Ah, la Carrera Panamericana. Año con año se reúnen cientos de pilotos, que esperan el mes de octubre para vivir su hobby en grande, y cuando digo en grande, me refiero a todo un carnaval que recorre México. La ruta para 2018 empezó en Oaxaca y terminó en Durango, yo me subí en Morelia para manejar, por suerte, en los tramos más complicados: Mil Cumbres, Sierra de Lobos y el Espinazo del Diablo.
Cuando me enteré que utilizaría un Mini Clubman, inmediatamente pensé en un modelo S, ya que como tú, tampoco tenía conocimiento que desde junio pasado, ya está disponible en México la versión Chilli de tres cilindros, que resultó ser la que Mini nos proporcionó para esta inolvidable travesía.
Entre viejos Studebaker, Oldsmobile, Mustang y Porsche de hasta 700 hp (o más), parecía ridículo que pudiéramos seguirles el paso en un Mini Clubman de 136 hp y transmisión automática de seis velocidades. Pero no, a base de concentración, trabajo en equipo con mi navegante (los dos novatos) y confiando en el coche, pudimos recorrer cada una de las etapas sin contratiempos, alcanzando velocidades de hasta 190 km/h, y divirtiéndonos como se debe en un Mini.
No formamos parte del contingente competitivo, pero sí de la caravana oficial. Nuestra labor era acompañar a la avanzada de patrullas de la Policía Federal, oficiales de seguridad, comisarios, cronometristas y demás organizadores que hacen posible esta legendaria carrera. Siempre salimos al menos 15 minutos antes de los autos de carreras, asistiendo con la verificación de que la ruta estuviera lista para ellos. Esto nos permitió disfrutar de los tramos de velocidad con la carretera cerrada, y hasta algunos aplausos del increíble público mexicano nos llevamos sin querer.
La duda de la capacidad del Mini Clubman Chilli al límite surgió inmediatamente, y se disipó después de los primeros kilómetros. No sé a ustedes, pero para mi primera vez a full con piso mojado y neblina, pocos coches me hubieran permitido ir con el acelerador a fondo casi todo el tiempo, y eso, es lo que más aprecié de este Mini.
En algunas ocasiones desactivé el control de tracción, siempre utilicé el modo Sport de la transmisión, —único disponible, no tiene ajustes Eco-MID-Sport como los modelos S— y mientras los vidrios no se empañaran, el aire acondicionado permaneció apagado. En las subidas más pronunciadas le costó trabajo al motor Twin Power Turbo recuperar la velocidad a la salida de las curvas, pero fuera de esta situación, nunca fuimos despacio.
Nos acompañaron un Mini JCW hatchback, y varios Clubman y Cooper S más, formamos un contingente sólido, llamativo y muy confiable, todos alcanzamos la meta con las llantas delanteras gastadas, los frenos cansados, pero nada más. Ni se consumió el aceite, ni se desgastaron (o fatigaron) los frenos de manera preocupante, me sorprendió la velocidad de la dirección, el mínimo balanceo de la carrocería con los cambios fuertes de trayectoria y muy pocas veces se insinuó el eje trasero, situación que pude controlar con mis manos de cavernícola muy fácilmente.
A la "Pana" asisten muchos Minis, los clásicos y los participantes del Mini Panam Challenge, que están modificados para producir más potencia y también mejor manejo. Son más ligeros y hasta jaula antivuelco tienen instalada. La mayoría de ellos también terminaron la carrera, fue la dupla Jaramillo/Domínguez que resultó ganadora al contabilizar el último tramo cerca de la ciudad de Durango. Quienes se perdieron la meta fue porque sufrieron de otros percances que poco tuvieron que ver con la confiable mecánica de estos Minis.
Y todo esto va enfocado a la "ganga" que es el Mini Clubman Chilli. Está muy bien equipado, tiene cuatro puertas laterales y dos traseras, lo cual bloquean la visibilidad hacia atrás casi por completo, pero éste es su único contratiempo. Manejamos la versión menos equipada, de hecho, la versión Chilli enlistada en la página de mini.com.mx, sí cuenta con el selector de modos de manejo, rines deportivos de 17 pulgadas y llantas run-flat.
Todo esto —y una cajuela grande— te lo puedes llevar por $469,900; un precio muy accesible al segmento premium, que, comprobado por un servidor, es cómodo, muy rendidor y extremadamente confiable, de otra forma, seguiríamos esperando la grúa en algún aislado tramo de carretera de montaña de este hermoso país.
**Aclaración: La ficha técnica de la página oficial de Mini anuncia transmisión de doble embrague de siete velocidades, pero nuestro Clubman Chilli utilizaba una de seis de convertidor de par convencional.*
Si quisieras participar en la Carrera Panamericana 2019, consulta su sitio oficial aquí, para estar enterado de los requerimientos para poder participar de manera oficial, categorías, reglamento de seguridad, y costo de inscripción.