Los perros se están convirtiendo en los hijos del siglo XXI. Nuestros amigos de cuatro patas están cada vez más presentes en la vida familiar y en ocasiones es inevitable que nos acompañen en el auto. Si todavía existe gente que lleva a sus niños sin cinturón de seguridad ni silla especial, ¿qué esperar de los animales en el auto? Hoy te explicaremos cómo sí y cómo no viajar con tu mascota.
Viajar con tu perro en el auto podría parecer tan sencillo como subirlo, bajar un poco las ventanas y echar a andar el coche. La ciencia pone sobre la mesa algunos datos que pueden dejarnos fríos: en una frenada de emergencia a 50 km/h —que tampoco es muy rápido— todo lo que vaya suelto en la cabina incrementará su fuerza como si pesara entre 30 y 40 veces más. Es decir, tu perrito de 8 kg tendría una fuerza de impacto de entre 240 y 320 kg.
Por lo tanto, utilizar los sistemas de retención correctos en perros —y humanos— es un tema crucial de seguridad, tanto para el animal, como para quienes viajan con él. Además, traerlo suelto multiplica la posibilidad de sufrir un accidente. Por muy educado que sea un perro, no deja de ser un animal que puede responder de manera inesperada a un estímulo. Si algún ruido lo altera, por ejemplo, puede convertirse en una distracción y desencadenar un accidente. Y no hablemos de quienes conducen con ellos sentados en las piernas.
Al final, si los argumentos de seguridad no te convencen, quizá te interese saber que el Reglamento de Tránsito de Ciudad de México contempla una multa de hasta 2,500 pesos a quienes viajen con animales (o personas) en brazos o piernas. Si no lo haces por el bienestar de todos en la cabina, al menos hazlo por ahorrarte la multa.
Viajar seguro con tu perro es fácil: basta un arnés
Garantizar la seguridad de tu perro en la cabina es tan sencillo como colocarle un arnés. No basta cualquier accesorio; al adquirirlo hay que revisar que cuente con las certificaciones necesarias. Al igual que los autos, los arneses de seguridad para perros son sometidos a pruebas de choque. El ejemplar que nos proporcionó KIA es marca Kurgo y se importa de Estados Unidos. Según nos cuenta la responsable del programa KIA Pet en México, los desarrollados en nuestro país no cuentan con ninguna certificación.
El arnés se instala como si fuera una pechera de paseo y se engancha al cinturón de seguridad. En mi caso el arnés no me fue muy práctico porque mi perro no se sabe estar quieto. De cualquier forma, jamás lo llevo suelto. Lo meto en su jaula transportadora y la aseguro con el cinturón de seguridad, de manera que en una frenada de emergencia no salga volando. Quizá no ofrezca el mismo nivel de protección, pero supone una menor distracción para mí; en la jaula se queda dormido, mientras que con el arnés iba de un lado a otro o intentaba quitárselo.
KIA, como otras marcas, ofrecen diferentes accesorios para perros. Lo indispensable siempre será todo aquello que atienda la seguridad, sin embargo también existen otras piezas para protección del vehículo. Hay, por ejemplo, protectores de puertas para evitar arañazos, una barrera para que el perro no se intente pasar a los asientos delanteros y un protector de asientos tipo hamaca. Todos estos accesorios son universales —salvo el arnés, que depende del peso del perro— y se pueden instalar en cualquier vehículo.