MINI Cooper S, prueba (parte 2)

El derroche de diversión tiene su lado oscuro cuando se vive desde una ciudad con calles tan maltratadas como las nuestras. Con el paso de los años, el MINI Cooper ha ganado fama de incómodo al pasar topes altos, baches y parches. La realidad es que ni es tan incómodo como cuenta la leyenda ni es tan práctico como a la mayoría le gustaría.

El go-kart feeling del que tanto habla la marca se debe a un chasis orientado a la deportividad. Las dinámicas del auto consiguen transmitirle tanto al conductor, que el pisado firme de la suspensión y el tacto de la dirección no ocultan del todo las imperfecciones del pavimento. Al circular por calles que no conocemos, manejamos con el temor de encontremos un bache y no tener la oportunidad de esquivarlo a tiempo.

El mejor escenario para explotar todo el talento del MINI Cooper S son las vías rápidas y las autopistas. Ahí, los componentes mecánicos y el conductor se declaran su amor al descubrir cómo la suspensión, la dirección, la transmisión y el motor actúan en conjunto para conseguir un desempeño casi mágico. El pequeño hatchback se adhiere al pavimento como si las llantas —Runflat— fueran imanes sobre un camino de hierro. Hay que cometer errores gruesos o desconectar el control de estabilidad y tener mala mano para conseguir que el MINI Cooper S pierda la compostura.

Doble cara Triple cara

Alrededor de la palanca de velocidades hay una clase de perilla que permite seleccionar entre tres modos de conducción: ECO, MID y Sport. El primero quita sensibilidad al acelerador en miras de reducir el consumo de combustible, volviendo más sencilla la tarea de mesurar el pie con el acelerador y aumentando su practicidad —y ahorro— en ciudad, donde conseguimos un rendimiento de alrededor de 10.5 km/l. Además, el aro LED que adorna el tablero se pinta de verde.

Al accionar el modo MID, el auto busca un balance entre comodidad y deportividad. Tan pronto el aro se pinte de amarillo, el acelerador se vuelve más sensible y la transmisión es más tolerante para realizar los cambios a un rango alto de revoluciones tan pronto hundamos el pie sobre el pedal derecho.

Girar la perilla al lado derecho significa darle rienda suelta al monstruo que esconde el MINI Cooper S detrás de esa cara de niño bueno. En modo Sport, el acelerador se vuelve aún más sensible, los cambios se realizan a un régimen más alto, la dirección se endurece y reduce el giro para que casi telepáticamente controlemos las reacciones del auto y el aro se pinta de rojo. Es la mejor forma de exprimirle lo máximo a sus 192 caballos de fuerza, provenientes del motor 2.0 turbo controlado a través de una caja automática de 6 velocidades con manetas de cambio al volante. La respuesta es como un buen trago: es fácil volverse adicto; recomendamos hacerlo sólo en fines de semana y con moderación.

Con sus diferentes modos de conducción —ECO, MID y Sport—, el MINI Cooper S muestra tres facetas: El ahorrador, el racional y el bad boy.

Único en su clase

Es un MINI. No importa si te decimos que es el auto más divertido que hemos manejado o si intentamos convencerte de no comprar uno porque padeces problemas en la espalda. Si de verdad lo deseas, lo compras; más allá de adquirir un deportivo, estás adquiriendo todo un ícono del mundo del automóvil.

Hay muchos deportivos hatchback por un precio cercano a los 400 mil pesos. Encontraremos modelos desde el polémico Clio RS (con el que el MINI comparte demasiados rivales) hasta vehículos más grandes, como el propio Golf GTI, pero prácticamente ninguno ofrece el estilo del MINI Cooper S. Su concepto retro, la manera tan divertida de controlar los sistemas de conectividad y el nivel de equipamiento son factores que lo distinguen del resto de los hatchback. ¿Es la compra más sensata? Quizá no... pero ¿Qué deportivo lo es?

¡No me tientes porque caigo!

El MINI Cooper S saca al piloto de carreras que todos llevamos dentro. Una calle vacía es sinónimo de pie derecho a fondo.

8.4

Diseño exterior10
Diseño interior9
Calidad9
Habitabilidad6.5
Cajuela7
Motor10
Seguridad9
Comportamiento9.5
Comodidad7
Precio7

A favor

  • Adictivo como pocos
  • Nivel de equipamiento
  • Interfaz del sistema de infotenimiento
  • Relación desempeño/consumo

En contra

  • Vibraciones del quemacocos
  • No hay más espacio del necesario
  • Los baches duelen
  • No ofrece retrovisor electrocrómico

Ficha técnica

Versión probada S Hot Chili Automático
Cilindrada 1,998 cm³ Tracción Delantera
Bloque motor 4 cilindros turbo Combustible Gasolina
Potencia máxima (hp @ rpm) 192 hp @ 4,700 rpm Capacidad del depósito 44 litros
Par máximo (lb-pie @ rpm) 207 lb-pie @ 1,250 rpm Consumo urbano 10.5 km/l
Peso en vacío 1,175 kg Consumo extraurbano 22.2 km/l*
Velocidad máxima 233 km/h* Consumo mixto 18.5 km/l*
Aceleración 0 a 100 km/h 7.1 segundos Capacidad de la cajuela 211 litros
Transmisión Automática de 6 velocidades con modo manual Precio $460,000

* Cifras oficiales de la marca

En Motorpasión México | MINI Cooper S, prueba (parte 1)
Fotografía | Isabel Muñúzuri | Gerardo García

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