El SEAT Ibiza con corazón de Porsche y diseño italiano, así fue su primera generación
El SEAT Ibiza ya se cimentó en todo el mundo como un hatch urbano y juvenil que tiende a ser una favorito en distintos mercados por muchas razones, algunos lo prefieren por su estilo, por la conectividad o por el manejo que algunas versiones llegan a ofrecer. Sin embargo, su primera generación fue la causante de que se volviera una pieza esencial en su segmento. A continuación te contamos lo más importante de sus inicios.
Del Golf e Italdesign Giugiaro
SEAT comenzó su vida en 1950, pero fue hasta 1953 cuando fabricaron su primer auto. Sin embargo, esos primeros modelos que la marca desarrolló durante poco más de 30 años no fueron diseñados por ellos. De hecho, lo que hacían era fabricar vehículos de FIAT bajo licencia, es por ello que buscando en la historia de la marca es posible encontrar modelos SEAT intervenidos por Abarth.
Fue en 1984 cuando SEAT tuvo su primer vehículo ya como marca independiente, aunque para lograr eso tuvieron que recurrir a las colaboraciones con otras marcas o empresas con décadas de trayectoria en la industria automotriz, toda una estrategia que les aseguró el éxito.
La razón para tener que hacer esto con base en alianzas fue el hecho de que SEAT solo ensamblaba los modelos de FIAT y producía solo una cantidad de piezas menores de algunos modelos. Por lo que había elementos de diseño e industrialización con los que no contaban e iniciar todo eso desde cero hubiera implicado una inversión mucho más grande, además de riesgos más grandes en caso de una falla en el producto final.
El primer modelo que quisieron crear como marca independiente fue el Ibiza, un auto que en ese entonces se clasificaba como un compacto y cuya misión era la de poner a flote a la marca, por lo que tendría que ser accesible y confiable. Con ello en mente, se decidió que para el diseño del auto, sería más fácil comprar un proyecto ya hecho, siendo así que SEAT logró rescatar una de las propuestas del legendario diseñador Giorgetto Giugiaro que había hecho en su momento para la segunda generación del Volkswagen Golf.
Ese diseño base fue adaptado con la consigna de hacerlo lo más fácil y accesible de producir para maximizar la rentabilidad de SEAT durante su incursión como marca independiente. A ese diseño inicial, los demás trabajadores de Italdesign —la compañía de Giugiaro—, le hicieron un par de retoques para entregar sus formas finales.
Karmann para industrializar a SEAT
En SEAT sabían que diseñar, e implementar un modelo de industrialización para poder ellos mismos fabricar la mayor parte de lo necesario para su primer auto sería una tarea titánica con muchas ramas peligrosas que podrían truncar por completo ese sueño de independencia para la marca. Por ello decidieron contratar directamente a Karmann, la mítica empresa carrocera y de producción que ha colaborado con muchas marcas de renombre a lo largo de su historia ya sea para diseño o la misma producción de algunos modelos, incluyendo a: Audi, BMW, Chrysler, Ford, Mercedes-Benz Volkswagen y Porsche, entre muchas otras.
Karmann se encargó de ayudar a la construcción de las líneas de producción, los procesos de la misma y a grandes rasgos de capacitar a SEAT para que pudieran operar casi al nivel de otras marcas que fabrican y ensamblan la mayor parte de sus productos. Aunque claro, manteniendo hasta cierto punto un balance entre la velocidad de producción y el costo de la operación, pues recordemos que SEAT y sus accionistas estaban arriesgándolo todo con este salto de independencia.
Porsche para los motores
Cuando leemos que algún auto lleva motores de Porsche inmediatamente pensamos que bajo el cofre nos encontraremos un propulsor bóxer de 4 o 6 cilindros pensado en el alto desempeño. Sin embargo, las marcas no solo son empresas dedicadas a trabajar solo para ellas mismas, o al menos no todas.
Porsche cuenta con una división de ingeniería que es capaz de desarrollar y vender ciertos componentes a otras marcas con todo el know how que han ganado durante décadas de operación para ayudar a mejorar productos o bien diseñarlos para que terceros los fabriquen para sus productos.
Justo esto pasó con SEAT y es que algunos motores del Ibiza fueros diseñados por Porsche aunque no como motores para versiones deportivas, simplemente como motores convencionales que encontraríamos en un compacto de esa época.
Estos motores se distinguían por llevar en el cabezal la leyenda de "Porsche System". Dichos bloques eran de 1.2, 1.5 y 1.7 litros produciendo desde 85 hp hasta 110 hp. Todos con tracción delantera y caja de cambios manual.
Gracias al Ibiza Volkswagen le puso la mira encima a SEAT
El SEAT Ibiza de primera generación no fue perfecto, varios artículos de le época o que hablan de este auto hacen referencia a que aunque era confiable, sus consumos de gasolina no eran los más bajos, además de que era notorio el ser un primer intento de una marca que se independizaba, pues los materiales del interior no eran los más refinados y el ensamblado tampoco era el mejor de todos.
Sin embargo, fuera de ello fue un producto confiable, durable y con un manejo que para la época era bueno, por lo que primero en España fue todo un éxito, después llegaron las exportaciones a otros países de Europa e incluso algunos países en Sudamérica. Al final de la producción de esta primera generación, SEAT logró producir casi 1.3 millones de unidades.
En ese camino previo al lanzamiento de su segunda generación, también llamó la atención de Volkswagen que terminó por absorber a la marca española en 1991 con lo que le inyectó más recursos, refinaron las líneas de producción, tuvieron más acceso a mayor personal, mejores tiempos de desarrollo y producción, entre muchas otras ventajas de pertenecer a un grupo de la talla del alemán. Desde entonces el Ibiza se ha catalogado como pilar de la alienación de la marca. Al menos hasta hace unos años cuando los SUV se han vuelto la nueva gran revolución.