El Ford EcoSport es uno de los SUV fundadores de su segmento. En sus años de gloria había muchísimos en la calle, pero conforme la competencia se fue multiplicando, las ventas por modelo se fueron dividiendo. Hoy ya le han quitado el monopolio de su categoría, pero quiere volver a las andadas con una actualización que va más allá de lo visual.
El Ford EcoSport 2018 recibe un soplo de aire fresco y se convierte en un vehículo global. Cambia de procedencia y, en lugar de llegar de Brasil, ahora se importa desde India. De ahí se enviará también a Estados Unidos y a algunos mercados europeos con el cometido de incrementar la participación de Ford en un segmento que ya era suyo.
En el plano de lo estético, la mayoría de los cambios se concentran en el frontal. Ahí es donde veremos un diseño más robusto, con faros menos largos y más anchos, una nueva fascia de rasgos más toscos y, en general, una apariencia más campera. Conserva uno de sus sellos característicos: la llanta de refacción montada sobre el portón trasero.
Para México, el Ford EcoSport 2018 queda disponible en tres versiones con dos configuraciones mecánicas. Las versiones equipadas con transmisión manual de cinco velocidades llevan un nuevo motor de tres cilindros de 1.5 litros de 121 hp y 111 lb-pie; los automáticos de seis cambios se quedan con el motor de 2.0 litros, que ahora genera 164 hp y 146 lb-pie.
Con el motor más pequeño podemos esperar prestaciones modestas, pero suficientes para entornos urbanos y muy similares a las de Hyundai Creta, por ejemplo. El bloque de 2.0 litros se corona como uno de los más potentes del segmento. No es turbo, pero lo compensa con caballos de fuerza, lo que supone una energía similar a la de Suzuki Vitara Boosterjet. Habrá que esperar el rendimiento de combustible.
¿Qué hay con cada una de sus versiones?
Hay tres niveles de equipamiento. El básico se llama Impulse y sólo puede pedirse con transmisión manual y motor de 1.5 litros. Cuesta 286,000 pesos y ya incluye guantera con enfriamiento, SYNC con AppLink y pantalla de 4.2 pulgadas a color, aire acondicionado, controles al volante, equipo eléctrico, sistema MyKey y rines de aluminio de 16 pulgadas. En seguridad se limita a ofrecer sólo bolsas de aire frontales y frenos ABS.
El siguiente en la gama es el EcoSport Trend. Suma bolsas de aire laterales y tipo cortina, sensor de reversa, infotenimiento SYNC 3 con pantalla de 6.5 pulgadas, espejos laterales al color de la carrocería y faros de niebla delanteros. Se puede pedir con transmisión manual (motor de 1.5 litros) o automática (motor de 2.0 litros), esta última suma asistente de arranque en pendientes y cámara de visión trasera. Sus precios son de 305,300 y 332,300 pesos respectivamente.
El tope de gama lo marca la versión Titanium, sólo disponible con transmisión automática y bien cargada de equipamiento. Suma infotenimieneto compatible con Android Auto y CarPlay, pantalla de 8 pulgadas, quemacocos, espejo retrovisor electrocromático, paletas de cambio al volante, llave inteligente, rines de aluminio de 17 pulgadas, climatizador automático y luces de conducción diurna de LED. Su etiqueta es de 362,300 pesos.
Si te preguntas sobre el control electrónico de estabilidad, Ford nos deja con la duda y no lo menciona en la ficha técnica. En el modelo anterior no estaba disponible en las versiones con transmisión manual, pero todas las automáticas sí lo llevaban. Es probable que para esta actualización se mantenga esta configuración, de manera que los únicos con ESC serían los EcoSport Trand AT y Titanium. Esto, por supuesto, a falta de una confirmación por parte del fabricante.
Así queda frente a sus rivales
Por acabados y manejo, el Ford EcoSport más accesible tiene buenos argumentos para plantar cara a sus competidores de antaño, como el Renault Duster o el Chevrolet Trax. Si lo ponemos frente a los recién llegados, que también se ubican por debajo de 300,000 pesos, el tema de seguridad lo deja un paso atrás de las propuetas del Hyundai Creta y del KIA Soul.
El EcoSport Trend TA, sobre el que quizá recaiga el mayor peso de ventas, es el más equilibrado. El motor es potente, hay buen equipo de seguridad y suficiente en términos de confort. A reserva de los consumos que arroje este motor de 2.0 litros, la propuesta parece competitiva frente a otros SUV que rondan 330,000 pesos.
El tope de gama suma buen equipamiento, sin ausencias penalizables y bien dotado para competir contra los modelos más equipados de Suzuki Vitara, Renault Captur, Mazda CX-3 y compañía. Quizá no lo suficiente para convertirse en la referencia del segmento, pero sí con una propuesta competitiva que puede ayudar a Ford a recuperar impulso en ventas en México.