Jeep Compass 2022, a prueba: una evolución de madurez con más refinamiento y lujos

Nota de Motorpasión México







Jeep es sinónimo de aventura y capacidad off-road, por ello no es noticia que actualmente o en su momento a cada uno de sus productos le hayan dado una o varias versiones más enfocadas en la vida todo terreno. Sin embargo, de vez en cuando las prioridades cambian y se opta por ofrecer productos con la imagen icónica, pero tal vez ya sin toda esa esencia que los hace especiales y eso también está bien, se llama diversificar el negocio. Justo eso es lo que le pasó al Jeep Compass con su actualización de media vida, lo pusimos a prueba.

En video

Una imagen más madura

El Jeep Compass nació como un producto de entrada y en su momento llegó a ser de lo más accesible en el segmento, no tanto por gusto, pero sí por necesidad y es que recordemos que llegó casi al mismo tiempo que la gran crisis que por poco hunde a los tres grupos automotrices más grandes de Estados Unidos.

Fast Forward a cuando Chrysler ya estaba recuperándose y el Compass dio un salto enorme en todo aspecto. Vaya en 2018 cuando se estreno esta generación, incluso lanzaron un Compass TrailHawk que de verdad podía presumir credenciales de Jeep. Claro con un precio a pagar. Pero, ahora para el modelo 2022 la marca transformó un poco su filosofía y decidieron encaminarlo mejor al lujo y comodidad estadounidense.

Con esta actualización tenemos un producto que se ve mucho más maduro, porta un frente más detallado con tomas de aire más grandes e incluso ciertas formas que me recuerdan el frente de un Grand Cherokee SRT8, también hay forma de faros nuevos y ligeros retoques en la parte trasera.

Este Compass mide** 4.4 metros de largo**, por lo que dentro del mundo de los crossover compactos está más cerca de rivales como SEAT Ateca, VW Taos, KIA Sportage, etc.

La que ves aquí es una variante High Altitude, es decir, el tope de gama que destaca por los faros y calaveras LED, contornos al color de la carrocería en vez de en plásticos negros, rines de 19” y techo panorámico.

A grandes rasgos me gusta cómo se ve, la esencia de Jeep es muy clara, desde la forma de faros y la icónica forma de la parrilla. Aunque otros detalles que creo que le dan personalidad es el optar por una carrocería en doble tono, los rines oscurecidos y los emblemas en color negro.

Tal vez dirán que exagero, pero hay un detalle que no me gustó tanto y es que la cámara de visión frontal se colocó justo al centro de la parrilla y la verdad se nota mucho, me recuerda a esas veces que vas a salir con tu crush y en el momento que te estás peinando te ves un barrito enorme en la frente o la punta de la nariz. Obvio esto es subjetivo, pero creo que se pudo disimular mejor colocando esa cámara en otra zona, tal vez.

Interior con diseño completamente nuevo

Por fuera hubo un cambio notorio, pero donde sí se dió una transformación más fuerte aún, fue en el interior. Todo el diseño cambió y se actualizó con lo último de conectividad de Stellantis.

El tablero luce mucho más refinado y minimalista tanto por posición de elementos como por contrastes de color. A nivel calidad creo que está bien, no es algo de otro mundo, pero encuentras lo que esperas de este segmento, lo suave arriba y un gran dominio de materiales duros y plásticos negros brillantes en la zona baja. Un punto medio cómodo.

Eso sí, debo decir que creo que el aislamiento del sonido del motor pudo mejorar un poco, hace poco, manejé Forester, Taos y CX-30 y en ninguno recuerdo que el sonido del motor en la cabina llamara de más mi atención.

Otro elemento que desentonó con la experiencia fue el ángulo que se le dió a ciertas zonas en el tablero que junto al material brillante, hacen que a ciertas horas en el día recibas directamente a la cara un destello algo incómodo. Al menos a mí, me hizo modificar un poco mi posición de manejo porque si no sí era muy molesto.

Hablando de equipo, aquí Jeep siguió la línea estadounidense y nos puso una avalancha de elementos de confort, conectividad y seguridad. Vámonos por partes: Primero conectividad.

