Es una de esas muchas sinuosas curvas a la izquierda de la carretera transpeninsular que desemboca en Los barriles, un pueblo mágico ubicado en el municipio de La Paz, Baja California.
Estamos a bordo de la más reciente ejecución del Kicks, en la versión más equipada, y sorprende la notable evolución que este SUV ha experimentado, no sólo en diseño y equipamiento, sino en calidad de marcha, pues conforme avanzamos por estas carreteras secundarias, llenas además de vados y superficies maltratadas, la confianza de retrasar cada vez más la frenada antes de enfrentar una curva crece y crece, lo cual habla del buen trabajo que la marca hizo sobre el esquema de suspensión.
La dirección también abona mucho en su comportamiento, pues se muestra con mayor precisión al momento de trazar los giros, apoyada sobre un juego de neumáticos Kumho de buena anchura (225/45/R19) que mejoran la superficie de contacto con el asfalto. El balanceo de la carrocería es mínimo en los cambios bruscos de dirección, a pesar de que la configuración de la suspensión está claramente orientada al confort y de que cuatro de las cinco plazas vienen ocupadas.
Desde el puesto de mando se percibe no sólo un mayor confort, con una postura de manejo más elevada, y espacio en el habitáculo, cortesía de los nuevos asientos forrados en piel sintética, que abrazan mejor al cuerpo y ofrecen más soporte lateral, sino además una calidad superior en la selección de los materiales y ensambles.
En este apartado destaca un rediseño total del tablero, volante y consola central, así como una nueva pieza que agrupa el cuadro de instrumentos digital de 12.3 pulgadas, así como una pantalla de las mismas dimensiones para el sistema de infoentretenimiento, orientada hacia el conductor, con conectividad inalámbrica Apple CarPlay y Android Auto y un sistema de audio con 10 bocinas firmado por Bose.
Otro de los elementos que mejoraron la dinámica de conducción del Kicks está ligado a la nueva plataforma en la que está montado, denominada como CMF, la cual es más rígida en un 20% en puntos de sujeción y le dio al modelo nuevas dimensiones: 7 centímetros más a lo largo, un cm más de alto y una distancia entre ejes que se benefició de 3.5 cm adicionales, lo que se traduce en una mejor postura del Kicks al estar en movimiento y un incremento de más de 176 litros, para un total de 850 litros.
Desde luego que la respuesta del tren motriz es mucho más solvente, pues Nissan dejó de lado el anterior motor de cuatro cilindros de 1.6 litros, de 118 caballos de fuerza, en favor de un propulsor más grande, de 2.0 litros atmosférico, que genera 142 hp y 140 libras-pie de torque, acoplado a una transmisión automática CVT UK28 de nueva manufactura, la cual equipa un sistema de embrague multifase de tres vías.
Esto significa que la respuesta en el arranque desde cero es más contundente y mantiene una respuesta más lineal durante un periodo pronunciado de aceleración, aunque como toda CVT, aún manifiesta esa sensación propia de este tipo de cajas de pérdida de potencia al acelerar a fondo, eso sí, en menor medida.
Durante los más de 260 kilómetros de ruta de prueba que enfrentamos en la jornada de manejo, mantuvimos un respetable consumo de combustible en torno a los 14 km/l, considerando que es un vehículo más grande y pesado (1,379 kilos) el peso de cuatro ocupantes, los ascensos y descensos del camino, así como el mayor desplazamiento del motor.
Por otro lado, la insonorización es otro punto a destacar. Para esta nueva generación, los ingenieros de la firma japonesa se enfocaron en reducir el ruido exterior incorporando varios elementos, como un mejor sellado de las puertas, mejor aislamiento en las salpicaderas, la instalación de un parabrisas acústico y una pared de fuego mejorada, que reduce la entrada del ruido del motor.
En el apartado de seguridad encontramos de serie seis bolsas de aire y ocho asistencias a la conducción, mismas que pueden incrementarse hasta 15 dependiendo de la versión a elegir.
En la ruta de regreso tuvimos la oportunidad de viajar en la segunda fila de asientos, y comprobamos el espacio mejorado en esta zona, pues a pesar de nuestro 1.79 metros de altura, el espacio de rodillas y de cabeza no nos condenó a la incomodidad, aunque sí extrañamos una salida de aire acondicionado para esta zona.
El nuevo Kicks es ensamblado en nuestro país, en la planta de Nissan ubicada en Aguascalientes, la cual recibió una inversión de más de 700 millones de dólares para actualizar las líneas de producción y dar vida a este nuevo vehículo, el cual será enviado a más de 70 países alrededor del mundo.
Está disponible en cuatro versiones, con precios que van desde 519,900 pesos y hasta 631,900 pesos. De momento, tanto la anterior Kicks, denominada ahora Kicks Play, como la nueva, convivirán en los pisos de venta de Nissan en todo el país.