Los SUV han cobrado mucha fuerza en los últimos años, pero Jeep lleva fabricándolos desde 1941, casi siempre bajo un concepto todoterreno. Digo casi porque hasta esta marca especializada en off-road ha tenido que ceder con modelos que se entienden mejor con el asfalto que con la tierra. El Jeep Renegade 2023 es eso: un SUV para clientes urbanos más preocupados por el confort y el estilo, que por atravesar caminos difíciles. Y no tiene nada de malo.
Cuando ves oIIIIIIIo, seguramente ves un Wrangler…. pero también podría ser un Renegade. Ahí está la clave. El más pequeño de los Jeep inspira su apariencia en el todoterreno más capaz de la marca. Calca sus icónicos faros redondos, la parrilla de siete barras y la calaveras cuadradas con firma de LED en forma de X —basada en el tapón de gasolina del Willys de 1941—. Quiere conquistar a ese amigo que dice “yo amo los Jeep”, pero odia enlodarse. Todos tenemos un amigo así.
Este modelo se lanzó al mercado en 2015, y para 2023 recibe una actualización cosmética muy ligera. La parrilla ahora es más delgada, los parachoques tienen más estilo y los faros y las calaveras adoptan ligeros retoques en forma e iluminación. Para México hay carrocería bitono, seis colores a elegir y rines de aluminio de hasta 19”.
Un motor lo cambia todo
Lo más importante de su actualización no está en el diseño. El Jeep Renegade 2023 ahora incluye en todas sus versiones un nuevo motor turbo de 1.3 litros de 173 hp y 199 lb-pie. Sobra decir que está muy por encima del propulsor anterior. Si algo le faltaba al Renegade, era potencia. Los clientes lo pidieron, Jeep la concedió.
Con estos números, el Renegade va sobrado de poder. Se siente rápido, arranca con agilidad —casi no hay turbolag— y rebasa fácilmente. Es un SUV pequeño con cifras similares —o superiores— a las de modelos de más alta categoría, y definitivamente el más enérgico de los B-SUV, con perdón de Duster y de 2008. Conserva la transmisión automática de seis cambios, que no tiene modo Sport, pero sí estrena paletas de cambio al volante.
Eso sí: no hay que confundir potente con deportivo. El Jeep Renegade es un B-SUV rápido, pero el manejo está mucho más orientado hacia el confort, con una suspensión suave, buena calidad de marcha y una dirección ligera. Durante la prueba, que fue un 90% en autopista, el Renegade transmite mucho aplomo, incluso circulando a buen ritmo. De lo mejor en la categoría, diría yo.
¿Cuál es su capacidad todoterreno? La misma que un Kicks, un Tracker o un T-Cross. Su único as bajo la manga es la altura respecto al piso, que le concede la posibilidad de circular en terracería ligera, pero no tiene tracción integral, bloqueo de diferencial o siquiera un programa todoterreno de ayuda electrónica. Es un Jeep para las calles.
Hablemos de equipamiento y tecnología
Centremos nuestra atención en la cabina. La calidad percibida es buena, aunque no lo llamaría el mejor de su categoría. El tablero está fabricado en un plástico duro, que no es totalmente rígido y que cumple al tacto, al igual que las perillas y los botones. El diseño tiene ciertos guiños a un todoterreno —mira la agarradera del lado del copiloto, por ejemplo—, pero me hubiera gustado encontrar más detalles en contraste. Casi todo el tablero es negro. El Renegade luce muy extrovertido por fuera, ¿por qué no atreverse con insertos rojos o naranjas en la cabina?
Al interior, la actualización del Jeep Renegade 2023 trae consigo un nuevo volante y más equipamiento. Ahora encontraremos un cuadro de instrumentos con pantalla de 7” a color, techo panorámico y un cargador inalámbrico con sistema de enfriamiento del teléfono. ¿Por qué nadie había pensado en eso antes?
En las dos versiones disponibles en México encontraremos llave inteligente, encendido remoto de motor, infotenimiento UConnect con pantalla de 8.4”, Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos, climatizador automático, freno de estacionamiento eléctrico, cámara de reversa y, en el caso de la versión tope de gama, espejo retrovisor electrocrómico.
Otro aspecto importante de su actualización está en la seguridad. Anteriormente, la mayoría de las versiones únicamente llevaba airbags frontales. A partir de ahora, el Renegade integra seis airbags desde el modelo base y suma una bolsa de aire para rodilla en la versión tope de gama, donde también encontraremos asistentes avanzados de manejo: freno autónomo de emergencia, monitor de punto ciego, asistente de mantenimiento de carril, control crucero adaptativo, alerta de atención del conductor y luces altas automáticas.
El B-SUV más caro de la categoría
El Jeep Renegade nunca ha sido precisamente accesible, y su actualización lo coloca como el modelo más potente —con diferencia— en la categoría. Gana equipamiento de confort y sube de nivel en términos de seguridad y tecnología, pero todo a su precio. La gama en México va de 542,900 a 593,900 pesos, convirtiéndolo en uno de los B-SUV más costosos.
¿Vale la pena? Depende de lo que busques. Si quieres mucho equipamiento, pero no te interesa tanto la apariencia, existen otras opciones mucho más asequibles. En Renegade pagas intangibles, como el diseño y la atención al detalle. Su propuesta de equipamiento y, sobre todo, el motor también lo vuelven interesante para quien quiere sentirse en un modelo de categoría superior, pero con talla de B-SUV.