¿Es un disparate decir que el Clubman es mi segundo MINI favorito? Sabiendo que el convertible aún vive, quizá, pero el incomprendido de la familia tiene un je ne sais quoi que me gusta. Su modelo 2020 recibe una ligera actualización y trae a México por primera vez la variante John Cooper Works. Salimos de ruta hacia Valle de Bravo para conocerlo.
Un concepto difícil de entender y fácil de valorar
Para el MINI Clubman no es fácil triunfar en un mercado que no valora las vagonetas. Si le sumamos la peculiar apertura de su portón trasero dividido, definitivamente nos encontraremos ante un auto de nicho. ¿Pero y si te digo que tiene todo el espíritu de MINI en un formato de carrocería que no sufre por espacio, y que no cae en el cliché de un SUV?
Eso es, en esencia, el Clubman. Una vagoneta que buscó un espíritu alternativo y que se nos presenta con la esencia retro de la marca. El modelo 2020 recibe las calaveras de LED con el estilo Union Jack —como la bandera de Reino Unido— y retoques menores en fascia y faros. Tendremos también nuevos juegos de rines, más opciones de personalización y una paleta de colores renovada.
El Clubman es el segundo MINI más grande de la gama, sólo abajo del Countryman. Es 10 cm más ancho que un MINI de tres puertas y 27.1 cm más largo. ¿Qué ganas con eso? Mucho espacio. Las plazas traseras son las más favorecidas. Sin llegar a considerarlas del todo amplia, son definitivamente más cómodas que en el hatchback tradicional. La cajuela se queda con 360 litros, muy por encima de los 211 del hatch.
La cajuela es de lo más peculiar. Me gusta y a la vez no. El hecho de abrir con el portón dividido me parece tan atractivo como poco práctico. Es cierto que lo ancho de la boca permite cargar con objetos grandes, pero al abrirla hay que tener cuidado, porque si el coche que se estacionó atrás está cerca, podrías golpearlo.
El go-kart feeling prevalece
Dinámicamente es un auto muy apetecible. MINI fue muy cuidadosa en impregnar su esencia en un vehículo que ya no es tan mini, pero que es muy MINI. La posición de manejo, el diseño del parabrisas y la puesta a punto del chasís saben como en cualquier otro MINI de la casa, con esa rigidez en la suspensión que gusta a los amantes de la velocidad y un motor con chispa.
A México llegan tres versiones. La más accesible lleva un motor de tres cilindros de 136 hp, le sigue el Cooper S de 192 hp y el John Cooper Works de 306 hp —el MINI más potente hasta la fecha. Tuvimos la oportunidad de probar estos últimos dos.
Del Cooper S nos gusta la agilidad de su respuesta y lo equilibrado de su suspensión. Es rígida, sí, pero en ningún momento incomoda y absorbe los saltos de la carretera —por más pequeños que sean— con mucha más destreza que el John Cooper Works. Ese aislamiento, de hecho, hace que los trayectos en línea recta se sientan más estables en el Cooper S que en el John Cooper Works.
La historia cambia al hablar de curvas. Ahí la rigidez extra del JCW, la dirección más precisa y el sistema de tracción integral consiguen un paso mucho más estable, con poca tendencia a rolar; el Cooper S subvira. En ambos casos hay un pecado que, aunque se disimula, no se esconde: el peso.
El Clubman Cooper S es 180 kg más pesado que el hatchback de tres puertas, por lo que los 192 hp y 206 lb-pie se mueven con menos soltura. En cifras, esto se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h en 7.2 segundos —0.5 s más que un Cooper S.
En el caso del John Cooper Works estamos ante una cifra todavía más impactante. El Clubman, respecto al JCW de 3 puertas, es 295 kg más pesado y se siente. Consigue moverse con agilidad gracias al sistema de tracción integral y a la magia de los ingenieros de la marca, pero las transferencias de peso son más evidentes. Afortunadamente, MINI no le dejó el motor de 231 hp del tres puertas, en su lugar hay uno de 306 hp que de 0 a 100 km/h deja mordiendo el polvo al MINI de tres puertas, con tiempo de 4.9 segundos —vs. 6.1 segundos.
Tecnológico y bien equipado
El interior sigue al pie de la letra la fórmula MINI, con un cuadro de instrumentos pequeño y una pantalla central de marco redondo. El toque de la marca también se refleja en la espectacular iluminación ambiental, presente en puertas y tablero, y que puede cambiar de color al mover un interruptor en el techo.
A lo largo de la gama encontraremos head-up display, sistema de sonido Harman Kardon de 12 bocinas, climatizador automático bizona, techo panorámico, sistema de navegación, pantalla de 8.8 pulgadas, llave inteligente, faros de LED, sistema de estacionamiento automático, cámara de reversa, entre otros.
Lo bueno de MINI, sin lo malo de MINI
Hay gente a la que le gusta MINI pero no se los compra porque les parecen muy pequeños. Si el problema es ese, el Clubman es una solución muy interesante. Conserva la esencia de la casa en un formato de carrocería más versátil y con una dosis extra de espacio. A mi parecer, como MINI tiene más sentido el Clubman que el Countryman. Pero claro, en gustos se rompen géneros.
El modelo ya está disponible en nuestro mercado, con precios que van de 515,000 para la versión de entrada (Cooper Chili), 640,000 pesos para el Cooper S (Hot Chili) y 830,000 pesos para el John Cooper Works (Hot Chili).