KIA hoy es una marca bien establecida con modelos que abarcan una gran cantidad de necesidades. Vaya su crecimiento ha sido tal que ya se han dado el lujo de desarrollar variantes deportivas de buenas credenciales y hasta un GT que pretendía incomodar a ciertas versiones de sedanes premium. Sin embargo, en los 90 esa no era la situación, KIA luchaba por crear una identidad más fuerte y por atraer la atención de las personas, es ahí cuando entra el KIA Elan.
Un nombre conocido... de hecho, un auto ya conocido
KIA en los 90 era una marca de volumen cuyo espectro abarcaba la entrada de todos los segmentos en los que participaba, vaya sus autos estaban pensados para ser de lo más accesible en cualquier mercado. Eso se notaba principalmente con modelos con configuraciones de equipo, ensamblados y materiales modestos. Incluso armaban modelos como el Mazda 121 bajo licencia para poder ofrecerlos en distintos mercados.
Esa realidad los llevo a tener una imagen no muy prestigiosa, vaya por aquellas épocas, cualquiera de sus modelos estaba lejos de ser un objeto de deseo. Para nuestra fortuna la marca no quiso quedarse en sus laureles y solo enfocarse a vender autos accesibles, ellos tenían la intención de crecer y parte de lo necesario para lograrlo era conseguir un producto que declarara que son más que solo una marca de volumen.
Eso sí, al ser una marca en expansión y con claros límites de presupuesto, desarrollar un modelo aspiracional, deportivo o insignia bajo esas condiciones sería un riesgo brutal desde el punto de vista de negocio. Por ello, los ejecutivos coreanos decidieron recurrir a un producto ya existente que pudiera adaptarse a la visión que ellos tenían.
Es justo en ese momento cuando entra el Lotus Elan. Un convertible deportivo pequeño que en su última iteración se lanzó en 1990 y terminó su producción en 1995. Esa segunda generación del Elan era un modelo más convencional, pues adoptaba un motor Isuzu turbo transversal y tenía tracción delantera. Técnicamente hablamos que era un modelo de acceso para Lotus.
Como ya te contaba, en 1995 Lotus terminó la producción del Elan, coincidiendo con la necesidad de KIA de inyectar más sabor a su alineación. Es por ello que decidieron comprar la licencia de este convertible para poder fabricarlo en Corea. Lotus no tardó en aceptar dicha oferta y unos meses después KIA lanzó al KIA Elan.
Si bien la forma de la carrocería es prácticamente la misma, los coreanos hicieron un par de ajustes, para empezar las calaveras fueron reemplazadas por otras con un diseño propio de KIA, se le dieron los emblemas de la marca coreana y se elevó un par de milímetros su altura para evadir más obstáculos y terrenos no tan planos.
En el interior KIA también reemplazó algunos botones e insertos por otros que ellos usaban en sus propios productos en búsqueda de inyectar elementos reconocibles del resto de su gama. Finalmente decidieron reemplazar el motor turbo de Isuzu con el que se vendía el Lotus Elan para darle un motor atmosférico de 4 cilindros de 1.8 litros con 149 hp y 137 lb-pie de par que se asociaba exclusivamente a una transmisión manual de 5 velocidades.
Su desempeño no era el de un deportivo de altas prestaciones, pero en definitiva tenía una fórmula para disfrutar de un viaje por carretera a un ritmo alegre. Su 0-100 km/h era alcanzado en 7.4 segundos y su velocidad punta era de 220 km/h. Parte de su agilidad venía de un peso de solo 1,070 kg, aunque para realmente ofrecer una experiencia más completa, hubiera sido necesario llevar tracción trasera.
El KIA Elan solo se fabricó entre 1996 y 1999, logrando vender cerca de 1,000 unidades en ese tiempo.