Hyundai Elantra GLS, prueba (parte 2)

A nivel diseño, la propuesta estética del Hyundai Elantra es una de las más atractivas del segmento. Todas esas curvas en su diseño consiguen una apariencia dinámica —mucho más robusta que otros sedanes compactos—, pero ¿Qué tanto se logró inyectar este dinamismo en las sensaciones de manejo del auto?

A simple vista, antes de ponerle las manos encima al Hyundai Elantra, pudimos imaginar que el motor no ofrecería ni más ni menos potencia de la que necesita el auto. Se trata de un bloque de 1.8 litros de 145 caballos de fuerza y 130 libras-pie de torque que, en el caso de nuestra versión de prueba, está asociado a una transmisión manual de 6 velocidades.

Tras girar la llave para darle vida al Elantra y recorrer unos cuantos kilómetros, comprobamos nuestra hipótesis: el motor le queda como la ropa a todos después de las cenas de Navidad y Año Nuevo. Quienes se dejaron llevar por la apariencia deportiva del auto sentirán que el acelerador no responde a la altura de sus expectativas, pero hay que entender que el Hyundai Elantra, mecánicamente, es un compacto sin pretensiones. Su prioridad es transportarte de un lado a otro con el mayor confort posible sin comprometer el consumo de combustible, y eso lo hace realmente bien. Durante nuestra prueba de manejo en ciudad logramos cifras superiores a los 11 km/l.

El peso de la genética

Ponerse al volante del Hyundai Elantra nos recordó mucho al Grand i10 que probamos hace un par de meses. Los aires de familia se hacen notar desde el tacto de la transmisión manual, que es tan precisa como la de su hermano menor. No hemos manejado la versión con caja automática, pero tomando que el auto en general está orientado al confort, creemos que la caja manual es la ideal para aproevchar mejor a cada uno de sus 145 hp y 130 lb-pie.

Otro elemento común con el pequeño Grand i10 fue la puesta a punto de la suspensión, también orientada al confort —pero mucho más estable que su hermano menor—, convirtiendo al Hyundai Elantra en uno de los sedanes más cómodos de su categoría. La dirección —al igual que la del Grand i10— es una de sus grandes áreas de oportunidad: agradecemos su suavidad en el tráfico pesado, pero a velocidades altas nos gustaría que fuera más comunicativa; se siente un tanto anestesiada.

Conducir en carreteras repletas de curvas no es mayor problema. El Hyundai Elantra se comporta a la altura gracias a la afinación del chasis y a la presencia del control de estabilidad —de serie en todas las versiones— que intervendrá cuando se cometa una imprudencia al volante. Los frenos —de disco en las cuatro ruedas— responden bien, pero el ABS podría ser menos intrusivo; en dos ocasiones el sistema actuó innecesariamente cuando pasamos por un bache muy pequeño mientras pisábamos el freno.

Hyundai, la gran opción

Con apenas unos meses en el mercado, el Elantra ya se ha convertido en una de las mejores opciones del segmento. Al ser Hyundai una marca nueva en México, la propuesta debe ser realmente sólida para atraer miradas de nuevos clientes. Los costos de mantenimiento son una de sus cartas fuertes, las facilidades de compra (enganche y mensualidades) también soplan a su favor, pero el gancho al hígado de las otras marcas será la garantía de 5 años, una de las más amplias del mercado.

Hyundai Elantra: nuestra puntuación