La pasión automotriz no conoce límites ni fronteras. Alrededor del mundo existen millones de fanáticos de todo tipo, quienes no desean dejar atrás su pasión, incluso más allá de este mundo.
Decimos esto porque recientemente, Alec Ingram, un pequeño de apenas 14 años, oriundo de Missouri, Estados Unidos, perdió su batalla de 4 años contra el cáncer, dejando un gran dolor en sus familiares y un último deseo muy peculiar por cumplir: dijo que si moría quería que su cuerpo fuera acompañado por una procesión de autos deportivos hacia su lugar de descanso eterno.
Fue así como Sydeny’s Soldiers Always, una organización sin fines de lucro que busca cumplir los deseos de niños con enfermedades terminales se dio a la tarea de cumplir con la misión, reuniendo a dueños de autos deportivos por todo Estados Unidos, quienes acompañaron el cuerpo de Alec hasta su tumba.
En total se reunieron 2,100 vehículos y 70 motocicletas, quienes llegaron desde todos los estados de la unión americana, desde California hasta Nueva York y Florida, muchos propietarios viajaron miles de kilómetros solo para cumplir el último deseo del joven.
Luego de ver la enorme cantidad de autos que se dieron cita con la intención de cumplir el último deseo de este joven, su madre, Jenny Ingram, no pudo contener el llanto y comentó: “Me da mucha paz saber cuán amado fue y siempre será nuestro dulce niño. Les agradezco a todos estar aquí”.
No cabe duda de que el gran corazón de los automovilistas es digno de resaltarse y con estas acciones solo podemos pensar que en este mundo los buenos somos más y que por cumplir el sueño de otras personas, todos podríamos actuar de una manera tan desinteresada.
Vía | El País
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