Tener un auto no se resume a manejarlo, a echarle gasolina una vez por semana o a checar el aire de las llantas de vez en cuando, no. Tener un auto va mucho más allá.
Aunque de este tema ya hemos hablado en múltiples ocasiones, nunca estpa de más recordar algunas máximas de seguridad que siempre debes recordar.
Siempre limpio
Mantenlo limpio todo el tiempo. Guarda especial cuidado con la limpieza interior del parabrisas. El polvillo interior apenas es perceptible, pero cansa la vista innecesariamente. De noche con luces de frente y cuando se pone el sol, un cristal limpio por dentro es tan importante como llevarlo limpio de mosquitos por fuera. Agua y trapo o bien un líquido limpiavidrios. No hace falta más.
Cuidado con el sol
Llevar buenas gafas de sol en el interior del coche. “Al volante la vista es la vida” decía un anuncio de cuando las fotos eran en blanco y negro. Las puestas de sol y los amaneceres sin una debida protección son agotadores.
La mejor hora para manejar
Si te es posible, trata de viajar por la mañana hacia poniente y por la tarde hacia oriente. El sol ilumina a veces demasiado.
No deslumbres a los demás
Aunque ya hablamos de este tema hace algunas semanas es conveniente recordar que al circular con el sol en la espalda, da buen resultado encender las luces aunque nosotros veamos muy bien. Los que vienen cegados por el sol nos verán con menos esfuerzo (algunos de ellos no leen Motorpasión México y seguramente no llevan gafas oscuras a bordo).
Aprovecha esa parada nocturna
Al parar por la noche a cargar gasolina, durante un viaje, es prudente limpiar también los faros principales y los de penetración, además del parabrisas y el cristal posterior.
Iluminación a bordo
Una linterna pequeña en el coche puede ser muy útil. La vista también es importante en las distancias cortas. No exageramos cuando te decimos que una linterna puede ser la diferencia entre terminar bien o terminar mal un viaje por carretera.
No te olvides del aceite
Los fabricantes espacian cada vez más la distancia entre revisiones. Pero el consumo de aceite de los motores no se reduce en sintonía. Checar periódicamente el nivel de aceite puede evitar sustos mayúsculos.
Tampoco te olvdides las llantas
Este tema ya lo hemos tratado hasta la saciedad, pero nunca está de más recordarlo. La presión de las llantas debe checarse en frío. Para ello lo ideal es tener un medidor (junto a la linterna).
Un buen plazo para revisar la presión es cada quincena. Con una moneda también se puede verificar la profundidad del dibujo del neumático. Y en este aspecto, cuando el dibujo está muy gastado será mejor cambiar la llanta. Un charco mal situado con una llanta muy lisa nos puede dar el susto de la vida.
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