Hay autos que sobreviven a lo largo de varias generaciones, pero de ahí, a convertirse en leyenda, pocos son los modelos que lo logran. Podrán gustarnos o no, pero coincidimos que han sido piedras angulares en la industria automotriz. El Ford Mustang GT es parte de esa historia. Con medio siglo detrás está viviendo uno de sus mejores momentos en desempeño, seguridad, equipamiento y, por supuesto, diseño.
Aunque la esencia se mantiene, muchas cosas han cambiado a lo largo de estas décadas. Se incorporó, por ejemplo, un motor turbo de cuatro cilindros para esta generación, miembro de la afamada familia EcoBoost. También se han desarrollado versiones radicales, pero se mantienen los clásicos motores V8 con tracción trasera, una combinación indispensable en cualquier generación de Mustang.
A nivel diseño estamos ante un clásico coupé de cofre largo y cajuela corta, al puro estilo muscle-car. Las puertas también son grandes, aunque el espacio interior no va en esa proporción. Si bien dos pasajeros van cómodos adelante, los de atrás sufrirán en los asientos que parecen orientados prácticamente a su uso para niños... aunque, a la fecha, no hemos conocido a nadie que se compre un Mustang pensándolo como un vehículo familiar.
Desde donde lo miremos, el diseño nos grita que se trata de un Mustang GT. Las líneas musculosas recorren los laterales y el cofre nos habla de su potencial. Los rines de 19 pulgadas albergan frenos de disco en las cuatro ruedas, los faros delanteros son pequeños para dar espacio a una gran parrilla central, necesaria para proveer de aire al poderoso motor y controlar su temperatura.
Subirse a un Mustang siempre es una experiencia: es ponerse al volante de más de 50 años de historia, saber que tenemos un auto poderoso y que debemos ser cuidadosos. El tablero está claramente inspirado en las primeras generaciones del deportivo. El cuadro de instrumentos es prácticamente uno de los años 60 traído a la actualidad, sin embargo, todo obedece a la tecnología gracias al sistema SYNC3 con pantalla táctil de 8 pulgadas.
El Ford Mustang GT se convierte en un auto con el que podemos convivir más fácilmente al poder sincronizar nuestros teléfonos inteligentes, hacer uso de la navegación y controlar las funciones del coche.
El sabor agridulce llega a la hora de evaluar los plásticos. No son malos, pero sí mejorables. En algunas zonas se siente que economizaron y, a mi parecer, el Mustang no es uno de esos modelos que merezca un recorte de costos, al contrario, debería resaltar todo el potencial que sabemos que tiene la marca.
Un V8 apto para situaciones de tráfico
El motor de esta versión es el legendario motor V8 de 5.0 litros de 435 caballos, asociado a una transmisión automática de 6 velocidades que dirige su potencia directamente hacia las ruedas traseras con una facilidad increíble. Las aceleraciones son contundentes y todo sucede más rápido dentro del Mustang GT si decides animarte a llevar a fondo el acelerador. Incluso si eres un conductor experimentado podrías llevarte una sorpresa al colear la parte trasera o al tratar de girar en una curva cerrada. Si bien contamos con suspensión trasera independiente, el peso del auto es un tema importante a considerar. Definitivamente queda lejos del comportamiento brillante de un Focus RS, pero justo ahí está lo bronco de su sabor a tradición.
El consumo, como puedes imaginar, es alto. No podíamos esperar el rendimiento de un Prius. En ciudad ofrece alrededor de 5 km/l, pero en el tráfico aumenta considerablemente. Su andar en ciudad es más cómodo de lo que podrías imaginar. Si bien hay que acostumbrarse a las proporciones y a la poca visibilidad comparada con un sedán mediano, es un auto fácil de levar a todos lados. Ofrece, además, un buen sistema de sonido, asientos forrados en piel, un motor que sabe ir relajado tan bien como lo hace yendo a toda marcha y, como cereza del pastel, una suspensión agradable.
Sin duda el mito del Ford Mustang se mantiene vigente, el precio de está versión de $605,000 pesos hace que parezca una ganga por la potencia y desempeño que entrega, no es para quien busca un auto fácil, pero si para quien quiere sentir todo el poder de los buenos V8 sumado a la tracción trasera, encontrará una de las mejores opciones del mercado.
8.0
A favor
- Desempeño del motor V8
- Fuerte sabor a nostalgia
- Equipamiento
- Detalles Mustang en todo el interior
- Diseño exterior
En contra
- Habitabilidad
- Consumo
- Visibilidad
- Mezcla de materiales
Versión probada | GT V8 automático | ||
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Motor | 8 cilindros en V | Suspensión delantera | Independiente |
Cilindrada | 5.0 litros | Suspensión trasera | Independiente |
Potencia máxima (hp @ rpm) | 435 hp @ 6,500 rpm | Longitud | N.D. |
Par máximo (lb-pie @ rpm) | 400 lb-pie @ 4,250 rpm | Cajuela | N.D. |
Transmisión | Automática de 6 velocidades con SelectShift | Consumo urbano | N.D. |
Tracción | Trasera | Consumo en carretera | N.D. |
Frenos | De disco ventilados en las cuatro ruedas | Consumo mixto | N.D. |
Peso | N.D. | Capacidad del tanque | N.D. |
Velocidad máxima | N.D. | Emisiones Co2 | N.D. |
Aceleración 0.100 km/h | N.D. | Precio | $605,000 |
Cifras del fabricante