En el Grupo Chrysler hay una serie de productos que han llegado a querer aventurarse en terrenos no muy explorados dentro de la industria automotriz, pero que desafortunadamente llegan antes de tiempo. Les pasó con la Chrysler Pacifica —la que era una SUV y no la minivan que conocemos ahora—, y un poco más adelante con el Dodge Caliber.
El Dodge Caliber apareció en 2006 como el reemplazo del Dodge Neón, aunque el concepto se presentara en 2005. Llegaba con una oferta que entregaba el tamaño de un sedán compacto, pero con una carrocería que se asemejaba más a una vagoneta y la plataforma de una camioneta compacta. En pocas palabras, un crossover en toda la expresión de la palabra.
Estuvo en producción desde 2006 y hasta finales de 2011, un periodo que se sintió corto respecto al tiempo que otros autos pasan produciéndose y vendiéndose. A pesar de ser una especie de auto extraño por la apariencia que incluso se animaba a adoptar algunos detalles de RAM, en México no tuvo un mal recibimiento, las ventas no eran excelentes, pero al menos mantenían un ritmo decente.
Sus mayores puntos a favor se encontraban en el espacio interior donde podías acomodar fácilmente cosas, ya fuera en cajuela o cabina. Además la altura extra libre del suelo y una suspensión relativamente suave, hacían que vivir en la ciudad fuera mucho más cómodo.
Siempre estuvo impulsado por un motor de cuatro cilindros atmosférico de 2.4 litros que entregaba 172 hp y 165 lb-pie de torque, mismo que se acoplaba a una transmisión manual de cinco cambios o una CVT. Sin embargo, en 2008 tuvimos una versión más hardcore de este crossover, el Caliber SRT-4 que usaba el mismo motor, pero con un turbo que elevaba su cifras a los 285 hp y 265 lb-pie de torque, llevaba caja manual de seis cambios y también era sólo de tracción delantera.
La versión normal, no gozaba de un manejo sobresaliente, simplemente cumplía su trabajo y a veces se sentía torpe al querer hacer rebases gracias a la caja CVT. Pero en el caso de la versión SRT-4, presentaba un exceso de torque steer, aceleraba muy rápido y la suspensión más dura ayudaba a tener un mejor manejo. Desafortunadamente los frenos quedaban mucho a deber y constantemente eran punto de crítica, ya que no eran suficientemente buenos para la potencia que podía entregar.
Durante su tiempo entre nosotros, ofreció varias versiones, siendo SE, SXT, R/T y SRT-4. Acorde a la versión era el equipamiento y podíamos llegara encontrar seis bolsas de aire, aire acondicionado, cierre de seguros centralizado, pantalla táctil, frenos de disco en las cuatro ruedas, frenos ABS y control de estabilidad, entre otros.
Si bien el Caliber no tuvo tantos malos días en México, en Europa e incluso Estados Unidos sí los tuvo. Hubo países como España donde se luchó por vender más de 60 ejemplares en un año. Parte de ello fue debido a que lo materiales elegidos para el interior no eran de la mejor calidad, tampoco los ensambles, y era conocido por tener fallas constantes en la transmisión CVT. De igual forma, era uno de los productos que salieron tras los grande problemas económicos que Estados Unidos atravesó desde 2007.
A finales de 2011 se anunció que este crossover que compartía la plataforma con el Jeep Patriot se descontinuaría, ya que su reemplazo volvería a ser un sedán, pero que usaría una plataforma de Alfa Romeo, quien ocuparía su lugar sería el Dodge Dart. El Caliber arriesgó con una imagen que podías amar u odiar, sin embargo, detalles como sus materiales y algunos problemas mecánicos hicieron que no pudiera continuar existiendo. La idea era buena, pero la ejecución tuvo varios tropiezos.
En Motorpasión México | Dodge Challenger SRT Hellcat 2019: el "demonio" se fue, pero nos dejó a su mascota infernal de 797 hp