Aquí tenemos una nueva pantalla de 10.1” para el info-entretenimiento, compatible con CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica y con navegación integrada. Tiene una de las versiones más recientes del sistema de Stellantis, UConnect que me gusta mucho, porque es claro, a veces creo que es muy específico y divide mucho sus opciones, pero al menos es rápido encontrar las rutas que quieres para modificar aspectos, muestra mucha información y tiene una respuesta rápida. Este sistema de complementa por un sistema de audio Alpine con Subwoofer, muy nítido y con punch.

Luego tenemos un cuadro de instrumentos digital de 10.25” también altamente personalizable con la información que quieras ver y fácil de entender.

Ahora en el confort, la verdad, falta poco para que te sientas en un lounge, tenemos: A/C automático de doble zona, asientos delanteros con ajuste eléctrico, ventilación, calefacción y vestiduras en piel Nappa, además de memoria para el asiento del conductor. Obvio volante calefactable, espejo electrocrómico, techo panorámico, cargador inalámbrico para smartphone, freno de estacionamiento eléctrico, asistente de estacionamiento semi autónomo y hasta encendido de motor remoto.

En la parte trasera tenemos un espacio decente y cómodo para dos otras personas, en amenidades, tenemos salidas de AC, puertos USB y hasta entrada trifásica de corriente. La capacidad de la cajuela es de 770 litros bien para ese segmento de los crossover compactos más pequeños. También hay que recalcar que tenemos apertura manos libres y cierre eléctrico

En seguridad también tenemos un buen nivel, empecemos con 7 bolsas de aire, frenos ABS, control electrónico de estabilidad, control de tracción y asistente de ascenso en pendiente. Conforme avances en la gama podrás sumar, visión de 360º, alerta de punto ciego, control de velocidad crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tránsito, freno autónomo de emergencia con detección de ciclistas y peatones. Obvio al ser esta la versión tope, tenemos incluido todo lo que te dije.

Las únicas ausencias que noto en general en el equipo, sería el mantenimiento de carril y tal vez la opción de ofrecer un punto de conexión Wi-Fi como hacen sus otros rivales estadounidenses, pero creo que con lo que tiene hace muy buen trabajo. Solo de vez en cuando he visto que la cámara de reversa tiene pequeños momentos en los que se congela, especialmente si la activas tras unos segundos de arrancar, puede que sea tema de solo esta unidad, pero me llamó la atención.

Misma mecánica aún con más enfoque al día día

Al volante del Jeep Compass 2022 no tenemos cambios grandes. De base usa el mismo motor que antes del facelift. Me refiero a un motor de 4 cilindros, atmosférico, de 2.4 litros con 180 hp y 175 lb-pie de par. Unas cifras acorde al segmento. Su caja es automática de 6 cambios y solo lleva el poder al eje delantero.

El compass se desarrolló de inicio con una plataforma de tracción delantera y es que su enfoque principal siempre fue primero el del día a día. Un producto más de volumen que de nicho como el Wrangler o modelos más grandes y lujosos.

Si bien antes del facelift tuvo una variante Trailhawk con tracción integral y hasta bloqueo de diferencial, eso tuvo sus consecuencias. En 2018 cuando se lanzó esta generación ese Trailhawk costaba $650,000 pesos unos $20,000 menos que este tope de gama en 2022. Si siguiera existiendo con la inflación de hoy en día seguro que hablaríamos de más de 750,000 pesos sin problema alguno.

Creo que se adelantó un poco a su tiempo, porque ahora funcionaría muy bien con esta tendencia e interés mayor en las aventuras, digo por algo tenemos un Bronco Sport. Pero bueno, como te digo para este facelift Jeep decidió que el Compass se quedará en el espectro de la comodidad y vida urbana por su configuración mecánica. A mi parecer, esto funciona.

Por un lado el motoro lo mueve sin tanto problema, no es explosivo, pero si suficientemente potente para que no se sienta pesado. Eso sí, a la altura de la ciudad de México esa configuración no le ayuda mucho, pues el consumo ronda entre los 7.5 y 8.3 km/l.

