Aston Martin nos deleita cada año con diseños atractivos en una mezcla de elegancia y deportividad británica, no por nada ha sido el auto elegido para las sagas del espía más famoso del mundo, James Bond.
Además su pedigree en el mundo del deporte motor habla por sí mismo, y es precisamente en esta rama en la que nace el nuevo Aston Martin Vulcan, que como un volcán en erupción promete entregar poder y potencia a lo grande.
2.8, no es su cilindrada pero si el precio, 2.8 millones de dólares cuesta este racer, solo 24 serán producidos y estarán a la venta para afortunados compradores que estén considerados en el programa Aston Martin's VIP sales programme, sin embargo estar incluido en el programa y desembolsar dicha cantidad no serán lo único necesario para ponerse al mando de este Monte Vesubio sobre ruedas. El pago incluye un curso intensivo para aprender a domar el Vulcan, apoyados por pilotos profesionales como Darren Turner, ganador de LeMans a bordo de un Aston Martin DB9.
La experiencia de aprendizaje no solo involucra la tutoría de los profesionales sino que también incluye el formarse en vehículos de primera clase como el V12 Vantage S, One-77 y el Vantage GT4 race car, con lo cual se pretende que el comprador desarrolle su propio estilo de conducción.
En cuanto a personalización, aquí sí el dinero lo puede todo, pues el esquema de colores es casi infinito para adaptarse al gusto del cliente y no era de esperarse menos por el precio con el que se venderá.
El auto fue diseñado por el equipo liderado por Marek Reichman, siendo así una aproximación de estilo que tal vez veamos en un futuro cercano plasmado en los modelos de calle, aunado a esto se trabajó en conjunto con el equipo Aston Martin Racing para desarrollar el motor naturalmente aspirado más potente de la firma britanica, siendo un V12 a gasolina de 7.0L que entrega más de 800 hp dirigidos al eje trasero.
No cabe duda que Aston Martin sabe como sorprendernos de una manera muy grata y el Vulcan es más que una sorpresa grata, que emociona con el simple hecho de escuchar su nombre, ahora, imaginemos lo que se sentirá escuchar su motor hacer erupción.