Manejamos el MINI Countryman JCW, un atleta entre los scouts

El MINI John Cooper Works Countryman me resulta un auto muy curioso porque combina dos conceptos que en principio podrían sonar opuestos: un MINI de estilo todoterreno —que ya comienza a sonar extraño— con todo el linaje atlético de la preparación deportiva de la casa. Ante mi escepticismo, la marca me puso al volante de su más reciente lanzamiento en una breve, pero enriquecedora prueba de manejo en pista.

Con el sol a tope, una serie de MINI Countryman John Cooper Works nos esperaban en Centro Dinámico Pegaso, la mayoría pintados en color rojo con algunos accesorios en contraste con la carrocería. A pesar de llevar elementos muy propios de un todoterreno, como salpicaderas terminadas en plástico sin pintar o rieles portaequipaje, el Countryman adopta con gracia un diseño deportivo de parrilla, calipers rojos, nuevas tomas de aire y un juego de rines especial —de 19 pulgadas.

En la explicación técnica, la marca nos comentó cómo es que se adaptó el chasís del Countryman original a la sazón tradicional de John Cooper Works. Para empezar, lleva el motor más potente disponible dentro la gama, un turbo de cuatro cilindros de 2.0 litros, capaz de generar 231 hp y 258 lb-pie, asociado a una transmisión Steptronic de ocho velocidades.

Al igual que el hatchback, la suspensión es más rígida en favor de un manejo más deportivo, sin embargo, el Countryman incluye de serie un sistema de tracción integral que puede adaptar su reparto de potencia según las exigencias del camino y el modo de manejo seleccionado. Además, ayuda a bajar el centro de gravedad, que por el concepto propio de un crossover, no es tan bajo como un deportivo lo requiere.

Un JCW dos rayitas menos rabioso... pero cinco más cómodo y muy capaz

Durante la prueba de manejo había algunos MINI John Cooper Works de tres puertas, lo que sirvió para contrastar las principales diferencias. Como era de esperarse, el ícono de deportividad de MINI se comporta de maravilla, con un manejo preciso que da pie a los excesos, aunque siempre bajo una sensación de control y con la característica sensación go-kart feeling que tanto presume la marca.

Luego de darle algunas vueltas a esos JCW, es momento de dejar el coche a otros colegas y subir a los Countryman, que nos esperaban al otro lado de la pista. El circuito que nos prepararon incluía una recta para poner a prueba la aceleración, una zona donde había que frenar con intensidad y un eslalon que somete al extremo el chasís para sacar a la luz las cualidades y defectos dinámicos del vehículo.

Como era de esperarse, su comportamiento no es tan candente como el de su hermano de tres puertas, y es que el centro de gravedad más alto, el peso extra de la carrocería —y del sistema de tracción integral— y una suspensión ligeramente menos firme contribuyen a un comportamiento menos rabioso. ¿Divertido? Muchísimo, aunque al extremo tiende a inclinarse más de lo que nos gustaría y su aceleración es un poco menos contundente, aunque dista de ser lento; completa los 100 km/h en 6.5 segundos.

A límite, la suspensión más blanda que un JCW tradicional y la altura de la carrocería pasan su factura.

Comparado con cualquier otro crossover de su estilo, no existe un competidor más divertido que el Countryman John Cooper Works; respecto a otros modelos dentro de la misma marca, no es el de más chispa. Y es lógico. Su naturaleza SUV -ish lo obliga a renunciar a la rigidez de un deportivo puro con tal de equilibrar entre confort y diversión. Al final del día, su cliente objetivo quiere un vehículo que no renuncie a su faceta deportiva, pero que tampoco se olvide de la comodidad. En ese equilibrio, el John Cooper Works encuentra su sitio.

Además, de serie se incluye muchísimo equipamiento. Hay portón trasero eléctrico, llave inteligente, techo panorámico, un sistema de infotenimiento con pantalla de 8.8 pulgadas con servicios en línea —como información de tráfico real—, una app móvil para controlar algunas funciones del vehículo vía remota, climatizador automático de doble zona, sonido Harman Kardon, head-up display, entre otros.

Con un precio de 749,900 pesos, el MINI Countryman John Cooper Works es un crossover de espíritu deportivo, con la agilidad, la precisión y el carisma propio de un vehículo de la marca, aderezado con un muy buen nivel de equipamiento, amplias opciones de personalización y, sobre todo, con una conducción más confortable que no hace totalmente de lado sensaciones deportivas.

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