¿Cómo definir el concepto lujo cuando desde el 2017 se han observado algunos cambios en los factores que influyen en su descripción?
Desde hace un par de años, para el sitio Trend Watching, el futuro de lo que es el lujo está determinado por algo más allá de la posesión de ciertos productos, deja de tratarse de “lo que se tiene” y se transita a “lo que se es”. Aunque en cuestión de autos todo parece inclinarse hacia que las personas ya no quieran un vehículo propio porque tendremos un chofer particular con solo ejecutar una aplicación gracias a la conectividad. Sin embargo, hay un punto que nunca se le va a poder quitar de la definición: el estatus que determinados modelos generan.
El mercado mexicano es, según Deloitte, de los más atractivos para los productos de lujo. De hecho, de acuerdo con los analistas, habrá un crecimiento en los siguientes años. Para vender a los mexicanos desde autos hasta joyas, consideran, es más efectivo contar con tiendas que proyecten exclusividad.
Lo anterior puede estar apoyado por los datos registrados por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) que revelan que en los primeros siete meses del 2018 se han vendido 48,241 vehículos de la categoría de lujo, lo que representa un crecimiento del 13.4% respecto del mismo periodo del año anterior.
Lujo sobre ruedas
Debe ser natural poner la etiqueta de lujo a un auto capaz de atraer miradas por un increíble look que muestre una construcción impecable, de calidad, con capacidades de personalización, un desempeño extraordinario y los sistemas de seguridad más avanzados.
Diseño: se dice que de la vista nace el amor y en el mundo automotriz un perfil atractivo. Una imagen robusta y poderosa, con faros LED y de niebla, así como un toque ligeramente deportivo y detalles en cromo llamarán la atención de quien sea. Un sedán que podría cubrir este punto es el KIA Optima 2019, cuya actualización en la imagen lo hace ver todavía más elegante.
Materiales e interiores: los materiales y una especial atención en la construcción del vehículo -atendiendo cada detalle- nos permiten ver el compromiso de los fabricantes con los conductores y la confianza que tienen en sus autos (una garantía de 7 años es signo de tal cosa).
Por otro lado, el buen gusto y el lujo van de la mano. Acabados de primera, una distribución que permita una sensación de espacios amplios en la cabina, un sistema de audio de 10 bocinas, controles al volante fáciles de usar y los asientos de piel generan una atmósfera que elevan toda experiencia, tanto que no se querrá voltear nunca hacia atrás.
Conectividad y personalización: la tecnología y las tendencias han marcado el camino que los fabricantes deben seguir y uno de los puntos que los consumidores actuales valoran más es la conectividad.
De acuerdo con el reporte ‘The Road to 2020 and beyond’ de la firma de análisis McKinsey, “así como los teléfonos se volvieron inteligentes, los autos también lo harán”. De manera que los autos que cuenten con el equipamiento necesario para ofrecer una mayor cantidad de información al conductor, así como más placenteros sus trayectos, serán más valorados.
Ejemplo de ello es la compatibilidad de los sistemas de infotenimiento de los vehículos y los diferentes dispositivos móviles a través de Android Auto y Apple Carplay. Lo cual es una manera sencilla de personalizar algunos aspectos y experiencias sobre el camino.
Desempeño y seguridad: un auto de lujo con un diseño extraordinario, interiores de gran calidad y lo último en tecnología debe ofrecer al mismo tiempo un excelente desempeño. Así que un motor de cuatro cilindros, de 2.0 litros Turbo GDI con una potencia máxima de 245 HP y un torque de hasta 260 libras pie, además de 4 modos de manejo (ECO, Normal, Sport & Smart), como el del KIA Optima 2019 puede ofrecer bastante eficiencia sobre los caminos.
Ahora, el lujo debe también acompañarse por seguridad y por tal motivo siempre hay que pensar en los sistemas de bolsas de aire -que sean suficientes para proteger a quienes se encuentran en el vehículo-, pero además una serie de sensores que permitan asistir al conductor, por ejemplo los de: tráfico cruzado, estacionado y punto ciego. Eso aunado a los controles de estabilización del auto, suspensión delantera y trasera y frenos ABS, entre otros.
¿El estatus es lujo?
Aunque se modifique con el tiempo, el concepto de lujo siempre será parte de nuestras vidas, solo hay que tener claro qué se quiere proyectar a cada momento y estar conscientes de que al final, más allá de un auto extraordinario y una experiencia de manejo única, se obtiene estatus.