Un equipo de investigadores ha concluido que alrededor de la mitad de los estadounidenses vivos en 2015 probablemente estuvieron expuestos a niveles dañinos de plomo durante su infancia. El resultado: 151 millones de casos de trastornos psiquiátricos como ansiedad y depresión, y la reducción colectiva del coeficiente intelectual.
Desde la década de 1920 hasta su prohibición en 1996, se añadió plomo a los compuestos de gasolina en Estados Unidos como un agente antidetonante. La exposición al plomo alcanzó su punto máximo en la década de 1960. Y aunque se supo desde el principio que el plomo era dañino, se mantuvo, hasta que en la década de 1970, la comunidad científica confirmó que incluso una exposición mínima al plomo podía ser perjudicial, especialmente para el desarrollo cerebral de los niños.
Sin embargo, todavía tuvieron que pasar más de dos décadas para lograr que se prohibiera el uso de plomo como aditivo en la gasolina para vehículos.
El estudio, publicado este mes en una revista científica de psicología infantil, combinó análisis de niveles de plomo en la sangre en las personas con datos históricos de los años en que estuvo disponible la gasolina con plomo.
“Las diferencias de personalidad y salud mental asociadas al plomo fueron más pronunciadas en las cohortes nacidas entre 1966 y 1986 (Generación X)”, se lee en los resultados del estudio.
Probablemente, la conclusión más dramática de la investigación es que la gasolina con plomo pudo ser responsable de la disminución colectiva del coeficiente intelectual (IQ) de los estadounidenses en 824 millones de puntos. El plomo también ha sido vinculado previamente con las tendencias de criminalidad en Estados Unidos. A medida que se eliminó el plomo de la gasolina y las líneas de exposición descendieron, el índice de criminalidad general del país también disminuyó.
Gasolina con plomo en México
México también tuvo un largo historial con la gasolina con plomo antes de migrar a opciones sin este metal pesado. Las gasolinas Nova y Extra, disponibles en los años setenta, tenían tetraetilo de plomo para subir el octanaje. Hasta los años 90, con la publicación de estudios que detectaron niveles de plomo en la lluvia de la Ciudad de México, Pemex introdujo la gasolina Magna sin plomo. Pero el combustible Nova todavía se vendió hasta 1997.
Con los consabidos daños ambientales y a la salud, el plomo se eliminó finalmente de los combustibles nacionales, así como se hizo en Estados Unidos y todos los países que utilizaron. Pero a diferencia del estudio recién publicado en este país, todavía no tenemos datos sobre cómo impactó en la salud mental de los mexicanos.