Si el mundo de los autos es todo un universo, el diseño en sí mismo es una galaxia entera. Muchos fanáticos del sector automotor aspiran a convertirse en diseñadores, pero el camino a seguir no siempre es claro. Platicamos de eso y más con José Casas, diseñador senior de exteriores BMW, que salió desde México a trabajar en el cuartel general de la marca en Múnich.
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José es una de las tantas personas responsables de que los BMW se vean como se ven. Ha participado en proyectos de todo tipo, desde modelos de preproducción y prototipos, hasta vehículos que próximamente llegarán a las calles. Él, por ejemplo, diseñó el paquete deportivo del BMW iX y estuvo muy involucrado en la creación de su prototipo, el iNEXT Concept.
El diseño industrial como punto de partida
A José Casas siempre le ha gustado dibujar, y no tardó en darse cuenta de que era bueno para eso. Entró a clases de dibujo y caricatura —de Dragon Ball, según nos cuenta— antes de apuntarse a la carrera de Diseño Industrial en el Tecnológico de Monterrey CCM, donde comenzaría su sueño de convertirse en diseñador de autos.
"Tuve la oportunidad de conocer ahí a un maestro que, imagínate, fue de los primeros diseñadores del Mustang a mediados de los 60. Fue del equipo de diseño de Ford y estaba dando clases en el Tec. Yo era el #1 de su clase, no me le despegaba".
El día que cambió la vida de José fue cuando su maestro le enseñó algunos dibujos de coches que había hecho. En ese momento decidió que eso era a lo que quería dedicarse y no quitó la mirada de ahí. Su profesor le organizó un intercambio de verano al Art Center Collage of Design en Los Ángeles, donde descubrió la carrera de diseño automotriz.
Por un motivo u otro, al terminar la carrera de Diseño Industrial en el Tec de Monterrey, José no estudió en Los Ángeles, pero fue admitido al Collage for Creative Studies en Detroit, Michigan, una escuela especializada en el diseño de transporte. Ahí pasaría 3 años de su vida. Los 3 más difíciles, según nos cuenta, por el esfuerzo que demandaban las clases y la competencia con otros diseñadores de todo tipo de nacionalidades.
"Ahí me aventé 3 años y tuve la oportunidad de sobresalir un poco de los demás, aunque me costó mucho tiempo. ¡Por poco y me regreso a México! Entré en depresión porque le daba al 120% y no podía alcanzar el nivel que tenían ellos, que ya venían mucho más preparados en la cuestión artística del dibujo, de presentación y de todo. Yo iba a aprender eso, pero ellos ya lo habían aprendido; iban ahí nada más a perfeccionar".
José Casas terminó siendo el mejor alumno de su generación. Ganó dos pasantías a Pininfarina, y de hecho fue el primer alumno en 100 años de la escuela al que le daban una pasantía ahí. En esa escuela italiana de diseño trabajó en un proyecto para Ferrari, y quedó en la posición 14 de 300.
Tras un año, en Pininfarina no le resolvían si lo contratarían o no. Esperó un tiempo, pero también mandó su portafolio a BMW Design Works en California, de donde le llamaron justamente una semana antes de terminar su pasantía. Les gustó su flexibilidad de diseño y su visión, y lo invitaron a trabajar con ellos. Ahí comenzó su carrera con la firma alemana.
"Yo pensé que llegando ya iba a diseñar el próximo Serie 5 y que iba a hacer los coches más fregones, y no. Me contrataron para el Centro de Diseño de Producto y Transporte, que significa todo, menos coches. Ahí diseñé componentes de bicicletas, mouses para computadoras, logos, interiores para tractores y aspiradoras. Cada vez que terminaba mi trabajo, me ponía a bocetear coches".
José le enseñaba sus dibujos a su jefe, hasta que le dieron oportunidad de trabajar con los diseñadores de coches en ese centro. Ahí estuvo 2 años, hasta que el equipo de BMW en Múnich lo llamó para decirle que sus últimas propuestas les habían encantado. Lo trasladaron a Alemania.
"...y bueno, de ahí para acá estoy diario aquí de 8 de la mañana a 6 de la tarde, diseñando para esta gran marca que es BMW y haciendo lo que más me gusta. Aquí como diseñador todo es competencia todavía. Todos los proyectos son competencia, y somos 12 o 13 diseñadores de exterior que nos damos con todo para sacar un diseño a la luz".
De una idea al BMW iX: así se diseña un auto
No dejamos pasar la oportunidad de platicar con José Casas acerca del proceso de diseño de un auto desde cero. Nos cuenta que el diseño de un coche implica, inicialmente, una idea que normalmente se plasma en papel. Esa idea es muy importante, porque alrededor de 10,000 personas trabajarán en ese boceto más adelante.
El dibujo inicial se presenta a los encargados del departamento —de diseño exterior, en este caso— y posteriormente se realiza un boceto en 2D. En la computadora se le da color y brillo, se definen más las superficies, se agregan detalles, se le pone fondo y, en general, se trabaja más cómo se vería el coche más real.
El siguiente paso es convertirlo en un boceto 3D, donde se resuelven la proporción y las líneas. Ahí se puede ver el auto desde distintos ángulos y se empieza a ver cómo va evolucionando, para finalmente llevarlo a la siguiente fase, la de modelado de arcilla en tamaño real. Ahí se aprecia si hace falta algún volumen y se tiene una idea más clara de las dimensiones del auto.
Durante todo el proceso, el equipo de ingeniería trabaja con los diseñadores. Según nos dice José "como diseñador a veces tienes ideas muy fantasiosas o emotivas, pero el ingeniero está ahí para decirte «a ver, José, esto no se puede como lo estás dibujando aquí»".
Dependiendo del auto, este proceso puede tomar un par de años antes de la presentación final, en la que se decide el diseño. El proyecto ganador es el que se llevará a producción, aunque a partir de ahí la labor del diseñador se centra sólo en detalles.
El proyecto más reciente en el que ha trabajado José es en el paquete Sport del BMW iX. En sus palabras, es un diseño imponente, que lleva mucho dinamismo; es para un modelo que está redefiniendo el placer de conducir. Es, además, el BMW más inteligente hasta ahora.
El avance de la tecnología le permite a los diseñadores encontrar nuevos caminos, no sólo en cuanto a técnica, sino en la libertad que da la arquitectura de un vehículo eléctrico. El emblema del cofre ahora es la tapa del depósito de agua para limpiaparabrisas, y la parrilla —que ya no funciona para ventilar— es un clúster tecnológico donde se esconden los sensores y radares que el BMW iX necesita.
La división BMW i ha sido pionera en muchos aspectos, incluido el diseño. Lo vimos con el i3 y con el i8, y lo comprobamos una vez más con el iX. José Casas nos explica que normalmente se busca que el frente de auto se vea lo más ancho posible, pero en el iX se apostó por incrementar el look vertical, apoyándose en los riñones. "Fue un proyecto muy divertido, que implicó muchísimo pensamiento".