La dirección es suave y siento que algo anestesiada, muy del gusto estadounidense donde no hay respuestas tan abruptas, de nuevo persiguiendo comodidad. Igual que la suspensión, cómoda cómo solo los estadounidenses saben hacer, perfecta para la jungla de asfalto, pero no tan divertida o enganchante en carretera. Al menos por cómo me gusta la experiencia de manejo más dinámica, creo que prefiero un poquito más de firmeza como en un SEAT Ateca. Aunque claro, eso en mi caso, si tú quieres comodidad pura, pues aquí hay una buena opción.

En cuanto a los frenos y es que creo que frena demasiado bien, me explico. Llevo varios días manejándola y siempre las primeras frenadas me amarro mucho porque creo que es muy sensible la puesta a punto del pedal. Obvio tras unos minutos te adaptas y ya eres más suave con el pedal, pero sí es notorio que muerde con mucha fuerza.

Finalmente, agradezco mucho las asistencias de seguridad, pero creo que la alerta del freno autónomo de emergencia es algo como tus papás cuando estabas aprendiendo a manejar. Pues aunque el coche de delante esté aún a una distancia decente y frene, la alerta de colisión se activa y hace ruido, cuando sabes perfectamente que tienes mucho tiempo para reaccionar. No digo que se lo quiten o lo cambien, en seguridad nada es exageración, solo comento que es de las que más temprano se activan.

Una ruta que persigue el volumen antes que los nichos

La nueva ruta del Jeep Compass persigue el volumen antes que los nichos. A los fanáticos más aguerridos de la marca les puede parecer un error, pero la realidad, es que productos como estos son los que tienden a vender más y eso es lo que Jeep quiere, ya que cuando ese volumen empuja y las arcas se llenan más y más rápido, el presupuesto para productos emblemáticos y de nicho permite hacer cosas más sorprendentes.

Justo como revivir al Gladiator o Grand Wagoneer, o bien hacer un Wrangler 392, entre otros. Así que ya sea Jeep o la marca que quieras, si ves que hacen productos de volumen, no te enojes, más bien emociónate porque si funcionan en los puntos de venta, más adelante tendrás algo increíble que admirar.

Respecto al Jeep Compass, es un producto con mucho equipo, sí, y tiene a rivales que por precio pueden ofrecer más espacio con un nivel de equipo similar. Sin embargo, creo que su rival más duro ahora vive dentro de casa y es que a mi parecer aunque unos 20,000 pesos más caro, el Peugeot 3008 GT 1.6 ofrece más refinamiento y una experiencia de manejo por la que vale pagar el extra.

8.3

Acabados8.5
Seguridad9
Infotenimiento9
Comportamiento8
Motor8
Transmisión8
Consumo8
Suspensión8.5
Espacio8
Precio8

A favor

  • Equipamiento de confort
  • Marcha suave y cómoda para el día a día
  • Info-entretenimiento completo y fácil de usar

En contra

  • A veces se cuela mucho el ruido del motor a la cabina
  • Prioriza comodidad y eso a veces limita el dinamismo
  • Algunas alertas de las asistencias se activan fácilmente

Jeep Compass High Altitude 2022

$674,900

  • Motor: 2.4 litros (4 cil)
  • Potencia: 180 hp @ 6,400 RPM
  • Par: 175 lb-pie @ 3,900 RPM
  • Transmisión: Automática de 6 velocidades
  • Tracción: Delantera
  • Frenos: Disco/disco
  • Velocidad máxima: N.D
  • Aceleración 0-100 km/h: N.D
  • Suspensión delantera: Independiente
  • Suspensión trasera: Independiente
  • Peso: 1,444 kg
  • Longitud: 4,404 MM
  • Cajuela: 770 litros
  • Consumo urbano: N.D
  • Consumo en carretera: N.D
  • Consumo combinado: N.D
  • Capacidad del tanque: 51 litros
  • Lugar de fabricación: México

Agradecemos a Estacionamientos Deprisa para la realización de la sesión fotográfica. Para más información acerca de sus instalaciones, visita su página web.

En Motorpasión México aceptamos vehículos de prueba sólo con fines editoriales. No aceptamos contenido patrocinado a menos que sea claramente especificado como tal.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión México

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com.mx

VER 2 Comentarios