Lo conocimos hace algunas semanas, pero hasta ahora lo pudimos probar. El Nissan Kicks e-POWER ya está en México y propone una opción de electrificación bastante peculiar: propulsión totalmente eléctrica, pero con energía proveniente de gasolina. ¿Es buena idea? Salimos de ruta para conocerlo y saber qué busca Nissan con esta tecnología.
Si el Kicks e-POWER tiene sentido en México, es por el contexto del país. Nissan quiere caminar hacia una movilidad eléctrica, pero no puede hacerlo al mismo ritmo en todas las regiones del mundo. En Latinoamérica, ante la falta de estaciones de carga, tiene más sentido transformar un "auto eléctrico que funciona con gasolina" que uno "tradicional" enchufable.
Repasemos rápidamente cómo funciona esta tecnología. Para moverse, el Nissan Kicks e-POWER utiliza un motor eléctrico de 134 hp y 206 lb-pie. Su energía no proviene de una toma de corriente, sino de un generador a gasolina; la electricidad no se almacena en una batería enorme, sino en una de apenas 2.1 kWh, porque el generador está trabajando de manera constante. Podría decirse que su energía en realidad se almacena en un tanque de gasolina de 42 litros.
Si nos ponemos técnicos, la idea es muy interesante. El generador de gasolina es un motor de tres cilindros y 1.2 litros, de 80 hp y 76 lb-pie. Su potencia no es tan relevante porque no se utiliza para impulsar al vehículo, pero sí es interesante cómo, por su eficiencia térmica, es capaz de convertir esos 80 hp de gasolina en 134 hp eléctricos.
Pero basta de tecnicismos y de números. Hablemos de sensaciones. Si te tapas los oídos, pensarás que estás ante un vehículo eléctrico... porque, en teoría, lo estás. El único motor responsable de mover al Kicks e-POWER es eléctrico, de modo que tenemos la clásica respuesta instantánea de aceleración, dando como resultado un B-SUV ágil que, comparado con un híbrido, arranca con más rapidez y recupera velocidad con mayor facilidad.
¿Por qué digo "si te tapas los oídos"? Porque casi todo el tiempo está operando el generador a gasolina. Al acelerar, su sonido de revolución tiene un efecto similar al de una transmisión CVT. Eso sí, comparado con un Kicks normal, el e-POWER está mejor insonorizado.
La pregunta del millón, ¿cuál es el consumo? La marca promete un rendimiento de hasta 24.8 km/l en ciudad. Esto, claro, bajo condiciones de laboratorio. Durante la breve prueba de manejo nosotros promediamos alrededor de 19 km/l, aunque la mayoría del recorrido fue en carretera y combinando distintos estilos de manejo: probando eficiencia por momentos y midiendo el dinamismo a ratos.
Hay tres versiones del Nissan Kicks e-POWER en México
Contrario a lo que pensábamos al principio, el Nissan Kicks e-POWER no llega a México en una sola versión. Su portafolio queda compuesto por tres niveles de equipamiento: Advance, Exclusive y Platinum. El más accesible —por 555,900 pesos— hace de lado asistentes avanzados de manejo, pero conserva la pantalla de 8", los servicios en línea, los faros de LED, el freno de estacionamiento eléctrico y la cámara de visión de 360º.
Conforme se escala en la gama, el Kicks e-POWER puede llegar hasta a 594,900 pesos e incorporar freno autónomo de emergencia con detección de peatones, monitor de punto ciego, control de velocidad crucero adapativo, tapicería en piel, más bocinas —no hay opción a sonido Bose— y sensor de luz.
Al final, viéndolo fríamente, el beneficio de cara al cliente es muy parecido al de un modelo híbrido en términos de rendimiento de combustible y de precio. Lo podemos considerar una alternativa a los híbridos más accesibles de Toyota, aunque ninguno de ellos es SUV. Su rival más directo es el KIA Niro.
Visto así, únicamente desde una perspectiva de dinero y de beneficios fiscales, el Nissan Kicks e-POWER ofrece algo muy parecido a lo de un híbrido. ¿Entonces dónde está el plus? En el manejo. Al moverse únicamente con motor eléctrico, el Kicks e-POWER despierta más alegría al volante que un híbrido y, dependiendo el caso, incluso puede tener un mejor rendimiento de combustible. Lo comprobaremos cuando lo podamos conducir en ciudad.
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