Imagina que eres un atleta de alto desempeño, de los que se pelean el récord en cada maratón. Ahora imagina que corres en chanclas. Absurdo, ¿cierto? Normalmente hablamos sobre caballos de fuerza, transmisión y los mil sistemas electrónicos que ayudan al desempeño, pero las llantas son ese héroe silencioso —y a veces no tanto— del que vale la pena platicar. Nos fuimos a pista con Bridgestone para entenderlo con mayor claridad.
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¿A qué nos referimos exactamente cuando decimos que un coche tiene buenas llantas? Básicamente, a que tiene llantas que cumplen con el propósito planteado. No podemos pensar en llantas deportivas para un Suzuki Jimny —aunque hay quien, sin motivos, se las ha puesto— o en neumáticos todoterreno para un Acura NSX. Hay llantas para todo. Hoy vamos a entender qué hace deportiva a una llanta.
Todo se resume en una palabra: adherencia
Antes de darnos las llaves para arrancar pruebas en carretera y en circuito, Bridgestone nos dio una explicación teórica y técnica muy interesante. Todo comienza con algo obvio, pero que casi todo el tiempo olvidamos: los neumáticos son la única conexión entre el auto y el asfalto, y la superficie de contacto es equivalente a la palma de nuestra mano.
El objetivo de tener neumáticos cada vez más avanzados es que los autos sean capaces de sacarle mayor provecho a las distintas fuerzas que generan bajo una conducción demandante. Al acelerar, la fuerza es hacia adelante, pero al llegar a una curva, no sólo tendremos fuerza hacia el frente, sino también hacia los lados. Entre mayor sea la capacidad de agarre de una llanta, mayor será la velocidad con la que podremos pasar la curva, porque resistirá mejor la fuerza.
El dibujo que tiene cada neumático no es coincidencia. Cada línea está pensada en cumplir con distintas tareas, aunque todas van hacia un objetivo en común: incrementar la adherencia. Por ejemplo, las líneas más gruesas se extienden hacia los costados para evacuar rápidamente el agua; las líneas delgadas ayudan a reducir las distancias de frenado.
Cuatro autos de alto desempeño para probar cada llanta
Bridgestone no se limita a hablarnos de neumáticos deportivos como si se tratara de una categoría más. Dentro de su gama Potenza existen distintas divisiones, porque hay distintos tipos de vehículos deportivos y, sobre todo, objetivos diferentes. Probamos un auto con cada llanta para entender de qué va.
Nissan Z con Potenza Sport. Estos neumáticos no son precisamente para circuito, sino para sacarle el mayor provecho a un auto deportivo en condiciones cotidianas, como carretera. Un Nissan Z de 400 hp directos al eje trasero nos permitió comprobar el buen grado de adherencia que proveen estas llantas, que además están disponibles para autos de todo tipo. Se pueden montar hasta en un Mazda MX-5, un Suzuki Swift Sport o un Volkswagen Golf GTI. Hay 83 tamaños disponibles, con rines de 16" a 22".
Subaru BRZ con Potenza Sport AS. Estos son los neumáticos más nuevos en la familia Bridgestone. Las siglas AS obedecen a All-Season, lo que asegura buenos niveles de tracción en condiciones, por ejemplo, de pavimento mojado. Los probamos en un circuito a bordo de un BRZ y sorprende que, incluso desafiando a la tracción trasera, son neumáticos que transmiten mucha sensación de control. Dan margen al jugueteo propio de un auto deportivo, pero siempre comunicando lo que está sucediendo. Están disponibles en 48 tamaños —24 más llegarán el próximo año— con rines de 16 a 22".
Acura NSX con Potenza Race. Mientras la gama Sport y Sport AS busca maximizar el desempeño en carretera, los neumáticos Race se adentran en los circuitos. Ojo, no son llantas exclusivas para pista, porque también son aptas para carreteras, pero buscan el punto de equilibrio entre ambos escenarios. El fuerte de estas llantas se encuentra en las distancias de frenado en seco, durabilidad en pista y, sobre todo, buena adherencia para lograr buenos tiempos de vuelta. Están disponibles para rines de 17" a 20".
Honda Civic de carreras con Potenza RE-71RS. ¿Un Honda Civic para los neumáticos más radicales de Bridgestone? Sí, pero no cualquier Civic. Manejamos uno de los autos que Honda utiliza para competencias. Usa la base de la versión Si, pero fue transformado para convertirlo en un auténtico coche de carreras. Huele, suena y se mueve como tal. Su única asistencia son los frenos ABS, de modo que unos buenos neumáticos ayudan a que la física sea más condescendiente. Están pensados para pista, e incluso se pueden montar en coches de carreras de equipos amateurs, por lo que están disponibles con rines de 15 a 20".