Estarás de acuerdo con nosotros en que Ferrari es famosa por muchas razones, pero no por las motocicletas, porque sencillamente no las fabrica, sin embargo, y aunque suene un tanto contradictorio, en realidad sí hay un Ferrari de dos ruedas, y tiene vida gracias a la enorme pasión, astucia e imaginación del danés Birger Hansen.
Birger Hansen y su amigo Michael Anderson salieron de su zona de confort y se propusieron hacer algo que nunca antes había hecho nadie. La idea era muy sencilla, hacer una motocicleta impulsada por un motor Ferrari. Anderson se encargó de encontrar un V8 de un Ferrari F355 y Hansen construyó una moto alrededor del propulsor italiano.
Hansen no tenía nada, ni siquiera bocetos, sino una imagen en su cabeza de cómo sería esta motocicleta. Para dar vida a este proyecto fue necesario fabricar más de 100 piezas a medida. Al final, y luego de trabajar a conciencia durante más de ocho años, más dos años para poder cumplir con las respectivas homologaciones para que la motocicleta fuera legal en las calles, el proyecto de la F 355 concluyó.
Las prestaciones de este motor V8 a 90 grados de 3.5 litros, con inyección electrónica de combustible y cinco válvulas por cilindro son impresionantes, sobre todo si está montado sobre una motocicleta: genera 380 caballos de fuerza y 267 libras-pie de torque a la rueda trasera.
“Muchos nos dijeron que era un proyecto imposible. Así que cuando lo acabamos pensé: ¡mira, aquí está! Uno de mis amigos envió fotos de la moto a Ferrari en Italia y la contestación fue: ‘gracias por las fotos’ ¡Fantástico!’. Es un placer rodar con algo que he construido yo. Es la única moto Ferrari del mundo y no está a la venta. Para mí es una obra de arte. Hay gente que pinta y yo construí una moto”, comentó Hansen.