Lexus NX 350h, a prueba: la compra sensata en el capricho premium

Lexus finalmente está en México, y llega con una gama compuesta tanto por sedanes, como por SUV. De todos sus lanzamientos, el Lexus NX es su estreno más reciente. Se trata de un SUV compacto que llega a plantar cara a BMW X3, Mercedes-Benz GLC y Audi Q5, y lo hace con una opción híbrida en la baraja. ¿Vale la pena? Lo tuvimos a prueba.

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Dentro del mundo de los SUV premium, los compactos son los más populares, por eso no debería resultarnos extraño que el NX se convierta en el modelo más vendido de Lexus. Mide 4.66 metros de largo y su gama está compuesta, en su mayoría, por configuraciones híbridas —no enchufables— que prometen un equilibrio interesante entre desempeño, rendimiento y, sobre todo, precio. Pero vamos por partes.

Comencemos con el diseño. Si has seguido la trayectoria de Lexus, estarás de acuerdo conmigo en que la marca suele apostar por diseños fuera del molde: faros sumamente afilados, calaveras grandes y expresivas, líneas de estilo tensas y una colosal parrilla que no luce desproporcionada porque, a diferencia de otras marcas que han seguido esta tendencia, en Lexus siempre han habido parrillas grandes.

Otro aspecto que vale mucho la pena mencionar es que el Lexus NX no sólo es uno de los modelos más nuevos de la marca en México, sino también a nivel global. Hace tan solo unos meses se dio a conocer esta nueva generación para el mercado internacional, por lo que estamos ante uno de los Lexus más frescos y contemporáneos. Para muestra de ello, la cabina.

Interiores que se ven y se sienten premium

La cabina del Lexus NX 2022 encaja lo atrevido del exterior. Hay muchas curvas en el tablero y un diseño asimétrico y orientado hacia el conductor. La protagonista, sin duda, es la enorme pantalla táctil de 14" con una interfaz de infotenimiento sencilla, pero a la que hay que acostumbrarse, ya que no cuenta con un menú Home; simplemente se selecciona el tipo de contenido a través de la barra lateral.

La pantalla está muy bien aprovechada. Todo el tiempo muestra los controles de la climatización, sin robar espacio a las funciones del sistema multimedia o a los diferentes menús con configuraciones del auto. Las perillas de temperatura del A/C están integradas a la pantalla, pero con controles físicos —se ve bastante futurista—, mientras la velocidad del ventilador y la calefacción o ventilación de asientos sí se manipula desde la pantalla táctil. Por el tamaño de los botones, no supone mayor distracción.

Frente al conductor encontraremos otro par de pantallas, aunque más pequeñas. Al centro del cuadro de instrumentos hay una pantalla redonda para el velocímetro, que incluye un indicador de consumo de energía o, si activamos el modo Sport, un tacómetro. Al costado lleva lo más Toyota que encontrarás en este modelo: una pantalla vertical a color para la computadora de viaje, de fácil lectura y con información relevante, pero que, mirando la categoría premium a la que apunta Lexus, indudablemente se llega a extrañar una mayor diferenciación, e incluso se echa de menos la opción a un cuadro de instrumentos 100% digital.

En casi todo lo demás, el Lexus NX realmente deja un buen sabor premium. Prácticamente todo el tablero, las puertas y la consola central son de tacto suave y acolchado, con algunos detalles en cuero de otro tono y costuras en contraste, así como insertos de madera oscura. Las únicas piezas rígidas son la tapa de la guantera y la zona de los revisteros en las puertas, donde además llegué a extrañar un recubrimiento interno más suave.

El equipamiento convence, aun sin ser la versión tope de gama

Debo confesar que cuando recibí el Lexus NX en el garaje, confiaba en que se trataría de la versión más equipada; las marcas rara vez nos prestan una versión que no sea esa. En general, su equipamiento me pareció convincente, aunque hubo algunas ausencias que me saltaron, como quizá un head-up display, cámara 360º, sensores de proximidad o un sistema de sonido firmado por alguna marca de alto nivel. Tenía razón: esos elementos deberían estar... y están, sólo no en la versión que probé.

