General Motors anunció que la última unidad producida del Chevrolet Corvette de séptima generación será subastada y la recaudación beneficiará a la Fundación Stephen Siller Tunnel to Towers, en Estados Unidos.
El anuncio de esta subasta fue realizada por Mary Barra, CEO de General Motors, a quien se honró en la gala anual “Paso a paso para el futuro”, ofrecida por la fundación en Nueva York, donde aprovechó para confirmar la presentación del nuevo Corvette C8.
Barra declaró “GM, GMC y Chevrolet apoyan a la fundación Stephen Siller Tunel to Towers por su compromiso con los militares heridos y caídos, con el personal de primera respuesta y con sus familias, es por eso que la venta de este icónico Corvette ayudará a la fundación a continuar con su buen trabajo y a nosotros nos abrirá camino para la siguiente generación del Chevrolet Corvette, que será presentada el próximo 18 de julio”.
Stephen Siller Tunel to Towers es una fundación que construye casas inteligentes accesibles y sin hipotecas para los militares lesionados gravemente en acción, además de ayudar a pagar hipotecas a las familias del personal de primera respuesta que han muerto en el cumplimiento de su deber”.
La última unidad producida del Corvette de séptima generación será un ejemplar Z06 2019 pintado en color negro y enviada a Northeast, Connecticut, para subastarse el próximo 28 de junio. Todas las ganancias que se obtengan serán donadas a la fundación, que lleva el nombre de Stephen Siller, un bombero que murió en los ataques del 11 de septiembre en Nueva York.
Por su parte Frank Siller, Presidente y Director Ejecutivo de la fundación declaró “Agradecemos a GM, GMC y Chevrolet por apoyar a los valientes hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas, así como nuestro personal de primera respuesta”.
Durante los últimos 5 años GM y sus marcas subsidiarias han apoyado a esta fundación con la recaudación de más de 10 millones de dólares, donde se incluyen los 925 mil dólares que obtuvo la empresa con la subaste del primer Corvette ZR1 2019 construido, que fue adquirido por Rick Hendrick, dueño de un equipo NASCAR.
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