Manejamos los nuevos plug-in hybrids de Volvo, más autonomía eléctrica para marcar inicio de otra era

Volvo lo ve claro: a partir de 2030 sólo venderá autos eléctricos, sin importar el mercado del que hablemos. Los 8 años que quedan para llegar hasta ahí serán para convencernos de que ya es posible vivir sin motores de combustión interna, y sus híbridos enchufables se renuevan con esa misión, como un paso de transición hacia una movilidad puramente eléctrica.

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La actualización de los plug-in hybrid de Volvo no es visible a simple vista. Sus S60, XC60 y XC90 lucen exactamente como los recuerdas, porque su renovación en realidad está en sus entrañas, en una batería con más celdas y componentes de mayor eficiencia para casi duplicar la autonomía eléctrica, sin cambiar de tamaño ni añadir peso en exceso.

La capacidad de la batería pasa de 11.6 a 18.8 kWh, con lo que no sólo se puede lograr un mayor rango eléctrico, sino también abre la puerta a un motor eléctrico más poderoso. El propulsor de los S60, XC60 y XC90 gana 65% de potencia, para alcanzar un total de 145 hp y 227 lb-pie, con posibilidad de circular a una velocidad de hasta 140 km/h sin necesidad del motor de combustión.

El motor turbo de 2.0 litros también recibió algunos cambios. Reemplaza su supercargador por un nuevo generador de arranque integrado, y aunque es cierto que pierde 3 hp respecto al modelo anterior —ahora queda en 317 hp—, en el balance final los números son significativamente mejores. La potencia total del sistema es de 462 hp —55 hp más que antes— y 522 lb-pie, pero con un 50% menos de emisiones de dióxido de carbono.

Modelo

S60

XC60

XC90

Autonomía EV

90 km (+84%)

81 km (+80%)

77 km (+75%)

Un sistema PHEV tan eficiente como poderoso

Basta de números, hablemos de sensaciones. Viajamos hacia la icónica Ruta 40 de La Patagonia, en Argentina, para conocer la nueva gama de plug-in hybrids de Volvo, en una carretera montañosa que nos llevaría a escenarios bajo cero, con paisajes espectaculares y la posibilidad de catar el desempeño de su nueva motorización.

Comenzamos la prueba con un Volvo XC90 T8, que se conduce tal y como lo recordábamos, pero ahora más potente. Conserva la marcha sedosa y altamente confortable, con gran aplomo en curvas y una dirección correctamente puesta a punto. La respuesta instantánea del motor eléctrico se hace notar en arranques y recuperaciones. La potencia total del sistema lo vuelve un SUV bastante equilibrado para viajar hasta con siete pasajeros.

La gran sorpresa fue conducir el Volvo XC60 con este mismo sistema PHEV. Al ser más pequeño, los 462 hp y 522 lb-pie le sientan mucho mejor. Su aceleración es contundente e inesperadamente divertida, sobre todo al saber que no se trata de una variante deportiva, sino de una "opción ecológica" dentro de la gama. Es un SUV rápido, preciso y cómodo, que con algunos ajustes bien podría transformarse en un digno rival de algún AMG de Mercedes o de un M de BMW.

Volvo, sin embargo, no quiere seguir el camino de la velocidad. Al menos no de forma directa, porque para eso Polestar siguió su propio rumbo. Volvo quiere seguir la vía de la sustentabilidad, sin que eso implique renunciar a los valores de desempeño, seguridad y lujo que le han acompañado toda la vida.

La firma sueca no sólo nos habla de reducción de emisiones directamente desde el tubo de escape, sino también desde los distintos procesos que implica tener un vehículo. Volvo cada vez opta por más y más materiales reciclados y reciclables al momento de fabricar sus autos, al grado que ya ha dejado atrás el cuero, en favor de materiales de origen vegetal y que cumplen con el tacto y aroma propio de la piel genuina.

Volvo se fijó el reto de que el 50% de las ventas de sus autos en 2025 correspondan a modelos completamente eléctricos —sí, eso es en 3 años— y que para 2030 todas lo sean. En 2040, la meta es lograr el certificado de empresa neutral en carbono, lo cual no sólo se logrará modificando sus propios procesos de manufactura; es necesario que sus proveedores también sean sustentables. Debe ser un esfuerzo de la cadena completa.

Los Volvo XC60, XC90 y S60 ya están disponibles en México. El sedán tiene un precio de 1,159,900 pesos, mientras los SUV van de 1,379,900 a 1,659,900 pesos, todos ellos con equipamiento tope de gama, que incluye la suite completa de asistencias de conducción, espectaculares sistemas de sonido e infotenimiento conectado a internet.

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