Dodge en el pasado llegó a tener vagonetas, pero como la historia nos ha dicho, son modelos que en tiempos recientes no han logrado mantener su popularidad, aún así en 2005 Dodge intentó revivir esos días con el Dodge Magnum. En sus variantes tradicionales no hizo tanto ruido, pero lo que volcó la atención hacía él, fue la versión SRT8 con motor HEMI V8 de 425 hp.
Un Chrysler 300 C vagoneta
El Dodge Magnum llegó al mismo tiempo que el Chrysler 300 C, para el modelo 2005, ambos vehículos compartían plataforma y tren motriz. Sin embargo, el Magnum se quitaba algo de los lujos del 300 C para bajar algo su precio. Parte de su creación tuvo que ver con que había algo de interés en crecer las ventas en el mercado europeo, donde las vagonetas sí son más apreciadas que en Estados Unidos y en general en América. En el viejo continente, Dodge no tiene tanta presencia, por lo que el Magnum se ofrecía como el Chrysler 300 C Touring.
Lo interesante, la variante SRT-8
Dodge fiel a su tradición de motores grandes y potentes decidió darle para el modelo 2006 un HEMI V8 de 6.1 litros capaz de entregar 425 hp y 420 lb-pie de par que iban dirigidos al eje trasero a través de una caja automática de cinco cambios. Con este motor el Dodge Magnum SRT-8 era capaz de hacer el 0-100 km/h en sólo 5.1 segundos y llegar hasta los 272 km/h.
Todas estas cifras hicieron que el Magnum SRT-8 se hiciera de una gran base de seguidores y es que Dodge no sólo le dio un motor más potente, rebajaron un poco la suspensión, la hicieron más firme, le dieron frenos Brembo de alto desempeño y calibraron algunos otros elementos para que de verdad portara con razón las siglas SRT8 en su nombre.
Era básicamente un muscle car con apariencia de vagoneta. La diversión podía ser tanta como el conductor quisiera, pues es posible desactivar el control de tracción y estabilidad para hacer derrapes o donas por días.
Cabe destacar que cuando se desarrollo Daimler seguía estando fuertemente ligada a Chrysler, por lo tanto caja de cambios, suspensión trasera, control de estabilidad, dirección y varios elementos electrónicos venían directo de Mercedes-Benz.
Un diseño digno de un deportivo
Las variantes comunes lucían algo sobrias, había un par de trazos interesantes, pero nada que rompiera el molde. Afortunadamente los toque que recibió para la variante deportiva le dieron un frente con tomas de aire más grandes, un cofre con respiradero al centro, taloneras y una defensa más abultada que además mostraba un poco sus salidas dobles de escape. Los rines eran de 18".
El modelo más atractivo fue el 2006, para 2008 presentó un facelift que le dio un frente algo más cuadrado y que hasta cierto punto lo buscaba acercar más a lo que la marca usaba por ese entonces.
El interior era un tema distinto, si bien por fuera recibió muchos halagos, la calidad de materiales y ensamblado se hizo famosa por no ser la mejor del momento. Habían muchos plásticos duros y zonas que algunos reportan con problemas de terminados.
La variante deportiva añadía ciertos elementos contratantes, asientos deportivos y un sistema de audio más potente. Para la época ya contaba con navegación, radio AM/FM, auxiliar, cristales eléctricos, aire acondicionado y algunas otras comodidades. Destacaba su espacio en la cajuela, pues al ser una vagoneta podía tener capacidad de 764 litros sin abatir los asientos de la segunda fila.
Una carrocería no apreciada, un hermano favorito y una crisis económica
El Dodge Magnum fue una apuesta arriesgada que con una mejor ejecución pudo haber sido más relevante, la variante SRT8 logró cautivar a varios, pero para su mala suerte poco después de presentarse, el Dodge Charger hizo su entrada con una carrocería y nombre más popular.
Más adelante apareció la recesión que afectó a Estados Unidos y puso en jaque a su industria automotriz con lo que todas las marcas se vieron obligadas a recortar costos y con ello eliminar algunos modelos que no tuvieran tanto éxito.