El Acura RDX es uno de los actores más silenciosos del segmento C-SUV de lujo. Mientras en Estados Unidos goza de ventas muy saludables, en México vive a la sombra de los ejemplares alemanes de BMW y Audi, y no es por falta de talento. Su nueva generación ya ha sido presentada y comenzará a venderse en nuestro país en breve. Antes de su estreno, hemos dado una última vuelta al modelo actual para descubrir que con todo y sus años, sigue siendo una opción interesante.
El diseño ha logrado ocultar el paso de los años. Sin ser lo último en Acura, no luce cansado y eso es gracias a que la marca ha sabido evolucionar con precisión su diseño. Goza de los elementos actuales de la gama, como faros Yewel Eye de diseño afilado, una parrilla grande —sin diseño en 3D como los modelos actuales— y una trasera de fuerte sabor japonés. Es un SUV discreto que aprovecha la cantidad de cromo correcta para resaltar elementos específicos de su apariencia.
La cabina refleja el paso de los años. ¿El equipamiento? Muy completo
El interior es menos afortunado para disimular el paso del tiempo, y es que aun cuando los acabados siguen siendo muy buenos, el segmento de los C-SUV no premium ha evolucionado desde que este RDX nació. Hoy podemos encontrar plásticos gomosos similares en un Honda CR-V, por ejemplo. Los gráficos del sistema de infotenimiento también ponen en evidencia sus años. El cuadro de instrumentos tiene una pantalla muy pequeña y de funciones limitadas; no hay velocímetro digital, por ejemplo. Además, en toda la cabina sólo hay un puerto USB.
La balanza se equilibra al mirar el equipamiento en relación con el precio, y es que por 669,900 pesos, ya incluye todo el arsenal de asistencias de manejo de Acura, compuesto por freno automático de emergencia, alerta de colisión frontal, control de velocidad crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril con alerta de abandono involuntario, monitoreo de punto ciego y alerta de colisión trasera.
A todo eso se suma una buena dosis de confort, gracias a elementos como ajustes eléctricos para todo, asientos con calefacción, llave inteligente con encendido remoto y apertura de quemacocos, espejo retrovisor electrocromático, faros de LED, infotenimiento con dos pantallas —una de 8 y otra de 7 pulgadas—, sistema de navegación, sonido ELS Surround de 10 bocinas, disco duro de 15 GB y portón trasero de apertura eléctrica.
Un SUV que sigue valiendo la pena desde el puesto de conducción
La generación actual de Acura RDX data de 2013. Mucho se ha hecho en el segmento de lujo desde entonces en materia de manejo y, sin embargo, el RDX sigue sorprendiendo por dos motivos: la respuesta —y el sonido— de su motor V6 y el magnífico comportamiento en carretera.
Para empezar, cuenta con un sistema de tracción integral inteligente que administra correctamente la disposición de potencia en cada eje con el fin de mejorar el paso por curva. Es muy estable, resulta bastante cómodo y pisa con suficiente firmeza para aventurarse a entrar rápido a algunas curvas. La dirección no es precisamente comunicativa, pero sí rápida y precisa.
El motor V6 de 3.5 litros de 279 hp y 252 lb-pie ofrece una respuesta contundente y lineal, de ésas que ya casi no hay y que incluso sabe a nostalgia. El sonido al acelerar a fondo gusta a los amantes de la velocidad y, en general, hay buena dosis de potencia y par a relativamente bajas revoluciones. Su pegado es el consumo, y es que con un promedio de 7.5 km/l en carretera, el motor es realmente sediento y la transmisión de sólo seis velocidades no ayuda. Esta caja cumple con cambios suaves y bien escalonados, pero se nota rezagada antes las ofertas de doble embrague o de ocho velocidades de sus competidores.
Hoy sigue siendo una compra razonable
Su nueva generación llegará en un par de meses y hoy el Acura RDX sigue siendo una compra razonable. Por lo avanzados de sus competidores, hoy no me atrevería a ponerlo frente a un Audi Q5, un Mercedes-Benz GLC o un BMW X3, todos de ellos renovados totalmente hace poco tiempo.
Hoy, si le veo sentido a lo que ofrece el Acura RDX, es por la confiabilidad de Honda, el excelente aprovechamiento del espacio interior y porque los C-SUV se han encarecido en sus versiones más equipadas. Por el nivel de confort y seguridad, el RDX puede hacer temblar al Jeep Compass Trailhawk de 649,900 pesos y al Volkswagen Tiguan Highline de 609,900 pesos.