Cuando escuchamos el nombre Brabham, es imposible que a nuestra mente no lleguen aquellos autos brillantes de la década de los sesenta, setenta y ochenta que brillaron con luz propia en las filas de la Fórmula 1 durante 30 años, sin embargo, tras aquellas glorias y un largo sueño, ahora la marca regresa con un nuevo súper deportivo para las calles con ADN de competición, el Brabham BT62, que llegará este mismo año a sus afortunados clientes.
Jack Brabham fue un afamado piloto de Fórmula 1 que se levantó con el título en 1959, 1960 y 1966, además de ser el cofundador del equipo Brabham Racing junto a Ron Tauranac, conquistando el título de constructores en los años 1966 y 1967, además del subcampeonato en 1969, 1975, 1981 y 1982, para después desaparecer de la categoría en 1992.
Tras un largo letargo de más de 25 años, el hijo de Jack, David Brabham decidió que era momento de revivir las glorias de la marca de su padre y para ello reabrió las puertas de su fábrica en Austria y se dispuso a construir un modelo completamente nuevo al que llamó BT62, mismo que conocimos por primera vez en 2018 y que ahora se ha convertido en toda una realidad.
El vehículo está construido sobre un chasis tubular de aleación ligera que incorpora varios materiales, entre ellos fibra de carbono y aluminio, que ayudan a reducir considerablemente el peso del modelo, al igual que se utiliza Kevlar para aumentar la rigidez, sobre todo en las zonas de la suspensión, donde es necesaria una alta resistencia a la presión.
La carrocería estilizada de este modelo luce sumamente moderna y está equipada con tomas de aire por doquier, zonas de aerodinámica mejorada que ayudan a direccionar el aire y un enorme alerón trasero que se erige casi a la misma altura del techo para entregar un máximo de carga aerodinámica de hasta 1,200 kilogramos, mejorando así su desempeño en las curvas.
Los toques finales en el exterior corren a cargo de luces LED con tecnología DRL, los rines de 18 pulgadas montados sobre neumáticos Michelin, y, por supuesto la clásica combinación de colores en verde y dorado que podíamos ver en los autos de Fórmula 1 de Brabham, aunque claro la pintura es opcional y el comprador puede personalizarla a su gusto.
En el interior, el lujo queda relegado por la funcionalidad, y es que este auto no se ha construido para ser un exclusivo y lujoso súper deportivo, sino para ser un vehículo de competición legal para conducirse en las calles, por lo que en el habitáculo únicamente encontraremos los pedales ajustables, asientos de fibra de carbono con arnés de seis puntos, volante inspirado en los modelos de Fórmula 1 y una buena dosis de botones para activar o desactivar los sistemas del vehículo.
Mientras tanto, impulsando este bólido encontramos un motor V8 atmosférico de 5.4 litros que entrega 700 caballos de fuerza y 492 lb-pie de torque que van directamente a las ruedas traseras mediante una transmisión secuencial de seis velocidades. Si esta cifra de potencia no te impresiona, quizá lo haga cuando sepas que el modelo pesa apenas 970 kilogramos, por lo que tiene una relación de peso potencia casi perfecta.
Esencialmente todo está pensado para que este auto destaque en las pistas. Su producción estará limitada a 70 unidades para todo el mundo. Actualmente existe únicamente uno de ellos que se utiliza como modelo de pruebas para los que se construirán específicamente para los campeonatos de resistencia en 2022, pero antes de que termine el año se entregarán las primeras unidades del modelo a sus dueños.
En cuanto al precio no hay datos concretos, pero se estima que los poseedores de este bólido tendrán que desembolsar cerca de un millón de euros para hacerse con la versión exclusiva para pista de este modelo más otros 167,000 euros si adquirieron el kit para hacerlo un auto legal para las calles.
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