La década de 1990, o los tardíos 1900, como dirían los Gen Z, no es especialmente recordada como la mejor en el diseño automotriz. Hubo experimentación y conceptos, eso sí, aunque no todos llegaron a materializarse. En esta ocasión recordamos al Plymouth Voyager III 1990.
Nada más verlo, nos encontramos con un vehículo único en su tipo. El Plymouth Voyager III era en esencia un tractor-trailer a escala, un una minivan convertible que tenía un aditamento desmontable para añadir dos filas de asientos y seis pasajeros más en la parte trasera. Pero desconectado, era un carro de tres asientos movido por su motor de tres cilindros.
“La eficiencia del microauto Voyager III es perfecta para viajar y hacer mandados, mientras su módulo de min van puede dejarse estacionado fuera de las calles concurridas de la ciudad”, se lee en un material publicitario de la época.
La idea del vehículo era que funcionara en sus dos modalidades dependiendo del uso planeado. Pero el tráiler trasero no eran simplemente asientos para remolcar: tenía su propio motor turbo adicional de cuatro cilindros y 2.2 litros, con lo que se convertía en un vehículo de tracción completa y más de 250 caballos de fuerza.
Conectado, el Voyager III era una miniván de poco más de 5 metros de largo, lo que sigue siendo menos que una Jeep Wagoneer L actual (de 5.7 metros), pero que se veía inusualmente alargada debido a su diseño.
Plymouth era marca de Chrysler, empresa que tiene el mérito de inventar la miniván en 1983. La marca comenzó su concepto con el nombre de “carruaje mágico” antes de pulir el término miniván como un vehículo espacioso, versátil y que cupiera en la cochera promedio, según el sitio web de su historia.
Entre los primeros exponentes del nuevo tipo de auto estuvo justamente la Plymouth Voyager, que se fabricó entre 1984 y el año 2000 como una camioneta familiar de cinco puertas.
Sin embargo, el Plymouth Voyager III nunca pasó de auto conceptual. Se llegó a exponer en el Auto Show de Chicago de 1990, y algunos medios estadounidenses los consideran “el peor auto conceptual de toda la historia”. Lo cierto es que su diseño, atribuido al afamado Tom Gale, no está entre lo mejor de su catálogo, donde lucen el Dodge Viper, el Plymouth Prowler e incluso el Dodge Neon.
Pero al menos como concepto, la Voyager III es recordada por su innovación, a su manera, y por el diseño modular que sigue siendo llamativo hasta la fecha.
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