10:15 AM en el tráfico de Ciudad de México. Era mi segundo día al volante del Infiniti Q60 y le platicaba a mi copiloto lo poco que se ve ese auto por las calles... cuando, por la derecha, se nos empareja otro Q60, uno blanco, para contradecirme. Volteo y noto que su conductor está sonriendo mucho. Me está sonriendo mucho. Hasta me saluda. ¡Hay tan pocos Q60 en la calle, que entre propietarios —y desconocidos— se dicen hola!
La razón es fácil de entender, pero no de justificar. Con el imperio de Mercedes-Benz en las ventas de coches premium en México y un BMW Serie 4 bien grabado en el gusto de la gente, el Infiniti Q60 no tiene el camino fácil, pero luego de probarlo por una semana, no entendemos por qué no habríamos de darle una oportunidad.
Un precioso coupé que te conquista por los ojos
No hablemos de motores, equipamiento ni nada. Sólo mirémoslo. Desde el momento en que llegaron a entregarme las llaves, quedé enamorado de su apariencia. Y si no enamorado, al menos sí encantado por sus extravagantes líneas. Lo ves pasar frente a ti y llama muchísimo la atención, principalmente por lo bajo y ancho que resulta. Las fotos no le hacen justicia.
El Infiniti Q60 es un sensual coupé cuyo mayor propósito en esta vida es verse espectacular. Estamos hablando de un Q50 que se quedó tiempo extra en el estudio y se hizo amigo de los diseñadores para conseguir una apariencia atlética, con una trasera elevada y, cual coupé de la vieja escuela, con una tapa de cajuela pequeña, calaveras alargadas —de llamativa iluminación LED— y destellos deportivos como un escape doble o la cintura bien definida.
El equilibrio de sus proporciones y el parecido con un prototipo es tal, que todo el mundo lo volteaba a ver, desde el conductor de un taxi, hasta el de algún Clase C que nos rebasó y el de un rarísimo Tesla Model X que se nos cruzó en Paseo de la Reforma. Eso sólo nos lleva a una conclusión: le falta publicidad para atraer a toda esa gente deseosa de un coche premium así de llamativo. Y estoy seguro de que no son pocos.
El interior del Infiniti Q60 marca su distancia con Nissan
Los Infiniti ya no son Nissan caros. Al menos no todos y lo agradecemos infinitamente. La calidad de los acabados se nota muy superior y digna de un segmento premium. El tablero del Q60 está forrado en piel con costuras blancas, todas las superficies son agradables al tacto e incluso encontramos insertos en fibra de carbono auténtica. Nosotros, si acaso, hubiéramos prescindido de la decoración azul en esos detalles en fibra de carbono: ¿de verdad eran necesarios?
Pese a la enorme calidad, la marca aún no corta del todo el cordón umbilical y conserva algunos elementos de Nissan. Cada vez menos, pero todavía los hay. El botón para ajustar la iluminación interior, por ejemplo, lo hemos visto en el Sentra, el botón de encendido y la perilla del sistema de infotenimiento provienen de algún SUV de Nissan. Lo que no admitimos es la simplicidad del cuadro de instrumentos: si nos dicen que es el de un Sentra, les creemos. Incluso el Kicks de Nissan se pone más interesante con una gran pantalla multifunción que abarca la mitad del cuadro de instrumentos.
Pero más allá de lo compartido con Nissan, el verdadero reto al que se enfrenta el Q60 es algo que quizá no le importe mucho a quien compra un coupé, pero no deja de ser un tema a revisar: el espacio interior. Con 4.68 metros de largo, el Q60 mide casi lo que un Jetta, pero con la desventaja de ser tan bajo que limita muchísimo el espacio para cabeza, incluso en las plazas delanteras. Atrás sólo hay lugar para dos pasajeros, que irán algo apretados en todas las dimensiones.
El volumen de la cajuela cumple, pero no sobresale —ni es su intención hacerlo. La cantidad de espacios para guardar objetos al interior no es mala, pero el espacio frente a la palanca de velocidades no es suficiente para colocar un teléfono y, si es que lo haces, no olvides sacarlo antes de apagar el auto, porque una vez puesta la palanca en posición P, te estorbará. En más de una ocasión tuve que volver a encender el coche para mover la palanca y poder sacar mi teléfono. Detalles en los que debieron pensar antes de desarrollarlo, porque ojo, es un coche premium.
Mucho equipamiento y todavía más asistencias de conducción
Su mejor argumento, luego del diseño, es la cantidad de equipamiento. Es más, tiene dos pantallas... aunque al final, entre las dos sirven lo que se podría hacer sólo en una, porque la superior sólo es para ver los mapas y la cámara. Su resolución no es la mejor, pero lo compensa con la pantalla inferior, de gran tacto y muy buena apariencia. Ahí se controla todo el infotenimiento, que además es compatible con CarPlay. Desde esta pantalla se llena la información del navegador.
