El pasado Gran Premio británico fue una de las mejores carreras en lo que va de la temporada 2014 de la Fórmula Uno, una lucha que nos dejó varios temas para analizar y reflexionar.
De entrada fue un nuevo capítulo en la novela que protagonizan los pilotos de Mercedes-AMG, Nico Rosberg y Lewis Hamilton, quien con su triunfo en casa (y el abandono de Rosberg) pudo recortar a sólo 4 puntos la ventaja que le llevaba su coequipero en la lucha por un campeonato de pilotos, que además con las declaraciones posteriores de ambos está al rojo vivo.
El accidente de Kimi Raikkonen de la primera vuelta también fue un momento crítico que demostró una vez más lo seguros que son los actuales autos de Fórmula Uno, y la gran actuación de Valteri Bottas, que lo llevó del lugar 17 en el que arrancó hasta el segundo escalón del podio, confirman el gran rendimiento de los autos Williams y nos hacen pensar que en la segunda parte de la temporada pueden acercarse más a los Mercedes, con lo que tendríamos un mejor espectáculo.
Pero definitivamente lo mejor de este gran premio, y probablemente de la temporada, fue el duelo por el quinto lugar que en las últimas vueltas sostuvieron Fernando Alonso y Sebastian Vettel. Lo que vimos entre estos 2 campeones fue una cátedra de manejo, de como atacar y como defender una posición y en el trámite Alonso nos regaló lo que sin duda será uno de los mejores rebases del año cuando pasó a Vettel por fuera en la entrada de la veloz curva Copse, una que atacan a casi 300 kilómetros por hora.
Lo que no gustó fueron las constantes quejas de ambos pilotos por el radio en contra del otro, particularmente de Vettel, que fue el más incisivo e imprime un tono de voz que da la impresión de ser la de un niño malcriado haciendo un berrinche. Hasta Nikki Lauda declaró después: "lo que no entiendo son los gritos de niño asustado de Vettel". Yo tampoco.
Lo peor de todo es que Vettel se quejaba de que Alonso no lo dejaba pasar, pero, ¿y qué quería? ¿ que Alonso se abriera y lo dejara pasar nada más porque sí? Creo que en los años pasados Vettel se mal acostumbró a ganar fácilmente con un auto muy superior y cada vez que tiene que pelear una posición se queja penosamente.
También gritaba Vettel por el radio a su equipo que Alonso se pasaba de los límites de la pista, algo que pudo haber ocurrido, pero que claramente se vio en una toma de la carrera que ¡él también hacía! Totalmente fuera de lugar sus quejas. Yo no sé ustedes, pero yo nunca vi a pilotos como Schumacher, Hakkinen y ya ni se diga a Mansell quejarse de esa manera durante un Gran Premio; da la impresión de que los pilotos de antes se comportaban más como hombres y los de ahora en ocasiones parecen niños peleando por un juguete.
Afortunadamente los implacables comisarios de pista no cayeron en la tentación de intervenir y sancionar alguna de las acciones que vimos entre Alonso y Vettel; justamente estaba Nigel Mansell, alguien que claramente sabe lo que es pelear una posición en la pista. Ese tipo de duelos son lo que le da sentido a este deporte y lo que uno como aficionado quiere ver, que manejen rueda a rueda, que haya rebases y luchas memorables como la del pasado domingo. Señores, esto es Fórmula Uno, a llorar y a quejarse a su casa.
En Motorpasión México | Gran Premio de Inglaterra 2014: ¡Carrerón!