Sí, ya sabemos que cambiar un neumático desinflado es un “juego de niños”, pero ¿lo es para todos? Aunque ustedes no lo crean, en este redondo mundo azul hay millones de automovilistas que nunca han cambiado una llanta ponchada y nunca lo harán.
¿Por qué? Hay decenas de respuestas a esa interrogante: temor, desconocimiento o tal vez porque son automovilistas muy pulcros que simplemente no desean mancharse la camisa o la blusa con una llanta mugrosa.
¡Ah, caray! Entonces ¿qué hacen cuando se poncha una llanta? Regularmente llaman a cualquier servicio de emergencia o bien esperan a que un alma caritativa se detenga y los auxilie.
Como sea, cambiar una llanta es como andar en bicicleta, una vez que cambias la primera, ya nunca se te olvida. No obstante, aunque te consideres un experto en tema, hay algunos puntos que no debes pasar por alto.
Vayamos por partes. ¿Cómo saber si una llanta está baja?
Cuando una de las llantas de tu auto está baja, nunca falla un buen samaritano al volante que te lo hace saber con señas o con gritos. Si eso no sucede, hay ciertas señales que debes tomar en cuenta:
• El coche comienza a sentirse raro, como si de repente le entraran ganas de bailar.
• La dirección se va hacia un lado determinado, regularmente hacia el lado donde la llanta está baja.
• Se escucha un ruido raro al rodar.
• Si la llanta que se bajó es delantera, sentirás muy pesada la dirección.
Es muy importante que consideres que aunque los neumáticos de hoy en día cuentan con una construcción muy sólida, no es recomendable rodarlos estando bajos, porque puedes dañarlos irremediablemente.
Ok, la llanta ya se ponchó ¿y ahora?
1.- Siempre que vayas a realizar el cambio de llanta, procura que el vehículo esté en un lugar plano, estable y seguro. Requieres una superficie sólida y nivelada que evite que el auto se mueva.
2.- Si la llanta se desinfló en una calle o carretera, enciende de inmediato las intermitentes, “oríllate a la orilla”, permite que los demás autos circulen en lo que encuentras un lugar óptimo para cambiar el neumático.
3.- Asegura el vehículo con el freno de estacionamiento, evitando que éste se mueva, no apagues las intermitentes.
4.- Coloca los triángulos de seguridad a la distancia recomendada, esto es, a unos cinco o seis metros de distancia del auto. Con ellos evitarás que tu hermanito o tu abuelita se ponga a hacer señas con un trapo para alertar a los automovilistas. Eso es muy peligroso.
5.- Ya que tocamos el tema, es necesario que toda la familia se baje del auto y se resguarde en una zona segura, lejos de la calle o cinta asfáltica.
6.- Siempre es recomendable calzar el auto. Coloca una piedra grande bajo la llanta delantera si la que vas a cambiar es trasera y viceversa.
7.- Recuerda que los birlos de los rines se aflojan cuando el auto aún está en el suelo.
8.- Una vez que quites los birlos, guárdalos en la bolsa de tu chamarra o en la guantera. No los dejes por ahí, porque tienen la mala costumbre de rodar e incluso puedes patearlos sin darte cuenta.
9.- Si eres un conductor (a) con buena condición física, no te será difícil colocar el neumático de repuesto, sin embargo, si se te complica un poco, aquí te va un tip: saca un tapete del auto, siéntate sobre él, flexiona las piernas y ayúdate con ellas para dirigir la llanta hasta colocarla sobre los birlos de la masa.
10.- No está de más que siempre lleves en la cajuela un líquido afloja-todo. Recuerda que los birlos se aprietan demasiado cuando no han sido removidos durante un buen tiempo.
11.- Aprieta los birlos, pero no lo hagas con demasiada fuerza, porque corres el peligro de barrerlos y dejarlos inservibles.
12.- Ya lograste cambiar la llanta, pero ¿qué crees? Tendrás que llevar el auto a alinear y balancear, para que el neumático no se gaste de forma dispareja.
Cambiar una llanta no es nada del otro mundo. Si estos tips aún no te convencen, el próximo sábado que tengas libre, trata de hacerlo en casa, sin prisas. Te será de gran ayuda en caso de emergencia.
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