Cuando escuchamos el nombre de Carrol Shelby inevitablemente viene a nuestra mente un Ford Mustang, el mítico Ford GT 40 y el tradicional Cobra. Sin embargo, no muchos asociarían a Shelby con Chrysler, específicamente con Dodge. Aunque así sucedió en los ochentas, cuando Carrol Shelby ayudó a su viejo amigo y también colaborador de Ford, Lee Iacocca, a transformar un hatchback de 5 puertas ordinario, en un hot hatch estadounidense digno de luchar con los mejores ejemplares europeos.
Una disputa comercial...
Como bien sabemos Shelby ha estado fuertemente asociado a Ford, especialmente en los últimos años, sin embargo durante la década de los 80 hubo una disputa comercial que hizo que Carrol Shelby rompiera temporalmente lazos con Ford, aún teniendo en cuenta los enormes logros del pasado.
Por aquellos tiempo, a inicios de la década de los 80, Lee Iacocca, ya era un directivo establecido como una leyenda en la industria automotriz, pues a sus espaldas llevaba la creación del Ford Mustang durante su periodo en la casa fundada por Henry Ford. Con tal fama y talento para identificar lo que los posibles clientes necesitaban, fue contratado por Chrysler para ser su presidente.
Dentro de Chrysler también hizo un gran papel, pues la famosa Voyager fue un producto de su habilidad para detectar necesidad es y ofrecer soluciones. Chrysler estaba en una época donde transformaban su alineación y se adaptaban a la tendencia de los autos accesibles con motores pequeños para sobrellevar las crisis petroleras que se desataron en esa época. Por ello desarrollaron en Europa al Chrysler Horizon un compacto de cuatro cilindros que también se produjo simultáneamente en Estados Unidos bajo el nombre de Dodge Omni y Plymouth Horizon.
La aparición de este vehículo en se dio en 1977 y no era más que una solución razonable para mover personas con un consumo bajo que hiciera frente a lo que ofrecían las marcas japonesas. Lee Iacocca trajo a su viejo amigo y colaborador de Ford, Carrol Shelby, para que le diera algo de su "magia" al Dodge Omni y así poder apelar a un cliente más jóven.
La receta de Shelby, poder y agilidad a un precio razonable
Shelby de inmediato se puso a trabajar y para 1984 presentaron el Dodge Omni GLH, las siglas GLH tienen el significado de "Goes Like Hell" en traducción directa sería algo como: "Va como el infierno". Para su primera iteración Shelby modificó el motor aspirado de Chrysler de 2.2 litros con nuevas cabezas de pistón y mayor compresión entre otras mejoras; con ello podía producir 110 hp, que le permitían hacer el 0 a 100 km/h en 8.7 segundos.
Además también le dio una suspensión más baja y firme, añadió frenos más grandes y refinó la dirección para ser más precisa. Estéticamente añadieron rines de 15" y algunos otros detalles contratantes como vinilos para hacerlo lucir deportivo.
Justo un año después, en 1985, Shelby llevó las cosas más lejos y añadió un turbo a ese mismo motor, para ser precisos, fue una unidad Garret T03 capaz de entregar 7.2 psi de compresión con lo que este nuevo motor podía alcanzar los 146 hp y 170 lb-pie de par. Con tal mejora y su peso bajo de apenas 997 kg el 0 a 100 km/h ahora quedaba en 7.5 segundos. La versión turbo de inmediato comenzó ganar más relevancia y a recibir buenas críticas por parte de la prensa especializada.
El Omni GLH Turbo recibió halagos por lo explosivo que podía ser y su agilidad para cambiar de trayectoria, aunque varias revistas especificaron que requería cierto nivel de pericia, pues sin las asistencias que tenemos ahora, también era fácil confiarse y no poder controlar "la patada" del turbo, haciendo que termináramos en contra en un muro.
Desafortunadamente a pesar de las buenas críticas que recibió, en 1986 el Omni GLH fue cancelado, pero no sin antes recibir una versión aún más potente que fue limitada sólo a 500 unidades. Se trato del Dodge Omni GLH-S Turbo que recibió aún más compresión del turbo para llegara las 12 psi con ello producía cerca de 175 hp y reducía el tiempo de 0 a 100 km/h a 6.7 segundos.
En el apartado de desempeño podía sorprender y poner sonrisas en quien lo condujera, por ello fue tan popular entre el público joven. Actualmente estos vehículos especial mente los GLH Turbo y los GLH-S Turbo tienen valores que comienzan a repuntar, pues son pocas las unidades que fueron bien tratadas por sus dueños jóvenes y que no fueron chocados.
Los Omni solían tener varias placas con el emblema de Shelby en el interior para que no pasara por desapercibido como cualquier otro hot hatch y dejar en claro que sus modificaciones venían de un pródigo de las carreras.
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