El estreno de la segunda generación del GLA llega acompañado de su primera variante de altas prestaciones, el Mercedes-AMG GLA 35, que con un motor de 306 hp promete un alto nivel de dinamismo y abre la puerta al universo de alto desempeño de la firma alemana en el terreno de los SUV.
Es fácilmente identificable como miembro de la familia AMG. Porta la parrilla específica para modelos de alto desempeño, estrena una fascia con tomas de aire más grandes, viste equipo aerodinámico adicional y la trasera adopta un difusor específico con dos salidas de escape redondas. Hay opciones de rines de 19, 20 o 21” y un paquete llamado AMG Night, que añade elementos decorativos en negro brillante.
El tratamiento deportivo también inunda la cabina. En este caso, el Mercedes-AMG estrena tapicería en cuero Artico y microfibra Dinamica, con costuras rojas, a juego con cinturones de seguridad también rojos. Encontraremos también algunos acabados en fibra de carbono y pedales en aluminio cepillado.
Los instrumentos llevan su dosis AMG con tres estilos de visualización: Clásico, Sport y Supersport. El infotenimiento incluye algunas herramientas de utilidad para los amantes de la velocidad, como resumen de datos del motor, fuerzas G e indicadores de alto desempeño. El programa AMG Track Pace va incluido en la interfaz MBUX y lleva grabados datos de circuitos como Nürburgring o Spa Francorchamps, aunque también es posible registrar circuitos propios. Utiliza datos de GPS y de la computadora del auto para arrojar información de utilidad para conductores que quieran mejorar sus tiempos en pista.
Así entra el GLA a la familia 35 de AMG
Lo que realmente importa al hablar de un Mercedes-AMG es lo que sucede al oprimir el botón de encendido. Como primera carta de presentación, el GLA 35 presume un motor turbo de 2.0 litros, capaz de generar 306 hp y 294 lb-pie. El poder se lleva a las cuatro ruedas a través de una transmisión automática de doble embrague de ocho cambios y un sistema de tracción integral 4MATIC.
Más allá de un motor potente, el Mercedes-AMG GLA 35 abraza el término driving performance a través de un chasis preparado para una conducción demandante. Para empezar, se incluyen una placa de aluminio atornillada bajo el motor y dos barras adicionales colocadas en diagonal, con lo que se incrementa la rigidez torsional al frente.
El sello de AMG continúa en una dirección de desmultiplicación variable, puesta a punto para transmitir mucha información a manos del conductor. Se suman frenos con discos de 350 mm al frente y 330 mm atrás, un sistema de amortiguación variable y un escape capaz de cambiar su tono a merced del modo de manejo seleccionado —en Sport+ es una delicia.
Hay cinco modos de manejo disponibles: Slippery, Comfort, Sport, Sport+ e Individual. Como es usual, se modifica el tacto de la dirección, la programación de la caja, la rigidez de la amortiguación, la sensibilidad del acelerador y la visualización de los instrumentos. El programa también admite dos niveles de intervención para el control de estabilidad: Basic para los modos Comfort y Slippery, y Advanced para Sport y Sport+.
El sistema de tracción integral 4MATIC es crucial para el desempeño del Mercedes-AMG GLA 35. El poder puede enviarse sólo al eje delantero o distribuirse en proporción 50:50 entre ambos ejes según las necesidades del camino y siempre con el fin de mejorar el paso por curva y asegurar altos niveles de tracción.
A la venta en 2020
El Mercedes-AMG GLA 35 se lanza a la par del Mercedes-Benz GLA 200, como la alternativa de más alto desempeño hasta el momento. Todo apunta a que en algunos meses se sumará una variante de más altas prestaciones, con potencia en torno a 420 hp y con el ojo puesto en aquellos fanáticos de la velocidad a quienes 306 hp les sabe a poco. Estará a la venta en Europa en primavera de 2020 y en el resto de los mercados durante la segunda mitad del año.