De niños, muchos usábamos el truco de poner una botella entre la llanta de la bicicleta y su salpicadera para hacerla sonar como una moto. Ahora, este truco parece ser aprovechado por los criminales como una estrategia para bajar la guardia de los conductores automotrices y robarse los vehículos.
Usuarios de redes sociales han comenzado a alertar sobre la estratagema. Mientras el auto está estacionado en algún sitio, algún ladrón puede atorar una botella de plástico entre alguna de las llantas y el paso de rueda, y generalmente queda oculta. Después, cuando el conductor comienza a circular, notará el ruido extraño en su coche, por lo que es probable que se detenga en medio del camino para inspeccionar. En este momento, y con las llaves puestas, el delincuente se sube al auto y se lo lleva con relativa facilidad.
Este truco requiere de una acción coordinada que es más compleja de lo que aparenta. De entrada, probablemente el blanco de ataque sean personas que de forma rutinaria se estacionan en el mismo lugar, y que acostumbren seguir la misma ruta. Así, los delincuentes habrán tenido tiempo de considerarlo un objetivo. Tras arrancar, probablemente alguien más estará siguiendo al conductor, atento al momento en el que se detenga a revisar qué está causando el ruido.
Pese a todo, la recomendación es revisar el auto antes de salir si se tiene que dejar estacionado en la calle. Pero como esto puede pasarse por alto en la vida ajetreada de la ciudad, la sugerencia principal es nunca dejar abandonado el coche con las llaves puestas. Si escuchas un ruido extraño al arrancar, lo mejor es detener el auto en un lugar seguro y asegurarse de los alrededores antes de bajar del coche a inspeccionar.
Esta estrategia nos recuerda a otro truco del que hablamos hace poco, donde los criminales mueven los espejos retrovisores de las motocicletas estacionadas. Cuando observan que los espejos siguen desacomodados, les da la indicación de que es una moto que no se mueve mucho o que ha permanecido estacionada sin monitoreo por bastantes horas o días, facilitando su robo.