EE. UU. sigue encontrando motivos para mantener fuera a China. Ahora acusa a marcas europeas de usar piezas con mano de obra forzada

De acuerdo con una investigación realizada por el Congreso de Estados Unidos, dada a conocer por el New York Times, las marcas BMW, Volkswagen y JRL (Jaguar-Land Rover) utilizaron piezas fabricadas en China bajo el esquema de programas de trabajo forzoso, provenientes de un proveedor que figura en la lista prohibida del gobierno de la Unión Americana.

En concreto, los tres fabricantes vendieron automóviles en Estados Unidos que utilizan un componente de comunicaciones transformador LAN, producido por Sichuan Jingweida Technology Group, también llamado JWD, una empresa que afirmó haber utilizado trabajo forzado en su proceso de producción.

Sichuan Jingweida Technology Group tiene su sede en Xinjiang, en el extremo occidental de China, una región conocida por las prácticas de trabajo forzoso. La Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur impide que bienes fabricados en Xinjiang se importen a Estados Unidos a menos que el importador pueda demostrar que no se utilizó trabajo forzoso durante la producción.

En ese sentido, China pidió a las empresas "no dejarse engañar por mentiras" sobre supuestos abusos de derechos humanos en Xinjiang, luego de que Volkswagen anunciara que analiza su futuro en esa conflictiva región. El Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo en un comunicado que las denuncias de abusos en esa región son "una mentira fabricada con la intención de desestabilizar a Xinjiang".

Si bien ninguno de los fabricantes de automóviles compró las piezas directamente a Sichuan Jingweida Technology Group, sino que las adquirió a través de una empresa occidental, denominada Lear Corp, que afirma haberlas comprado a un intermediario, dos de las marcas continuaron usando las piezas incluso después de haber sido informadas por escrito de que sus cadenas de suministro contenían productos prohibidos.

Volkswagen respondió ante la situación realizando cambios en su cadena de suministro y también informó a los funcionarios de aduanas que a los automóviles afectados que estaban llegando, se les reemplazarían los componentes afectados en un puerto de Estados Unidos.

Por su parte, BMW se mostró menos interesada en tomar medidas. La investigacIón del Congreso de Estados Unidos señaló que BMW ignoró las advertencias y continuó usando las piezas prohibidas, importando 8,000 Minis equipados con componentes de este tipo después del aviso.

La misma investigación del Congreso señaló que muchos fabricantes de automóviles continúan utilizando piezas fabricadas en China y dependen de “cuestionarios, autoinformes y auditorías limitadas” de los proveedores para decidir si sus productos cumplen con las leyes estadounidenses. Advirtió que no se puede confiar en que estos métodos proporcionen una respuesta verdadera, especialmente porque puede haber una docena de niveles de proveedores entre el fabricante de automóviles y el componente.

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