Con tanto novato en la pista había muchos sitios donde mirar en este Gran Premio de Fórmula 1, pero seguramente uno de los mayores morbos estaban en si Red Bull habría solucionado sus problemas con el segundo piloto. Recordemos que hace unos meses despidieron al mexicano Sergio Pérez para subir a un semi novato como Liam Lawson.
El debut de Lawson no ha sido muy diferente a las actuaciones de Pérez. El neozelandés fue incapaz de superar la primera ronda de la clasificación, rodó toda la carrera en las últimas posiciones y acabó estrellado contra el muro, y cada vez parece más claro que el problema no era Sergio Pérez.
El Gran Premio de Australia de 2025 fue un déjà vu para el equipo Red Bull. Max Verstappen luchando por la victoria y su compañero de equipo arrastrándose en las últimas posiciones. Sólo que esta vez las culpas no pueden ir a Sergio Pérez, porque ahora Liam Lawson es quien conduce el segundo monoplaza de Red Bull.
El estreno de Lawson con Red Bull fue de todo salvo prometedor. Los entrenamientos libres fueron duros, hasta el punto de que Christian Horner tuvo que responder preguntas sobre la falta de velocidad de su nuevo piloto. En clasificación, en seco, se plasmó la tragedia, pues Lawson quedó eliminado en la Q1.
La carrera, ya en mojado, tampoco fue mucho mejor. Lawson se pasó toda la prueba luchando con los Haas en las últimas posiciones, hasta llegar a ser doblado. Finalmente se estrelló contra el muro, provocando la salida del último coche de seguridad. Parece que Red Bull sigue teniendo sólo un piloto.
Y es que los problemas de Red Bull parecen más profundos que simplemente el nombre de quién pilota el segundo coche. Da la sensación de que el Red Bull sigue siendo un coche demasiado radical, que sólo puede pilotar Verstappen por haber seguido sus instrucciones, y hasta el holandés está sufriendo cada vez más.
Mientras tanto, Helmut Marko se pasó el fin de semana despotricando contra los pilotos novatos de otros equipos, calificando de "piloto B" a Gabriel Bortoleto, que logró meter un Sauber en Q2. Palabras que, viniendo de Marko, alguien que lleva una década sin fichar a un piloto que funcione, son casi un elogio. Veremos si Red Bull pone manos a la obra para solventar sus verdaderos problemas o si arregla lo de Lawson con otro cambio de pilotos precipitado.