado en cada una de sus etapas, sin embargo, esta quinta generación, la transformó en un SUV de tres filas de asientos cuyo lenguaje de diseño rompe con todo lo que Hyundai había mostrado hasta ahora, con la correspondiente carga tecnológica y de seguridad que eso conlleva.
A nuestros mandos tuvimos la versión híbrida Limited Tech y, sin duda alguna, su diseño exterior es una de sus cartas de presentación más fuertes, pues más que parecer un vehículo de producción en serie, tiene el aspecto de un concept car, que apuesta por trazos cuadrados en prácticamente todas sus superficies, pero que al mismo tiempo lucen vanguardistas, algo que las personas que la vieron en nuestra prueba de manejo pudieron comprobar. En pocas palabras, de la generación anterior sólo quedó el nombre.
En la parte frontal dominan los trazos rectangulares, e inclusive la firma luminosa de las luces diurnas, en forma de H, indican que se trata de un vehículo de la firma surcoreana, algo que se repite en las calaveras LED.
Otro aspecto a destacar es que, a pesar de que se trata de una camioneta de 4.83 metros de largo, 1.90 de ancho y 1,77 metros de alto, montada sobre rines de aleación de 20 pulgadas, visualmente no luce tan grande y eso en particular nos encanta, consecuencia de trazos como la línea del techo, que cae ligeramente desde el parabrisas hasta el medallón, así como de los trazos laterales, que dan la impresión de que se hacen angostos cuando llegan a la zona de la cajuela.
Una vez acomodados en el asiento del conductor, el lenguaje de diseño exterior busca replicarse en el habitáculo, sobre todo en elementos como los postes del volante, consola central y el tablero.
Fiel a las actuales tendencias, sobre el tablero se encuentra una pantalla curva, que alberga tanto el cuadro de instrumentos de 12.3 pulgadas como el sistema de infoentretenimiento, con conectividad Apple CarPlay y Android Auto inalámbrica y de las mismas dimensiones, todo en una sola unidad, con gráficos de gran calidad.
Justo por debajo del sistema de infoentretenimiento se encuentra un panel de mando electrónico, para manipular funciones de confort, como el aire acondicionado y la calefacción o ventilación de los asientos.
Muy útil saber que en la consola central se encuentran dos cargadores para smartphones inalámbricos, que ponen el punto final a las batallas por saber quién cargará primero su dispositivo, pero también no faltan dos puertos de carga, por si acaso.
La calidad de manufactura y ensamble en el interior salta a la vista, inclusive da la sensación de que se trata de un vehículo de un segmento superior, por lo que no nos enfocamos mucho en encontrar algún detalle en eso, así que nos apuramos a vincular nuestro teléfono para ponerle sound track al viaje.
La postura de manejo es cómoda y el cuerpo se adapta con rapidez al asiento; al fin y al cabo es una camioneta familiar para recorrer largas distancias de la forma más eficiente.A ser un vehículo híbrido es normal que, tras presionar el botón de encendido, todo esté en silencio, pues la electrónica del tren motriz da privilegio a la parte eléctrica para que sea la indicada para dar el primer impulso y poner a la Santa Fe en movimiento.
Desde luego que si se demanda más potencia, la parte a gasolina entrará en acción. Nos hubiera encantado que existiera un modo de manejo eléctrico, es decir, que pudiéramos recorrer algunos kilómetros únicamente con la carga almacenada en las baterías que alimentan el propulsor eléctrico, pero la capacidad de las pilas, de 1.46 kWh, no alcanza para eso, a menos que fuera una híbrida enchufable.
De cualquier forma, cumple con el cometido de reducir el consumo de combustible de todo el conjunto, pues registramos cifras superiores a los 15 km/l en ciudad, lo cual es bueno sabiendo que en el interior viajamos siete personas y equipaje.
Dicho sea de paso, si bien la tercera fila es reducida para los ocupantes, tampoco es que se sufra, pues los comentario positivos de los que viajaron en esa parte así lo confirmaron, aunque evidentemente el espacio de carga se reduce considerablemente, por lo que algunas mochilas tuvieron que viajar en las piernas y agregaron que el techo de vidrio les ofreció una perspectiva diferente durante el viaje.
Pero una vez en carretera, la Santa Fe dio lo mejor de sí. En este escenario el trabajo de ambas motorizaciones apuesta más por el buen desempeño que por la eficiencia, pues el motor eléctrico funciona más como un apoyo al bloque de gasolina, sobre todo en maniobras de rebase, donde la potencia es contundente y da confianza ante estas acciones.
En ningún momento experimentamos episodios de pesadez sino todo lo contrario, se siente una camioneta ágil y de respuesta inmediata al toque del acelerador.
Bajo el cofre de la Santa Fe se encuentra una unidad híbrida integrada por un motor a gasolina, de 1.6 litros turbocargado, al que se suma un propulsor eléctrico, que de manera conjunta generan 235 caballos de fuerza y 422 libras-pie de torque, administradas al eje delantero por una transmisión automática de seis velocidades, con un funcionamiento silencioso y con una calibración confortable.
Lo mismo sucede con el esquema de suspensión, que mantiene estable y bajo control a todo el conjunto, a pesar de las fuerzas laterales de las curvas y de algunas frenadas rápidas. A lo largo de 300 kilómetros de recorrido total, regresamos a casa con poco más de un cuarto de combustible en el tanque.
La nueva Santa Fe cumplió con nuestro cometido de transportar a una familia completa con todas las amenidades posibles y con la mayor comodidad, pero siempre de manera segura, pues este SUV ofrece, entre muchas otras aplicaciones y funciones, bolsas de aire de rodilla para conductor, frontales laterales, de tipo cortina y traseras laterales, asistente de punto ciego, mantenimiento de carril, monitor de punto ciego, corrección de carril y asistente de tráfico cruzado con anticolisión trasera. Está disponible en nuestro mercado por un precio que inicia en 1,127,500.