El resto del equipamiento es muy premium: tapicería en piel, climatizador de doble zona, cámara de visión de 360º, sistema de sonido Bose Performance con 13 bocinas, quemacocos, columna de la dirección con ajuste eléctrico y función de memoria. En el polo opuesto, criticamos mucho que la llave sea igual a la de un Versa y que el freno de estacionamiento no sea eléctrico: es de pie, como en un SUV de la década pasada.
En el plano de asistencias de conducción, lleva alerta de colisión frontal con frenado automático de emergencia y detección de peatones, control de velocidad crucero adaptativo, monitoreo de punto ciego, asistente de mantenimiento de carril y sistema de prevención de colisión trasera. Si quieres verlo desde un punto de vista racional, es justo aquí donde pinta su raya frente a sus competidores alemanes, que se venden más caro y dejan todo este arsenal tecnológico como equipo opcional. Pero, ¿qué hay del manejo?
¿Se maneja bien? Sí ¿Es un auténtico deportivo? Casi
Con un motor V6 biturbo de 3.0 litros de 400 caballos y 350 lb-pie es difícil decir que el Infiniti Q60 400 Sport no sea una bala. Se catapulta de 0 a 100 km/h en 5 segundos y envía todo el poder al eje trasero a través de una transmisión automática de 7 velocidades con cambios al volante, bien escalonada y de acertada respuesta, aunque no tan rápido como lo amerita un coche de esta potencia.
La suspensión es lo suficientemente rígida para convencernos de que vamos a bordo de un vehículo deportivo, pero el chasís no termina de envolvernos en una atmósfera tan radical como la de un BMW M4, por ejemplo. La suspensión adapta su firmeza según el modo de manejo seleccionado —no varía tanto como lo imaginamos— y la puesta a punto en general es divertida, pero no tan precisa como sus contrapartes alemanes.
Buena parte de la culpa la tiene la dirección eléctrica digital que, a diferencia de cualquier otro auto, no está conectada directamente a las ruedas. Haz de cuenta, como si estuvieras en un simulador de manejo como Gran Turismo para PlayStation: entre lo que pasa en tus manos y lo que sucede en las llantas hay todo un algoritmo que decide cuánto moverlas y con qué rigidez actuar.
La idea de esta dirección nos parece sensacional y en la práctica no nos parece mal... para cualquier otro auto. Actúa rápido, pero no es lo suficientemente directa como lo merece un coupé de intención deportiva como este Q60, y menos teniendo en el camino a la grandiosa puesta a punto de modelos como Audi, BMW o Porsche. El tacto es artificial y eso merma las sensaciones deportivas.
Su comportamiento en curvas es bueno, aunque la trasera llegue a pecar de inesperadamente inquieta bajo algunas circunstancias, en las que la súbita entrega de poder podría ocasionar un leve "coleo" al salir de la curva si no somos mesurados con el acelerador. El ESC corrige, pero este Infiniti requiere más manos de lo que creeríamos, sin caer en algo tan puro como un M4.
Antes que un deportivo, un coupé para presumir
Si no vas a correrlo en circuitos, el Infiniti Q60 es una opción más interesante que un BMW M4 por el mero hecho de costar 500,000 pesos menos. Hay 31 hp de diferencia en favor del alemán y también una puesta a punto más radical, pero el Infiniti tiene a su favor un equipamiento más completo en términos de tecnología y también un diseño seductor.
Con una etiqueta de 1,021,900 pesos, el Q60 es más caro de lo que imaginábamos. Visto menos como un coupé deportivo y más hacia uno orientado al lujo y la distinción —vaya que se distingue de cualquier otra cosa que veas en la calle—, el Q60 es un magnífico auto al que lo único que le falta es una pizca más de publicidad si es que la marca quiere ver menos Serie 4 y Audi A5.
Por potencia quiere ser un M4... y en línea recta quizá le dé batalla, pero lo cierto es que su precio y su manejo lo acercan más a un 440i y a un Audi S5. Ahí están sus verdaderos competidores, a los que se enfrenta bien cargado de tecnología y con la seguridad de verse como el coche que te gustaría ver todos los días decorando tu garaje.
8.1
A favor
- El diseño es sumamente seductor.
- Muy buena carga de equipamiento.
- Estupenda respuesta del propulsor.
En contra
- El freno de estacionamiento es de pie.
- Poco espacio interior.
- Consumo elevado.
- Dirección de tacto artificial.
Infiniti Q60 400 Sport
$1,021,900
- Motor: V6 biturbo de 3.0 litros
- Potencia máxima: 400 hp @ 6,400 rpm
- Par máximo: 350 lb-pie @ 1,600 rpm
- Transmisión: Automática de 7 vels.
- Tracción: Trasera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,748 kg
- Velocidad máxima': 250 km/h
- Aceleración 0 a 100 km/h': 5.0 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente multibrazo
- Longitud: 4,685 mm
- Cajuela: 342 litros
- Consumo en ciudad: 7.6 km/l
- Consumo en carretera'': 11.9 km/l
- Consumo combinado'': 9.9 km/l
- Emisiones de CO2: N.D.
- Capacidad del tanque: 80 litros
' Cifras oficiales del fabricante '' Cifras publicadas por la EPA
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