No es mentira eso que dicen que de la vista nace el amor. Si algo se ve bien, o interesante cuando menos, llama nuestra atención, sea un jardín excepcionalmente cuidado, un postre que da pena desbaratarlo o la ilustración en la portada de un libro. Yo sé, no hay que juzgar al libro por su portada, ¿pero cuántos no hemos terminado hojeándolo sólo por lo que vemos desde fuera?
Ese mismo principio ha aplicado toda la vida en los autos. Hay modelos cuyo diseño está condicionado por una función, pero hay otros cuyas líneas no persiguen otro propósito más allá que gustarte. Cuando esa idea trasciende de la carrocería y llega al interior, es cuando hablamos de lujo. Y de eso entiende bastante el Range Rover Evoque que probamos.
Un SUV muy fashionista
Estoy seguro que en Land Rover tenían en claro que el Evoque sería un SUV a la moda, incluso antes, quizá, de pensar en motores, tecnologías o capacidades. Puedo imaginar perfectamente a los directivos pidiendo a su equipo que crearan a la (aquí pones a tu actriz británica favorita, yo voy con Emma Watson, aunque nació en Francia, pero... entiendes) de los SUV.
El Range Rover Evoque es eso, un capricho de diseño. Pero si te das la oportunidad de conocerlo, notarás que es más que una cara bonita, como lo es cualquier personaje una vez que te tomas el tiempo de ir más allá de su feed de Instagram. El Evoque también entiende de lujo, tecnología y hasta capacidad todoterreno.
No voy a entrar en más detalles de diseño, porque a estas alturas creo que ya lo dejé claro. Y si quedan dudas, ahí están las fotos y 224 premios internacionales para explicar su diseño. Simplemente agregaré que esta segunda generación da continuidad al estilo de su primera entrega, pero ahora bajo la nueva identidad de la marca. Lo notaremos en el dibujo de los LED, el tamaño de los rines y hasta en manijas que se ocultan en las puertas.
Dicho esto, me paso al interior, que no está menos cuidado que lo visto hasta ahora. Su estilo es minimalista y elegante, con acabados a la altura de un vehículo premium, donde la apariencia es tan importante como la ejecución del ensamblaje; ninguna pieza debe verse, sonar o sentirse ordinaria. Y el Evoque lo cumple.
De su tapicería, si acaso, cuidaría los tonos claros. Se ven muy bien, pero es muy fácil ensuciarlos. La buena noticia es que Land Rover permite configurarlo en distintos colores, algunos de ellos oscuros. Si te aferras a una combinación como la de nuestra unidad de pruebas, ten siempre a la mano un paño limpio.
Gran parte del mérito de su cabina corre a cargo de la sensación hi-tech. El sistema que en Land Rover bautizaron como Touch Pro Duo lleva dos pantallas de 10", una para controlar el sistema multimedia —compatible con Android Auto y Apple CarPlay— y otra para ajustar algunas funciones del auto, que van desde climatización y temperatura de asientos, hasta un selector de modos de manejo con gráficos que hace no mucho sólo podíamos ver en prototipos de auto show.
El Evoque es una oda a la estética, escrita con tinta de tecnología. Además del par de pantallas y de un cuadro de instrumentos digital, esta versión incluye de serie conexión WiFi a través de una red 4G, navegación con información de tráfico en tiempo real, un espejo retrovisor interior que en realidad proyecta la imagen de una cámara, alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia, asistente de estacionamiento automatizado, cargador inalámbrico para teléfonos, cámara de visión de 360º y si no me pones un alto, me sigo.
Ágil, cómodo y capaz, pero sin sabor deportivo
Un auto premium no sólo es premium por su diseño, sus acabados o su equipamiento; el manejo tiene mucho que ver. De hecho, sin una buena experiencia al volante, lo demás se viene abajo. Jaguar y Land Rover han trabajado para perfeccionar las plataformas de sus autos y la tecnología de propulsión.
En el caso concreto del Evoque estamos ante una experiencia muy peculiar, que comienza desde preparar la posición de manejo. Es elevada y cómoda, como en cualquier SUV, pero el ajuste de altura del volante es algo limitado; algunos sentirán que es demasiado bajo. Además, el diámetro del volante es amplio. Te acostumbras, pero no deja de resultar curioso.
Una vez que el asiento y el volante están en su sitio, oprimes el botón de encendido. El Evoque hace notar su espíritu polifacético. En su modo de manejo más civilizado tendrás un SUV cómodo, con una suspensión un poco más saltona de lo que me hubiera gustado, sin llegar a rebotar por todos lados. En modo Sport, en el que le das rienda suelta al motor, la suspensión se torna más rígida y la dirección más firme, el Evoque se nota preparado para ir rápido... pero no es un deportivo.
