Día a día se popularizan los paquetes de apariencia deportiva inspirados en los modelos de más alto desempeño de distintas marcas. El Hyundai Tucson adopta el paquete N-Line con un diseño más agresivo y algunos retoques en el chasís para ofrecer una experiencia más divertida al volante, sin ser del todo un SUV deportivo.
Su carácter lo definen unos rines de aluminio de 19 pulgadas pintados en negro, así como algunos detalles en acabado negro brillante para parrilla, carcasas de espejos y alerón. La fascia también estrena un diseño más agresivo.
Dinámicamente hay algunas mejoras, como un nuevo software en el sistema de dirección para ofrecer un tanto más lineal y directo; la suspensión, por su parte, incrementa su rigidez un 8% al frente y un 5% atrás. La gama de motores se compone por las opciones más potentes: un par de motores diesel de 1.6 y 2.0 litros con tecnología mild-hybrid, que desarrollan 136 y 185 hp respectivamente. Existe una variante a gasolina con motor turbo de 1.6 litros de 177 hp. Puede configurarse con tracción delantera o integral.
El Hyundai Tucson N-Line es el segundo modelo en adoptar este paquete deportivo; el i30 fue el primero. No es casualidad que la marca apostara tan pronto por la vestimenta N-Line en su SUV compacto; el Tucson es el modelo más vendido de Hyundai en Europa, ideal para dar a conocer esta nueva serie que pronto se expandirá por el resto de la gama.