La humanidad es extraña pues por una cantidad increíble de avances y mejoras, también existe otra gran cantidad de tragedias e injusticias. En Rusia la historia ha vivido episodios complejos que han dejado relatos escalofriantes como el de "La carretera de los huesos".
Este peculiar camino se gestó en los años 30 en un periodo de reconstrucción de Europa tras la Primera Guerra Mundial y la preparación para la segunda. Fuer ordenada por Iosef Stalin y buscaba crear un camino que ayudará a trasladar oro y tropas desde Kolimá a Siberia.
Sin embargo, este camino comprendería más de 2,000 km de vía que debía prepararse lo más rápido posible, por lo que no bastaba emplear a trabajadores del estado u ofrecer empleo a los locales. El gobierno ruso recurrió a emplear la mano de obra de los prisioneros de distintos Gulags al rededor del país.
Estos reclusos no solo eran criminales, también entre ellos se encontraban prisioneros de guerra, intelectuales opositores al régimen, religiosos y cualquier otra persona que siguiera la línea dictada desde lo más alto del gobierno. Todos ellos obligados a trabajar en condiciones inhumanas y practicamente hasta que sus cuerpos resistieran.
La construcción de esta carretera se mantuvo en pie hasta 1953, año en el que Stalin murió. por lo que al menos por dos décadas miles de prisioneros trabajaron y murieron a lo largo de esta carretera. En ocasiones teniendo que soportar temperaturas de -60°C, usando solo palas y carretas.
Eran tantas las muertes a lo largo de la carretera que quienes perecían eran enterrados a lo largo de la calzada ya que sus huesos eran considerados como sustituto de la piedra natural para poder formar los caminos.
El escritor y periodista Varlam Shalámov trabajó en esta carretera tras ser arrestado por no apoyar al régimen. Dentro de todo tuvo un poco de suerte, pues trabajó en los últimos años de desarrollo de esta vialidad, aunque fue suficiente para que más adelante escribiera cinco relatos sobre lo que vio y vivió en esa obra.
En la actualidad "La carretera de los huesos" sigue estando operativa y gran parte de su recorrido está asfaltado, sin embargo, por la poca planeación y falta de mantenimiento es altamente peligrosa, además en zonas donde es muy común ver temperaturas menores a los -50°C su superficie tiende a destruirse tras el descongelamiento.