Me explico. Que la electrónica se adapte lo más posible a acelerar rápido no vuelve al Evoque un vehículo de sabor deportivo. Es rápido, y su capacidad de llegar a 100 km/h en 6.6 segundos lo confirma, pero su dirección no aporta el tacto preciso de un vehículo deportivo ni su suspensión logra eliminar el cabeceo típico de un SUV. Es eficaz, es cómodo y estable, pero no tan emocionante como un deportivo. En el polo opuesto, al hablar de comodidad, sobresale su calidad de marcha.
A nuestro garaje llegó un Evoque P300 con motor turbo de 2.0 litros y un sistema microhíbrido —a.k.a. mild-hybrid— de 300 hp y 295 lb-pie, que envía su poder a las cuatro ruedas mediante una transmisión automática de nueve velocidades. Sobre el papel suena bien, pero hay algo que me llamó la atención: el retraso en la entrada del turbo.
En teoría, el generador del sistema microhíbrido debería apoyar en arranques y mitigar el turbolag, pero hay ocasiones en que llega a sentirse más de lo esperado. No que asuste, pero sí que se note. Una vez que la aguja del tacómetro encuentra su lugar favorito, ya pasadas las 2,000 revoluciones, la historia cambia y el poder se siente.
La tecnología microhíbrida (MHEV) no sólo busca mejorar arranques, también elevar el rendimiento de combustible, aunque sea de manera sutil. Durante nuestro periodo de prueba en ciudad, promediamos 7.6 km/l a bordo del Evoque, que suenan lógicos considerando prestaciones y peso, y hacen notar que el sistema mild-hybrid es un grado muy ligero de electrificación.
El lado B del Range Rover Evoque es ese que quizá nadie sospecha que tiene o que sus clientes quizá nunca explorarán: es un todoterreno. Se verá tan fashionista que hasta esconde las manijas, y puede que cueste trabajo imaginarlo fuera de las mejores zonas de la ciudad, pero es capaz de moverse tranquilamente entre lodo, piedras y nieve. No deja de ser un Land Rover.
El Range Rover Evoque P300 tiene ángulo de ataque de 22.2º, 30.6º de salida y ventral de 20.7º, además de 21.2 mm de altura respecto al piso y un sistema Terrain Response que se adapta automáticamente a las necesidades del camino, y es capaz de detectar cuando una rueda no tiene tracción, para enviar el poder a aquella que pueda sacarnos del atasco. Opcionalmente ofrece el sistema Terrain Clearsight, que proyecta una cámara en la pantalla como si todo frente al volante, excepto las ruedas, fuesen transparentes.
Lo bueno cuesta, y el Range Rover Evoque se da a desear
Fashionista, rápido, bien terminado y supertecnológico. El Evoque es un coche capricho por excelencia. Y como todos los caprichos, hay un precio a pagar, que no es bajo cuando hablamos de este modelo. Su gama inicia en 744,900 pesos, pero es fácil elevarlo si se te ocurre entrar al configurador. El tope de gama que probamos inicia en 1,259,900 pesos antes de cualquier opcional.
El Range Rover Evoque es un capricho que compensa con un diseño que da gusto verlo y con el sabor a un modelo exótico —no de un one-off, pero te reto a encontrar otro Evoque cuando salgas a la calle. Pero no es barato. Por ese mismo precio, el Evoque juega por encima de sus competidores naturales: Mercedes-Benz GLA, BMW X2 y Audi Q3; se acerca, más bien, al terreno de BMW X3, Volvo XC60 —o incluso XC90— y Audi Q5. Es el costo de conducir un auto excéntrico. El costo de dejarse seducir.
8.9
A favor
- El diseño es vanguardista.
- Buenos acabados interiores, sensación hi-tech.
- Alto nivel de equipamiento.
En contra
- Su gama de precios es alta.
- Aún se siente algo de retraso en la entrada del turbo.
Range Rover Evoque P300 First Edition
$1,249,900
- Motor: 4 cilindros turbo de 2.0 litros (MHEV)
- Potencia máxima: 300 hp @ 5,500 rpm
- Par máximo: 295 lb-pie @ 1,500 rpm
- Transmisión: Automática de 9 vels.
- Tracción: Integral
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,850 kg
- Velocidad máxima': 242 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 6.6 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente multibrazo
- Longitud: 4,371 mm
- Cajuela: 472 litros
- Consumo en ciudad: 7.6 km/l
- Consumo en carretera': 14.2 km/l
- Consumo combinado': 12.1 km/l
- Capacidad del tanque: 67 litros
- Fabricado en: Inglaterra
' Cifras anunciadas por el fabricante