A los británicos no les basta con tener toda una artillería de SUV en la gama Land Rover; Jaguar también está preparando su ofensiva en este segmento que no para de crecer. El primer paso lo dieron con el F-Pace, el segundo se ha materializado en el E-Pace, un todoterreno pequeño que tiene en la mira al Mercedes-Benz GLA, el BMW X1 y el Audi Q3.
Dominar no será fácil, pero Jaguar ha sido muy astuta. El E-Pace está dotado de una enorme carga tecnológica de conectividad y seguridad, así como buen espacio interior, una oferta mecánica vanguardista y un diseño que va directo al corazón de sus clientes objetivo: las familias jóvenes.
Toma el deportivo de la casa y conviértelo en SUV
Si sientes que ya has visto esa cara en otro lado, es porque el Jaguar E-Pace guarda un gran parecido con el F-Type, no sólo en el diseño de faros y en la distintiva parrilla de la marca, sino en las proporciones musculosas, el diseño de las calaveras e incluso con un medallón inclinado con cierto sabor a coupé.
A pesar de sus líneas caprichosas, el E-Pace promete un espacio interior digno de un vehículo familiar. Mide 4,395 mm de largo, con una distancia entre ejes de 2,681 mm que le permite acomodar cinco plazas con generoso espacio para piernas —según menciona la propia marca— y una capacidad de carga de 577 litros.
Cubre las necesidades de conexión y recarga de las familias jóvenes con hasta cuatro tomas de corriente de 12 voltios, cinco puertos USB y puntos de conexión 4G WiFi para hasta ocho dispositivos. El sistema de infotenimiento, además, cuenta con servicios en línea y una tienda de aplicaciones en la que se encuentra, por ejemplo, Spotify.
El control del entretenimiento y de algunos parámetros de conducción se lleva a cabo a través de una pantalla táctil de 10 pulgadas, con una interfaz Jaguar Touch Pro de última generación y sistema de sonido Meridian de 15 bocinas. Los mensajes para el conductor e información relevante del auto se muestran en un cuadro de instrumentos digital con pantalla TFT de 12.3 pulgadas y también en un head-up display.
La cereza tecnológica del Jaguar E-Pace es la nueva Activity Key, una llave brazalete a prueba de golpes y agua, con un tag RFDI que le permite al conductor bloquear la llave principal y dejarla dentro del auto, para poder realizar actividades como ciclismo, natación o atletismo sin temor a perder o estropear la llave.
Hasta 300 hp y electrónica al servicio de la conducción
Como otros modelos de la casa, el Jaguar E-Pace se beneficia del uso de aluminio al por mayor. Elementos de la carrocería, como el cofre, el techo o el portón trasero le permiten ahorrar valiosos kilos. Piezas del motor y de la suspensión también recurren a este material.
Hay cinco opciones de motor para elegir. En el campo de los diésel tenemos un motor Ingenium de 2.0 litros de 150, 180 y 240 hp; a gasolina, la oferta se limita a un bloque de 2.0 litros turbo de 249 o 300 hp, según versión, con sprints de 0 a 100 km/h en 7.0 y 6.4 segundos respectivamente.
La oferta de transmisiones está compuesta por un cambio automático ZF de 9 velocidades o una caja manual de 6 cambios, esta última disponible sólo para las versiones con motor a diésel de 150 y 180 hp. También está disponible con un sistema de tracción integral inteligente, capaz de enviar hasta el 100% de par motor disponible a una sola rueda trasera en cuestión de 0.1 segundos. Para ahorrar combustible, el sistema puede enviar el poder sólo al eje delantero, pero tan pronto encuentra la necesidad de conectar el trasero, puede hacerlo en 0.3 segundos.
Con el fin de ofrecer una conducción versátil, el E-Pace cuenta con cuatro modos de manejo, que abarcan parámetros de conducción deportiva, cotidiana, eficiente y de bajas condiciones de adherencia: Normal, Dynamic, Eco y Rain, Ice and Snow. El sistema modifica la respuesta del acelerador, de la transmisión, de la suspensión adaptativa (opcional) y de la dirección.
Todo un arsenal de asistencias de conducción, algunas de ellas nuevas
Adicional a los sistemas más tradicionales, como alerta de colisión frontal con frenado automático de emergencia o control de velocidad crucero adaptativo, el Jaguar E-Pace estrena algunas tecnologías de asistencia a la conducción. Hace gala, por ejemplo, de una cámara que monitorea el camino y trabaja en conjunto con el monitor de punto ciego para que, en caso de realizar una maniobra de carril con un vehículo obstruyendo el camino, la dirección actúe para evitar el impacto lateral.
También estrena un sistema de Detección de Tráfico Delantero, que alerta al conductor de vehículos aproximándose en intersecciones, aún cuando todavía no sea visible. De igual forma, con el fin de proteger a los peatones, el Jaguar E-Pace cuenta con un airbag en caso de atropellamiento.
A la venta a finales de este año, con potencial de ser el mejor
Por su completa oferta mecánica, el nivel de equipamiento, los estándares de seguridad y el mismo diseño basado en el deportivo de la casa, el Jaguar E-Pace tiene el potencial de convertirse en el referente del segmento. La competencia no es fácil ni poca, pero los británicos tienen un producto sumamente competente.
Durante su primer año en el mercado se ofrecerá la versión First Edition, con tres colores disponibles —Yulong White, Santorini Black y Caldera Red, este último exclusivo de esta versión—, placas conmemorativas y elementos distintivos, como rines Satin Gray de acabado diamante y diámetro de 20 pulgadas.
Para gustos más deportivos, Jaguar ofrece el paquete R-Dynamic, que no sólo baña al E-Pace en accesorios deportivos, sino que brinda acabados más interesantes al habitáculo, como detalles en aluminio cepillado y volante específico para esta versión, con paletas de cambio.
Jaguar no tiene lugar para fabricar el E-Pace en sus propias instalaciones, por lo que ha recurrido a Magna Steyr para producirlo en la planta de Graz, en Austria, para abastecer todos los mercados, excepto el chino; Jaguar también ha firmado un acuerdo con Chery para producir el E-Pace en China y abastecer el mercado local. Los precios van de 37,450 a 70,400 euros (de 755,000 a 1,420,000 pesos al tipo de cambio actual).