Sabemos que por mucho que te guste tu auto y lo hayas elegido por mil razones, lo que menos vas a querer es que el logo de tu marca sea “tatuado” en tu antebrazo después de un percance ¿cierto? Evidentemente nadie está preparado para un accidente, pero en los siguientes puntos analizaremos el por qué puede suceder esto y cómo hacer para evitarlo.
Cómo funciona una bolsa de aire
Para que nos demos una mejor idea, debemos empezar por el trabajo que realiza este sistema de seguridad pasiva cuando se acciona de la manera correcta, con eso nos referimos, a que no presente anomalías en su proceso de fabricación e instalación, casos que hemos escuchado en numerosas ocasiones como las famosas bolsas de Takata, que después de años siguen dando problemas.
Bien sabemos que las bolsas de aire o airbags fueron diseñados para protegernos más que dañarnos en caso de un accidente fuerte, sin embargo sí debemos saber que el mínimo cambio en la posición de manejo puede hacer la diferencia.
Antes de continuar con lo que sí y no debemos hacer frente al volante para evitar lesiones y “tatuajes” no deseados, debemos recordar que una bolsa de aire se activará siempre y cuando todos los sensores determinen que es necesario hacerlo.
El proceso es tan rápido que desde que los sensores detectan la activación, hasta que los airbargs se inflan completamente, pasan únicamente entre 60 y 80 milésimas de segundo, por eso es imposible para un humano poder reaccionar ante el impacto.
Curiosamente muchos pensarían que al llamarse bolsa de aire es porque se infla con aire, sin embargo lo que hace que su accionamiento cause heridas leves (va de nuevo, si se lleva la posición correcta de manejo), es la rapidez con la que actúa la reacción química que se genera en el interior, la cual sucede gracias a los compuestos químicos que dan como resultado gas nitrógeno.
Cómo podría dañarte un airbag
Debido a que las bolsas de aire se despliegan a una velocidad de hasta 300 km/h con una temperatura en su interior que supera los 275°C, es muy probable que la lesiones que causen sean notables aunque no precisamente tienen que ser graves.
Si el conductor está sentado correctamente, con las manos en el volante como se debe (en la posición 9 y 3 según las manecillas del reloj), y evidentemente con el cinturón de seguridad colocado, las únicas lesiones que podría tener serían en las muñecas, barbilla y en ocasiones en frente y nariz, y éstas serían a causa de los gases que libera la bolsa al instante en el que se acciona y de inmediato libera la presión.
Si nos ponemos un poco más técnicos, en sí los gases que salen de los airbags y los cuales no solo podrían dañar las partes antes mencionadas, sino los ojos e incluso los pulmones en casos específicos, son azida de sodio o conocido también como NaN3, que es un sólido blanco formado por los iones Na+ y N3-, que aunque es estable a temperatura ambiente, al reaccionar se eleva a altas temperaturas como lo mencionamos.
La distancia entre el conductor y el volante también es esencial y aunque suene redundante, la posición en la que nos sentamos puede hacer la gran diferencia, esto implica no llevar los pies arriba, ni sentarse casi acostado, ni manejar con una mano o incluso con las rodillas, porque sí… pasa.
La posición correcta es estar lo suficientemente lejos del volante, pero que nuestras muñecas alcancen a tocar la parte superior del volante cuando estamos bien recargados en el respaldo. Además, nuestras rodillas deben quedar ligeramente flexionadas al pisar los pedales a fondo.
¿Es normal que se marque el logo en la piel?
Después de toda la explicación anterior podemos decir que no, no es normal que esto pueda pasar y aunque últimamente se hizo viral esta situación, debemos recordar que no es la única, pues hace ya algunos años también pasó lo mismo pero con otras compañías.
@_DanielTiradoE como tu hermano !!!! pic.twitter.com/I85C6rCC6d
— MyriamC (@MyriamCarbajal) July 9, 2020
No somos peritos ni existen estudios centrados en las cicatrices que puede dejar la quemadura por logo de un volante al estallar la bolsa de aire, sin embargo, con las manos en la posición adecuada y una distancia correcta respecto al volante, no debería suceder. Una conclusión de los casos en que ha sucedido es que el volante probablemente no se estaba sujetando correctamente, y debido a la temperatura que se genera por dentro del airbag, el emblema se marcó como ya lo vimos en las imágenes que circulan en internet.
Estudios que lo comprueban
Si bien no existen estudios resientes que avalen el porcentaje de lesiones que causa la expulsión de una bolsa de aire, hace 20 años se dio a conocer uno sobre las lesiones por quemaduras resultantes de un accidente automovilístico y los efectos secundarios de las bolsas de aire frontales.
El estudio analizó 25,464 casos de la base de datos del Sistema Nacional de Muestreo Automotriz entre los años 1993 a 2000, cuando evidentemente los casos eras relativamente pocos a lo que podríamos tener hoy en día, porque en ese entonces no todos los vehículos contaban con este sistema de seguridad pasiva.
Pero para que nos demos una idea, entre ese lapso que se analizó, se encontró que los ocupantes tenían un riesgo significativamente mayor de sufrir una lesión por quemaduras cuando se exponían a un despliegue de bolsas de aire que comparado con una quemadura originada por otra causa del accidente.
La gran mayoría de las lesiones por quemaduras inducidas por bolsas de aire fueron leves, es decir, el 98.7%.
En resumen, entre más pase el tiempo y sigan evolucionando los sistemas de seguridad pasiva como lo son las bolsas de aire, aunque suene contradictorio, más lesiones por quemadura del airbag se registrarán, lesiones que bien o mal serán leves comparado a lo que podría pasar si no se coloca el cinturón de seguridad o que el auto no cuente con bolsas de aire ni siquiera frontales.
Claro está que la tecnología está tan avanzada que es casi un hecho que los fabricantes ya trabajan en ello para disminuir cada vez más este tipo de quemaduras.