La gente se está poniendo guantes de látex para conducir, debido a las recomendaciones de las autoridades de salud, sin embargo, hablando específicamente de la conducción con guantes de látex, es una medida poco recomendada.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el uso de guantes en estos tiempos del Covid-19 se recomiendan en ciertos casos, como, por ejemplo, para limpiar o cuidar a una persona enferma.
Cuando se va a desinfectar áreas que rodean a alguna persona enferma u otras superficies que son propensas a contener rastros del virus. En cualquier de los casos, se recomienda lavarse las manos después de quitarse los guantes.
Sabemos que hay muchas personas que utilizan guantes para ir a hacer compras o mandados con el fin de no tener un contacto directo con superficies que podrían ser de alto riesgo, y eso es algo excelente, pero cuando hablamos del manejo, las cosas son muy distintas.
Usar guantes no aptos para el manejo, como, por ejemplo, los desechables, podría ponernos en riesgo, porque se puede disminuir el agarre con el volante, por no hablar de que el uso de guantes desechables puede dificultar el uso de la pantalla de infotenimiento en el auto.
En el caso concreto de tu auto, una buena solución es mantener limpio el interior de la unidad utilizando productos desinfectantes constantemente para reducir las posibilidades de contagio y si deseas conducir con guantes hazlo con un par que esté diseñado específicamente para esta tarea.
El uso de guantes se originó a finales del siglo XIX
En el mundo existen muchos mitos y leyendas alrededor de la conducción y es que esta tarea, que llevamos haciendo por poco más de 100 años, ha evolucionado, aunque algunas costumbres han cambiado poco desde hace más de un siglo.
Repetimos. Hasta antes de la pandemia era muy raro observar a personas conduciendo con guantes e incluso no debe faltar alguien por ahí que pensó que este era un accesorio innecesario que usa la gente por mero gusto y moda, aunque la realidad es que esta es una práctica que nació con los primeros automóviles y por una razón muy especial.
Los primeros vehículos que se construyeron tenían motores a vapor como los de las locomotoras, es decir, necesitaban una caldera para funcionar y esta desprendía muchísimo calor hacia la zona de conducción, por lo que los conductores usaban guantes de cuero para proteger sus manos de quemaduras, tanto en asientos, como volante y otras partes del vehículo.
Con el tiempo los vehículos a vapor cambiaron por los modernos motores de combustión interna que acabaron con las transferencias de calor desmedidas hacia las manos, pero los volantes de madera seguían resultando resbaladizos, especialmente durante el caluroso verano y el frío invierno, donde las manos sudadas o la madera semicongelada podían provocar problemas de agarre.
Por esta razón la costumbre de conducir con guantes de cuero, acompañados por pedazos de goma o caucho que aseguraban el agarre continuó en las siguientes décadas y el espacio de almacenamiento que se dejaba en el lado del pasajero comenzó a llamarse coloquialmente “guantera” pues aquí se guardaban estos necesarios accesorios.
La industria evolucionó una vez más y poco a poco los volantes de plástico, cuero y goma comenzaron a sustituir a sus contrapartes de madera, por lo que el agarre de las manos comenzó a ser más preciso y los fabricantes comenzaron a preocuparse también por la ergonomía, haciendo volantes cada vez más estilizados que permitiesen una conducción sin sobresaltos.
Es en este momento cuando los guantes comenzaron a perder popularidad y como los fabricantes de estos productos no querían perder su mercado, apostaron por renovar los productos a través de un trabajo de diseño enfocado a abarcar los gustos de cada conductor en el mundo. De esta forma, los guantes para conducir se convirtieron en un objeto de estatus.
Es por esta razón que, en la actualidad, estos productos pueden llegar a ser sumamente costosos, debido a que la industria evolucionó para convertir los guantes para conducir en un accesorio más cercano a la moda que a la necesidad, aunque no podemos negar que, para aquellos que han probado la sensación, es una experiencia de control única y si no nos creen, pregúntenle a los pilotos profesionales.
En el mercado actual podemos encontrar todo tipo de guantes de conducción, fabricados en cuero, lino, casimir, tela o seda, con dedos abiertos o cerrados, con accesorios distintivos de diseño y si, hasta con piedras preciosas incrustadas, claro, si tienes el dinero para pagarlo.
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