Las configuraciones normales de motores para autos de combustión son de un número par de cilindros: 4, 6, 8, 10 o 12. Sin embargo hay un par de configuraciones de cilindros que utilizan un número non, la que más tiempo lleva es la de cinco cilindros utilizada mucho por Audi y adoptada por otras marcas del grupo como Volkswagen.
Los motores de cinco cilindros se crearon en una búsqueda por obtener lo mejor de dos mundos: la potencia de un motor de seis cilindros, pero con el consumo de un motor de cuatro cilindros. Henry Ford pensó en fabricar uno en la década de los 30 pero al final nunca se hizo. Lancia creó el primer motor cinco cilindros diesel a finales de los 30 para un camión y Mercedes-Benz lo puso por primera vez en un auto de pasajeros en 1974, pero todos eran diesel.
Si los motores de tres cilindros son para ahorrar, ¿tienen sentido en un deportivo?
Los motores de tres cilindros han cobrado mucho auge en los últimos años al ser utilizados dentro de los autos citadinos, especialmente los famosos K-Car en Japón. Generalmente este tipo de motores no sobrepasa el los 1,000 cc de capacidad (1.0 litros) y ofrece un consumo de combustible muy bueno con la potencia suficiente para mover a un auto pequeño por una ciudad sin mayores problemas.
El principio es el mismo que encontramos en los motores de cinco cilindros pero en una escala más pequeña: menos potencia, menos consumo y autos más pequeños. Sin embargo, las tendencias de la industria últimamente están cambiando y los compradores exigen más dinamismo de sus autos, aunque no sean deportivos, manteniendo los valores de consumo.
Tratando de no clavarnos mucho, la teoría es ésta: entre menos cilindros, menos desplazamiento; y entre menos desplazamiento, menos torque. Esto quiere decir que los motores de tres cilindros tienen menos torque que los de cuatro y deben encontrar la manera para sobrepasar ese obstáculo.
Para lograr esto en un motor tan pequeño la solución más lógica es la de sobrealimentarlo. Con esto se logran valores de potencia mucho más altos de lo normal sin sacrificar mucho el consumo de combustible… en teoría. El problema es que para sobrealimentar un motor hay que modificar la compresión, esto quiere decir que en lo que los turbos comienzan a soplar a la presión necesaria, el motor debe impulsar al auto por sí solo, y en este caso le costará más trabajo, por la diferencia en la compresión que se traduce en todavía menos torque sin la ayuda del turbo.
Esto provoca que necesitemos los turbos prácticamente todo el tiempo, sin importar si queremos ir rápido o no, sobre todo en una ciudad con la altitud de la CDMX. Los fabricantes no desarrollan sus autos pensando en la Ciudad de México, pero es importante mencionarlo. El tener que mantener el turbo soplando todo el tiempo se ve reflejado en el consumo de combustible, que muchas veces es el mismo o puede llegar a ser mayor que el de un cuatro cilindros sin sobrealimentación.
Sin embargo, hay marcas como MINI o Ford que ven ciertas ventajas en este tipo de motores, tanto así que para la nueva generación del Fiesta ST se deshicieron del cuatro cilindros turbo de 1.6 litros y lo sustituyeron por un nuevo tres cilindros turbo de 1.5 litros, que en teoría logra los mismos 197 caballos de fuerza, pero con 10 lb-pie de torque más, llegando hasta 214 lb-pie.
Esto puede ser bueno y malo. Lo bueno es que en teoría deberá consumir menos combustible logrando la misma potencia. Incluso en el caso específico del Fiesta ST podrá desconectar uno de los cilindros cuando esté en el tránsito para ahorrar todavía más. Lo malo es que para que un motor más pequeño logre la misma potencia hay que forzarlo más, acortando su vida útil. Es un poco como esos dos litros turbo de 400 caballos de fuerza que hay que llevar a servicio cada 5 mil kilómetros. No es el caso de este nuevo 1.5 litros de tres cilindros, pero la idea general es ésa.
Otra “desventaja” que podría tener es que los motores de tres cilindros normalmente está reservados a autos pequeños y económicos, pero la adición de tecnología para llevarlo a los mismos niveles que un cuatro cilindros podría ser contraproducente en cuanto al precio. La tecnología cuesta.
Al final habrá que manejar el nuevo Fiesta ST para saber si existe alguna diferencia notable en la manera en la que entrega la potencia, y si este nuevo motor de tres cilindros es una ventaja obvia sobre el viejo cuatro cilindros como Ford dice. Si es el caso, la teoría de que los motores de tres cilindros están muriendo podría estar muy equivocada, lo que nos dibuja un futuro con más autos como el BMW i8 que tiene un motor de tres cilindros turbo junto a un motor eléctrico y nos da el desempeño de un deportivo de altas prestaciones como un Porsche 911, sólo que gastando mucha menos gasolina.
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