El 'Come Serie 4', el 'Anti C Coupé'... ¿Exagerado? Eso pensábamos, pero después de leer las especificaciones del nuevo Infiniti Q60, entendimos las razones. La firma japonesa ha mostrado hasta dónde puede llegar cuando se plantea crear un coupé deportivo serio. Infiniti, en el segmento premium, quiere ver a la cara a las marcas alemanas.
El Infiniti Q60 es exactamente lo que cualquiera pediría de un coupé de esta talla, empezando por su diseño. Tan sofisticado como musculoso, el Q60 sigue líneas afiladas que no sólo cumplen su propósito al hacerlo lucir agresivo, sino a la hora de meterlo al túnel de viento. El coeficiente aerodinámico es de 0.28, gracias en parte a una nueva parrilla activa que se abre o se cierra dependiendo de lo que se necesite: buena aerodináimca o enfriar el motor.
Y ya que tocamos la palabra motor, antes que hablar de otra cosa, vale la pena hablar sobre los propulsores del Infiniti Q60. En el campo de la modestia, el coupé japonés es impulsado por un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros que desarrolla 208 caballos de fuerza y 258 lb-pie de torque; en el de la egolatría, el Q60 estrena un motor V6 biturbo de 3.0 litros que, dependiendo de la especificación seleccionada, puede entregar 300 hp y 295 lb-pie o 400 hp y 350 lb-pie.
Sí, Infiniti llevó al Q60 hasta la barrera de los 400 caballos, muy cerca de modelos de altas prestaciones como el BMW M4. ¿Es entonces rival de la familia M, AMG o RS? No. Aunque es verdad que los japoneses prestaron mucha atención a la conducción, el Q60 no goza de ningún apellido que lo distinga como un deportivo de alto rendimiento y además aún va enfocado al confort.
Sobre esta línea, destaca el nivel de insonorización que promete Infiniti, el mejor de su clase. A esto se le suma una amplia lista de amenidades y tecnología, de la que sobresale un sistema de sonido Bose Performance Series con 13 bocinas y las cada vez más comunes asistencias de manejo, como alerta de colisión con frenado automático, control de velocidad crucero adaptativo y más.
El Infiniti Q60 no es un deportivo de alto rendimiento, y aún así promete un gran agilidad
Aquí no encontraremos grandes diferenciales ni frenos carbonocerámicos, únicamente el uso inteligente de la electrónica al servicio de la conducción. Por ejemplo, el Infiniti Q60 incorpora —en versiones V6— la dirección Direct Adaptive Steering que en su primera generación fue criticada fuertemente, pero en la segunda promete un tacto mucho más real, mayor precisión y la posibilidad de adaptarla al gusto del conductor. De hecho, el Q60 cuenta con un selector de modos de conducción (Standard, Snow, Eco, Sport, Sport+ y Customize) que altera el funcionamiento de la dirección, de la amortiguación que a su vez varía para ajustarse automáticamente a las necesidades del camino, del acelerador y de la caja de cambios.
Podemos intuir que el Infiniti Q60 se moverá con facilidad en curvas, en parte debido al sistema de tracción integral que permite un reparto de torque 50:50 o por completo para el eje trasero —los modelos de tracción simple envían el poder a las llantas traseras—, pero en buena medida por el sistema Adaptative Shift Control (ASC) que emplea un sensor de aceleración lateral para detectar cambios topográficos sobre el asfalto, como pendientes o esquinas, y modifica los patrones del funcionamiento de la transmisión.
El Infiniti Q60 comenzará a venderse en Estados Unidos este verano. No hay fecha confirmada para México, pero podemos esperarlo en los concesionarios en el transcurso de este año. Una vez aquí, será momento de que pruebe su suerte ante modelos como el BMW Serie 4, el Mercedes-Benz Clase C Coupé o el Audi A5.