Al descubrir que en realidad estaba probando la versión Premium, intermedia en la gama, mi impresión cambió: ahora me sorprendió lo completo del equipamiento para tratarse de una versión intermedia. Tiene casi todo: asientos delanteros eléctricos con calefacción y ventilación, servicios remotos a través de aplicación móvil, techo panorámico, portón trasero eléctrico, espejo retrovisor electrocrómico y una completísima suite de asistencias.

Si das el salto al Lexus NX Luxury, que es la versión más equipada, sumas elementos como head-up display, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámara de visión de 360º, sistema de sonido Mark Levinson de 17 bocinas, volante con controles táctiles, faros con triple iluminación de ELD y segunda fila de asientos calefactable.

Ahí está una de las claves de este modelo: en el completo nivel de equipamiento incluido de serie, cuando la mayoría de sus competidores alemanes lo ofrecen únicamente en un plano opcional, incluso en versiones de gama alta a precios muy similares —o incluso superiores.

¿Qué tal se maneja un Lexus NX híbrido?

No es ningún secreto que Lexus y Toyota comparten componentes, y que el Lexus NX deriva de la arquitectura del Toyota RAV4. Pero ojo, no se trata simplemente de un RAV4 maquillado. Al volante sí se sienten diferencias importantes, como una calidad de marcha superior y más refinada, mejor insonorizada y con una suspensión más avanzada, que mantiene el enfoque hacia el confort, pero con una pisada ligeramente más firme para favorecer una conducción más ágil.

El Lexus NX no persigue sensaciones deportivas. Su chasís se comporta a la altura bajo una conducción demandante gracias a una carrocería que no inclina tanto en curvas y a una dirección ligera, pero de buen tacto, sin embargo, el manejo en general va mucho más orientado a la comodidad. Mismo caso con el motor.

La mayoría de las versiones del NX en México llevan una configuración híbrida, compuesta por un motor atmosférico de 2.5 litros y propulsión eléctrica, que generan un total de 240 hp. Los números son buenos, pero la sensación no llega a ser tan explosiva ni divertida como sus competidores con motor turbo.

El motor eléctrico favorece para arranques ágiles, y la potencia en general es la adecuada, sin embargo, la transmisión automática de efecto CVT y el ruido —y las vibraciones— que produce el motor de combustión interna no me terminan de encajar para el refinamiento que esperaría de un SUV premium que ronda el millón de pesos.

El lado amable está en el consumo. En un trayecto de Santa Fe —en Ciudad de México— hacia el aeropuerto, y luego de vuelta en hora pico, el Lexus NX híbrido promedió 21.7 km/l. Ojo, ahí iba intentando obtener el mejor rendimiento, sin conducir lento, pero sí siendo más sutil con el uso de acelerador y freno. Al final, el promedio de toda la semana de prueba y bajo condiciones de manejo más ordinarias, fue de 17.5 km/l. El acumulado de más de 1,000 km por todas las personas que lo han manejado reportaba alrededor de 14.5 km/l, que son cifras equivalentes a las de un hatchback pequeño. Bien ahí.

Un SUV premium que te da buen valor por tu dinero

El Lexus NX 350h Premium que probamos tiene un precio de 1,089,900 pesos, que es más o menos lo que cuestan sus principales competidores. ¿Qué lo hace especial? En primer lugar, el trabajo al interior es atractivo en términos de diseño, aunque tampoco me parece una versión con suficiente peso para desviar la mirada de otro modelo. El factor decisivo está en su equipamiento —en relación con el precio— y, sin duda, en la configuración híbrida.

Por el mismo precio que la mayoría de sus rivales, el Lexus NX ofrece un buen grado de electrificación que, al no ser enchufable, logra mantener un precio equilibrado. ¿Llega a extrañarse la posibilidad de circular en modo eléctrico por varios kilómetros? Sí, pero por el precio, la configuración híbrida no enchufable es totalmente congruente, y lo compensa con muchísima tecnología y confort.

Al final del día, quizá el Lexus NX no es un SUV premium cuya conducción te enamore o emocione como la de un BMW X3 o la de un Audi Q5, pero cuando pones todos sus elementos en la balanza, termina siendo una compra muy sensata, incluso comparada con otras buenas ofertas de valor, como el RDX. El NX se queda una o dos rayitas abajo en cuanto a sensaciones deportivas, pero gana muchas más en rendimiento.

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