Quien no se reinventa, desaparece. No hay más. La Volvo XC90 pasó tantos años empolvándose, que llegó el momento en que comenzó a pasar desapercibida. Quien tenía en mente una BMW X5 o una Audi Q7, no se imaginaba al volante de una XC90. Ahora, con una generación por la que ha valido la pena esperar cada minuto, el juego ha cambiado.
Desde sus primeras semanas, la Volvo XC90 comenzó a coleccionar premios de diseño, seguridad, tecnología y un etcétera muy generoso. Clientes y medios internacionales aplaudieron esta renovación. Nosotros nos subimos a ella con el listón muy alto, y aún así logró elevarlo. ¿Qué la hace tan buena? Vamos a conocerla.
La interpretación de lujo y diseño de los suecos es, hasta ahora, nuestra favorita
Nada de líneas extrañas ni curvas exageradas. El diseño de la Volvo XC90 es maduro y muestra la esencia de los suecos a la hora de diseñar autos. La sencillez reina en sus trazos, pero no del modo aburrido, sino del que consigue una apariencia elegante e imponente. Es un SUV ejecutivo que se viste como tal.
Mide 4.95 metros de largo y pesa más de 2,100 kilos. Es un buque crossoverizado que, desde ahí, nos anticipa un interior tan cómodo como una sala, con suficiente espacio para siete pasajeros y kilos y kilos de equipamiento: clima automático de cuatro zonas, asientos traseros calefactables, techo panorámico, vestiduras en piel Nappa, uno de los sistemas de infotenimiento más avanzados e intuitivos del mercado, sumado al espectacular sonido que replica la acústica del Auditorio de Gotemburgo.
Mencionar lo más destacado del equipamiento quizá no sea suficiente para resumir la experiencia, así que lo plantearé de este modo: es de los pocos coches en los que entristece llegar al destino, porque entre la comodidad de los asientos y la calidad del sonido, no querrás bajarte. Y lo digo en serio. Incluso en trayectos de tráfico denso, porque no tendrás que conducir.
Hace años, Volvo era seguridad y ya. Hoy, sumada a toda una experiencia de confort y conducción, la Volvo XC90 aporta mucho al segmento: conducción semiautónoma. Una vez que las cámaras y radares detectaron los coches de alrededor y las líneas de los carriles, basta indicar desde el volante que queremos activar el sistema Pilot Assist, para que acelerador, freno y volante sean controlados por la propia camioneta.
Te preguntarás —con justa razón— si este sistema resulta eficaz en ciudades tan... tan como las nuestras. La respuesta es sí. Las reacciones del sistema son sutiles y previsoras, y cuando es necesario que el conductor intervenga (porque ya no hay líneas de carril pintadas, por ejemplo), la camioneta avisa con bastante anticipación.
Segura, cómoda y tecnológica... ¿qué más?
Es verdad, para triunfar en un segmento tan avanzado como el de los SUV de lujo se necesita más que seguridad, mucho equipamiento y tecnología. Tras escuchar que la Volvo XC90 pesa más de dos tonelada, imaginamos que sería aburrida de conducir; después de ver que, además, su motor es de "apenas" 2.0 litros, dejamos de imaginarlo y nos convencimos. ¡Error!
Su motor, del tamaño del de un Focus, tiene un as bajo la manga: combina un turbo con un supercargador. Así, de ese pequeño bloque de cuatro cilindros se pueden extraer 320 caballos, más que suficientes para hacernos sonreír al pisar el acelerador. Los rebases se pueden realizar con rapidez, las recuperaciones y las aceleraciones desde 0 km/h son muy buenas y, lo mejor, el consumo no compromete nuestras carteras: conseguimos un rendimiento promedio de 8.5 km/l, estupendo para una camioneta de este tamaño... y de este precio.
Ahora bien, desde el volante, las dimensiones y el peso no se sienten. De hecho, bajo algunas circunstancias, nos atrevemos a decir que se conduce como un sedán. La dirección es fiel a nuestros mandos, la suspensión está en el punto exacto entre deportividad y confort —es configurable— y en todo momento se siente estable. Todo se realiza con suavidad, sin llegar a parecer anestesiada.
En todo momento estamos siendo vigilados por un increíblemente largo catálogo de asistencias, que van desde alerta de colisión frontal con frenado automático de emergencia, hasta alerta de tráfico transversal, asistente de permanencia en el carril, lector de señales de tránsito y detección de peatones.
La Volvo XC90 es la opción más balanceada del segmento
Vale, no es tan explosiva como sus rivales alemanas en sus versiones más potentes, pero lo tiene todo para convertirse en la mejor opción del segmento por una sencilla razón: todo lo que BMW, Mercedes, Audi y Porsche dejan en un plano opcional —o incluso fuera del catálogo—, la Volvo XC90 lo ofrece como equipo de serie al mismo precio.
Todo el equipo de confort, seguridad y tecnología es de serie. Si a la ecuación sumamos un motor bien balanceado entre desempeño y consumo, un interior espacioso, calidad de primer nivel, amplias opciones de personalización y un nivel de conducción que superó nuestras espectativas, la Volvo XC90 tiene poco que envidiar a cualquier otro modelo del segmento. Los suecos están haciendo las cosas muy bien en el segmento premium; si los alemanes no se reinventan, pronto habrá un nuevo referente sobre cómo debe ser un auto de lujo.
9.6
A favor
- Se conduce sola en ciudad y carretera
- El nivel de los acabados: ¡Excelente!
- El balance entre deportividad y confort es perfecto
- Para su tamaño, el consumo es bueno
En contra
- No hay mucha variedad de motores
Versión probada | T6 Inscription | ||
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Cilindrada | 1969 cm³ | Tracción | Integral |
Motor | 4 cil. turbo + supercargador | Capacidad del tanque | 71 litros |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 320 hp @ 5,700 rpm | Consumo urbano | 8.5 km/l |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 295 lb-pie @ 2,200 rpm | Consumo en carretera' | 16.5 km/l |
Peso | 2,126 kg | Consumo combinado' | 14.2 km/l |
Velocidad máxima' | 230 km/h | Emisiones de CO2' | 165 g/km |
Aceleración 0-100 km/h' | 6.5 s | Capacidad de la cajuela | 692 litros |
Transmisión | Automática de 8 vels. | Precio | $1,259,900 |
' Cifras oficiales del fabricante